Laurent (Editor)

¿Qué te motivó a convertirte en profesional lingüístico de las Naciones Unidas?

Antes de entrar en las Naciones Unidas era traductor y pensé que, trabajando de editor, interviniendo en la fase de redacción, podría influir mucho más en la calidad del texto y hacer una labor más gratificante. Solicité un puesto de oficial de documentación en la secretaría de un convenio que requería mucho trabajo de edición, pero también muchas otras tareas. Años después tenía ganas de cambiar, pero en muchas de las vacantes exigían haber aprobado el concurso para edición. Aprobé el examen en francés e inglés y opté a diferentes puestos, pero finalmente conseguí uno de editor en la Sede y después en la Oficina de las Naciones Unidas en Viena.

¿En qué se diferencia el trabajo en las Naciones Unidas de tus trabajos anteriores?

Estaba y sigo estando absolutamente fascinado por el carácter cosmopolita de las Naciones Unidas y creo que no podría volver a trabajar en un lugar donde todo el mundo viniera del mismo país o cultura. Todavía me asombra la diversidad de orígenes y la gran experiencia de mis colegas, así como los conocimientos, la dedicación y la profesionalidad de algunas de las personas con las que he trabajado.

¿Cuáles consideras que son las características clave de un buen editor?

La edición, como la traducción, es definitiva e inexorablemente un trabajo para personas minuciosas. Los buenos editores de las Naciones Unidas tienen que estar dispuestos a adaptarse a las particularidades de un sinnúmero de clientes y a renunciar a la claridad y, a veces incluso a la gramática, para preservar las expresiones o los puntos delicados que se han negociado. Desde el punto de vista psicológico, también se necesita cierta entereza para leer día tras día informes y relatos desgarradores de lo que está sucediendo en el mundo.

¿Qué parte de tu trabajo te resulta más interesante?

La diversidad de los temas que tocamos y la variedad de idiomas en los que trabajamos.

¿Qué dificultades encuentras a diario en tu trabajo y cómo las superas?

Probablemente, la constante y pesada carga de trabajo y los plazos ajustados. Por suerte, los equipos están integrados por personas con una gran dedicación y profesionalidad y, casi lo más importante, muy amables, y esto ayuda muchísimo a afrontar esas dificultades. En la Oficina de las Naciones Unidas en Viena está claro que el carácter tan técnico de los temas que se tratan es un problema y uno tiene que empaparse de nuevas áreas de conocimiento para poder editar los textos como es debido, pero ese aprendizaje continuo es también una gran motivación para mí. Haber aprendido al final del día algo que uno no sabía es de lo más gratificante.

¿Con qué frecuencia encuentras palabras o frases que no conoces y qué haces en esos casos?

¡Me pasa todo el tiempo! En esos casos consulto UNTERM (la base de datos terminológica de las Naciones Unidas), recursos en línea, diccionarios, mis colegas y las personas que envían los documentos con los que trabajamos.

¿Cuáles son los documentos más difíciles en los que has trabajado?

Recuerdo un informe de 40 páginas sobre las holoturias que era aburridísimo y otro documento sobre instrumentos financieros que estaba lleno de una jerga técnica incomprensible de principio a fin. Pero, en general, más que los documentos muy técnicos o extremadamente delicados desde el punto de vista político en los que hay que proceder con la precisión de un neurocirujano, los documentos más frustrantes son aquellos en que no está claro el sentido.

¿Qué opinas de la evolución tecnológica en tu campo de trabajo? ¿Cómo te ha afectado?

La tecnología es importantísima en nuestro tipo de trabajo. La traducción asistida por computadora se ha convertido en la práctica estándar y en estos momentos se está desarrollando internamente una aplicación de edición, aparte de los recursos electrónicos que utilizamos a diario, como UNTERM.

¿Tienes algún consejo para los profesionales lingüísticos que están dando sus primeros pasos o alguna sugerencia sobre cómo preparar el concurso para puestos lingüísticos?

La experiencia en edición y también en traducción, ahora que hay un concurso común para editores y traductores, son una clara ventaja, desde luego. También podría ayudar mucho hacer una pasantía en una de las secciones de edición o traducción de las Naciones Unidas, ya que la edición en las Naciones Unidas tiene unas características muy específicas. También se puede hacer el examen en casa imitando las condiciones del concurso.

     

Nombre: 

 

Laurent

Nacionalidad 

 

Francesa

Puesto: 

 

Editor

Idiomas de trabajo: 

 

Árabe, español, francés e inglés (idioma principal)