Jerah (Editora)

¿Cómo aprendiste los idiomas que utilizas en el trabajo?

Crecí en Marruecos y en casa hablaba inglés, así que esa es mi lengua materna, pero estudié en un colegio francés hasta el segundo ciclo de secundaria, y aprendí español como lengua extranjera en la escuela y en distintos viajes a España. También hablo un poquito de árabe marroquí, pero no tengo conocimientos suficientes para utilizar el árabe como idioma oficial de trabajo.

¿Qué te motivó a convertirte en profesional lingüística de las Naciones Unidas?

Siempre me había interesado la labor que hacen las Naciones Unidas en todo el mundo y quería poner mis conocimientos lingüísticos al servicio de una buena causa. En realidad, cuando me presenté al concurso no tenía formación académica en traducción ni edición, pero lo aprobé y aprendi muchas de las destrezas más formales durante mis primeros años de trabajo. En los 17 años que llevo en las Naciones Unidas, he desempeñado tres funciones lingüísticas diferentes: redacción de actas literales, edición y traducción.

¿Cuáles consideras que son las características clave de una buena editora?

Integridad, profesionalidad y bastante automotivación. La atención al detalle también es muy importante. Y por supuesto, si te interesa de verdad lo que pasa en el mundo, eso ayuda muchísimo a entender los temas de nuestros documentos.

¿Qué parte de tu trabajo te resulta más interesante y por qué?

Me gusta la gran variedad de documentos de los que se ocupa la Secretaría, porque me da una visión general de las cuestiones que afectan a la gente en todo el mundo, desde algunas muy específicas —por ejemplo, los informes anuales sobre pequeños Territorios No Autónomos como Pitcairn— hasta las más universales, como el cambio climático.

¿Qué dificultades encuentras a diario en tu trabajo y cómo las resuelves?

Siempre es difícil encontrarse con terminología nueva y decidir si se puede utilizar en la documentación de las Naciones Unidas. Por ejemplo, cuando me topé con el término “brexit” por primera vez en un documento que estaba editando, tuve que consultar a una persona de más categoría para decidir si trataríamos de explicar el concepto. Al final creo que decidimos mantener “brexit”, pero entre comillas. Con la nueva terminología tenemos que fijar nuevas normas de uso, en función de si el término es claro y comprensible y si en general se ajusta a la práctica editorial de las Naciones Unidas.

El último reto que se me ha planteado recientemente, como integrante del equipo de puntos focales encargado de las orientaciones de las Naciones Unidas para el empleo de un lenguaje inclusivo en cuanto al género, es actualizar nuestras prácticas editoriales para aplicar el principio de inclusividad de género a la gran variedad de documentos que manejamos. ¡Me entusiasma ser parte de ese proyecto!

¿Cuáles son las tareas más difíciles en las que has trabajado?

Ahora estoy gestionando un proyecto de desarrollo y perfeccionamiento de la interfaz de edición de eLUNa, una aplicación para editar documentos que se diseñó específicamente para los editores y editoras de las Naciones Unidas y se adaptó a nuestro flujo de trabajo de documentación multilingüe, y que es parte del conjunto de aplicaciones de eLUNa. Es un gran desafío por distintos motivos, pero conmigo trabaja un excelente equipo, tanto en el desarrollo como en las pruebas de uso, y vamos avanzando día a día.

¿Qué opinas de la evolución tecnológica en tu campo de trabajo? ¿Cómo te ha afectado?

Al ser la gestora del proyecto de la interfaz de edición de eLUNa, he tenido la suerte de asistir a varias conferencias sobre traducción automática; y me ha alegra comprobar que muchos otros profesionales lingüísticos de todo el mundo también experimentan los desafíos y las oportunidades que presentan estas nuevas tecnologías para nuestro trabajo. Es un campo que evoluciona rápidamente y es fascinante ver adónde nos lleva.

Personalmente, creo que las nuevas tecnologías son herramientas que podemos aprovechar para hacer las tareas más repetitivas y aburridas que conlleva el trabajo de los profesionales lingüísticos. Las computadoras son muy útiles para las tareas automáticas, y nos permiten centrarnos en los aspectos más gratificantes y creativos de nuestro trabajo.

¿Cómo encaja tu trabajo en el marco general de las Naciones Unidas?

Las Naciones Unidas son una organización enorme, que se ocupa de muchísimas áreas de trabajo distintas y especializadas. Los editores procuramos que toda la documentación, que redactan diversos Estados Miembros, personal de la Secretaría y miembros de otros órganos de las Naciones Unidas, se ajuste a la política editorial de la Organización, y mantenga al mismo tiempo el grado de detalle y precisión necesario en cada especialidad (jurídica, técnica, humanitaria, administrativa, etc.). También tenemos que ser conscientes de las áreas y los temas que son delicados desde el punto de vista político y adaptar nuestro trabajo de edición en consecuencia.

¿Cuál es la anécdota que mejor recuerdas de tu trabajo?

Hay muchas, pero uno de mis primeros momentos más memorables fue cuando trabajaba como flamante redactora de actas literales en el Consejo de Seguridad. Todos los miembros del Consejo estaban sentados a la emblemática mesa semicircular, mientras que, y yo estaba en la mesita que hay en el centro, junto con los oficiales de prensa, escuchando la interpretación de los discursos con los auriculares de la sala. Estaba tan nerviosa que, cuando me levanté para salir de la sala, me olvidé de quitarme el auricular, que estaba conectado a la mesa con un cable, ¡y casi me arranco la oreja! Tuve la sensación de que todos me miraban y tuve que hacer malabares para quitarme el auricular sin tirar todos los papeles que llevaba en la mano. Mis colegas me aseguraron que a todos les había pasado al menos una vez, y eso me hizo sentir mejor.

¿Cómo incide ser multilingüe en tu vida cotidiana en la ciudad de Nueva York?

Es curioso, porque, al trabajar con documentos, en el trabajo apenas hablo en los idiomas que manejo, salvo de manera informal, con colegas. Sin embargo, tengo un vocabulario amplio (y muy formal) en francés y español sobre temas relacionados con las Naciones Unidas, así que, para mi sorpresa, he mantenido interesantes conversaciones con taxistas sobre la situación humanitaria en determinadas partes de África, por ejemplo, o con gente de distintos países sudamericanos sobre los derechos de los indígenas.

¿Tienes algún consejo para los profesionales lingüísticos que están dando sus primeros pasos o alguna sugerencia sobre cómo preparar el concurso para puestos lingüísticos?

Es útil, desde luego, todo lo que te sirva para repasar los idiomas que sabes, como revisar la gramática y el uso. Para hacerse una idea del tipo de vocabulario que se utiliza en las Naciones Unidas, se pueden leer los documentos de la Organización, que están en línea. Un buen punto de partida serían los informes del Secretario General, que abarcan una amplia variedad de temas y se publican en los seis idiomas oficiales. También es posible ver transmisiones web archivadas (o en directo) de las sesiones del Consejo de Seguridad, la Asamblea General u otros órganos (en webtv.un.org) y escuchar la interpretación de los discursos en los seis idiomas oficiales. Además, recuerdo que antes del examen leí un par de libros sobre la historia y el trabajo de las Naciones Unidas, y me parecieron útiles como marco de referencia general. 

 

Jerah
       
 

Nombre: 

 

Jerah

 

Nacionalidad: 

 

Estadounidense

 

Puesto: 

 

Editora 

 

Idiomas de trabajo: 

 

Español, francés e inglés (idioma principal)