Cada niño nace con el derecho inalienable a un inicio saludable en la vida, una educación y una infancia segura: todas las oportunidades básicas que se traducen en una edad adulta productiva y próspera. Pero a millones de niños en todo el mundo se les niegan sus derechos y se les priva de lo que necesitan para crecer sanos y fuertes. Ya sea por su lugar de nacimiento o su familia de origen, por su raza, etnia o género, o porque viven en la pobreza o con alguna discapacidad.

La Convención sobre los Derechos del Niño define "niño" como una persona menor de 18 años, a menos que las leyes pertinentes reconozcan una mayoría de edad anterior. Algo intencional, ya que se esperaba que la Convención brindara protección y derechos a un grupo de edad lo más amplio posible.

La agencia de la ONU para la infancia

La protección, la salud y el bienestar de los niños han sido un foco de atención de las Naciones Unidas desde el momento de su creación en 1945.

La destrucción de Europa durante la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias hicieron vulnerables a los niños en este continente. El Fondo Internacional de Emergencia para la Infancia (ICEF) fue creado por la Administración de Rehabilitación y Socorro de las Naciones Unidas para ayudar a los niños afectados. El 11 de diciembre de 1946, una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas creó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

En 1953, UNICEF se convirtió en una organización permanente dentro del sistema de la ONU y puso en marcha una exitosa campaña a nivel mundial de lucha contra la frambesia (o pian), una enfermedad que provoca desfiguraciones y que afectaba a millones de niños, pero que se puede curar con penicilina.

Tras más de una década centrada en los aspectos relacionados con la salud de la infancia, UNICEF amplió sus actividades para hacer frente a todas las necesidades que tiene un niño. De este modo, comenzó su constante preocupación por la educación, que se inició con el apoyo a la formación del profesorado y con el equipamiento de las aulas en los países que acababan de alcanzar su independencia.

En 1965 la organización recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor en pro de «la promoción de la confraternidad entre las naciones». Hoy en día, UNICEF trabaja en 190 países y territorios para ayudar a toda la infancia, centrando principalmente sus esfuerzos en llegar a los niños más vulnerables y excluidos.

A lo largo de sus más de 75 años, UNICEF ha estado promoviendo los derechos de los niños, adaptando al mismo tiempo su misión para satisfacer las necesidades cambiantes de los niños en todo el mundo.

Estado Mundial de la Infancia

El Estado Mundial de la Infancia es un informe publicado por UNICEF que examina cada año, con datos y estadísticas, los temas más apremiantes que afectan a los niños.

Cada edición de este informe profundiza en una problematica infantil de alcanze global. Asuntos que abarcan temáticas tales como niños con discapacidades, conflictos y guerras, trabajo infantil, urbanización o desarrollo de la primera infancia, entre otras muchas cuestiones. Una amplitud temática que convierte al Estado Mundial de la Infancia en el análisis más completo de las tendencias globales que afectan a los niños.

Los temas y recomendaciones proporcionados por este informe guían las prioridades de UNICEF, ayudando a la organización a diseñar, calibrar e implementar programas nacionales de manera efectiva.

La última edición hace un llamado a gobiernos y socios para que inviertan más en servicios de inmunización y atención primaria de salud para recuperar el terreno perdido y garantizar que todos los niños y niñas del mundo estén vacunados.

Los derechos de los niños

Millones de niños mueren cada año por desnutrición y enfermedades. Muchos otros se convierten en víctimas de la guerra, desastres naturales, el VIH/SIDA y formas extremas de violencia, explotación y abuso. Además, millones de niños, especialmente niñas, no tienen acceso a una educación de calidad.

UNICEF, así como la Oficina de Derechos Humanos de la ONU (ACNUDH) y otras agencias de la ONU, se esfuerzan por mantener el compromiso global con la Convención sobre los Derechos del Niño, que incorpora principios éticos universales y estándares legales internacionales de comportamiento hacia los niños.

UNICEF apoya programas que brindan educación, asesoramiento y atención a niños que trabajan en condiciones muy peligrosas o abusivas y aboga enérgicamente contra la violación de sus derechos.

Declaración de los Derechos del Niño

En 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración de los Derechos del Niño: un documento que define los derechos de los niños a la protección, la educación, la atención médica, la vivienda y la buena nutrición.

Esta declaración sirvió como documento fundamental del desarrollo del derecho internacional relacionado con los derechos del niño. Un documento que ha influido en la legislación y las políticas nacionales en todo el mundo, guiando los esfuerzos para proteger y promover los derechos de los niños en diversos contextos. Se considera un precursor de la Convención sobre los Derechos del Niño.

La Convención sobre los Derechos del Niño

En 1989, los líderes mundiales asumieron un compromiso histórico con los niños del mundo al adoptar la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. La Convención estipula todos los derechos del niño así como las responsabilidades de los gobiernos. Todos los derechos de la infancia están relacionados, son igualmente importantes y ningun niño puede ser privado de ellos.

La Convención ha sido el tratado internacional de derechos humanos que de manera más amplia y rápida se ha ratificado de toda la historia. La Convención cambió la forma de ver y tratar a los niños, es decir, dejaron de ser objetos pasivos que necesitaban cuidados y caridad, para verlos como seres humanos con un conjunto diferenciado de derechos. La aceptación sin precedentes de la Convención demuestra claramente el gran compromiso a nivel mundial de hacer avanzar los derechos de la infancia.

Hay mucho que celebrar desde la aprobación de la Convención, como el descenso de la mortalidad infantil hasta el aumento de la escolarización, aunque todavía queda mucho por hacer.

En 2000, la Asamblea General adoptó dos Protocolos facultativos de la Convención: uno prohíbe el reclutamiento de niños menores de 18 años en las fuerzas armadas o su participación en hostilidades; el otro refuerza las prohibiciones y sanciones relativas a la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil. Un tercer Protocolo Facultativo, adoptado por la Asamblea en 2011, entró en vigor en 2014. Este proporciona un procedimiento de comunicaciones que permite a los niños presentar quejas individuales sobre violaciones de sus derechos bajo la Convención y los dos primeros Protocolos.

El Comité de los Derechos del Niño

El Comité de los Derechos del Niño, establecido en virtud de la Convención, es un organismo de 18 expertos independientes que se reúne periódicamente para monitorear el progreso alcanzado por los Estados partes en el cumplimiento de sus obligaciones bajo la Convención y de sus dos primeros Protocolos Facultativos. Este Comité hace recomendaciones a los gobiernos sobre formas de cumplir esas obligaciones y emite su interpretación de las disposiciones del Convenio en forma de comentarios generales.

Los niños y los conflictos armados

Hace más de veinte años que el mundo se unió para condenar y movilizarse contra el uso de niños en los conflictos armados. Desde entonces, se ha liberado a miles de ellos gracias a los planes de acción dispuestos por el Consejo de Seguridad de la ONU y a otras acciones diseñadas a acabar y evitar el reclutamiento y utilización de niños por fuerzas y grupos armados. Sin embargo, todavía existen importantes retos para conseguir proteger a todos los niños cuyas vidas y desarrollo se ven amenazadas por un conflicto bélico.

En 2022, más de dos tercios de los niños del mundo vivían en un país asolado por conflictos. Más de uno de cada seis vivía a menos de 50 kilómetros de donde tenían lugar combates, lo que supone un aumento del 2,8% respecto al año anterior.

Millones de niños y niñas de todo el mundo, muchos de ellos solos o separados de sus familias, son desplazados por los conflictos armados. Como resultado, estos niños se encuentran en una situación de riesgo y vulnerabilidad extrema en - o alrededor - de campamentos y otras zonas de refugiados. Es necesario que se actúe con urgencia para aliviar la difícil situación en la que viven los menores desplazados por estos conflictos. El Secretario General de la Naciones Unidas anima a los Estados Miembros a respetar los derechos de los niños refugiados y desplazados y a prestarles los servicios de apoyo necesarios. 

El reclutamiento y la utilización de niños por fuerzas y grupos armados sigue siendo una de las violaciones graves más frecuentes contra los niños durante los conflictos armados. En 2022, se descubrió que 7.622 niños habían sido reclutados y utilizados por las partes en conflicto. En 2023, se siguió reclutando y utilizando a niños, ya sea como espías o cocineros, en funciones de combate o como escudos humanos. Cualquiera que sea su papel, los niños utilizados por las partes en conflicto están expuestos a una crueldad indescriptible, con graves implicaciones para su bienestar físico y psicológico.

Desde el establecimiento del Mandato sobre los Niños y los Conflictos Armados hace 28 años, más de 200.000 niños han sido liberados de grupos y fuerzas armadas, incluso gracias a la labor de las Naciones Unidas.

La violencia contra los niños

El derecho de los niños y niñas a la protección contra la violencia está consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño. Sin embargo, mil millones de niños sufren cada año alguna forma de violencia emocional, física o sexual. Y en lo que tardas en leer este texto, digamos cinco minutos, un niño muere cada siete minutos como resultado de la violencia.

La crueldad contra los niños no conoce límites de cultura, clase o educación. Ocurre en las instituciones, las escuelas y el hogar. La violencia entre niños también es una preocupación, al igual que el aumento del acoso cibernético. Los niños expuestos a la violencia viven aislados, en soledad y aterrorizados, sin saber dónde encontrar ayuda, especialmente cuando el culpable es alguien cercano. El género, la discapacidad, la pobreza, la nacionalidad, el estatus migratorio o el origen religioso de los niños aumenta el riesgo de estar expuestos a situaciones de violencia, siendo especialmente vulnerables los más jóvenes, ya que son menos capaces de expresarse y buscar apoyo.

En 2006, un estudio de las Naciones Unidas proporcionó una serie de recomendaciones sobre cómo poner fin a la violencia contra los niños. En 2009, el Secretario General nombró un Representante Especial para asegurar el seguimiento efectivo y vigilar la implementación de estas.

Actualmente, muchos Estados ya cuentan con legislación específica para prohibir la violencia física, mental y sexual contra los niños y niñas, y para apoyar a las víctimas. Además, alrededor del mundo se han diseñado campañas orientadas a concienciar sobre el impacto de la violencia en la infancia y se están abordando la intimidación, la violencia sexual y las prácticas nocivas contra ellos. Todo esto apoyado por una mayor disponibilidad de datos sobre la prevalencia y la naturaleza de la violencia contra los niños.

En los últimos años se han logrado progresos importantes, pero aún queda mucho por hacer. La inclusión de una meta específica (16.2) en la Agenda 2030 ha demostrado el compromiso del mundo para poner fin a todas las formas de violencia contra los niños y niñas. Debemos seguir trabajando para asegurar que esta noble visión se convierta en una realidad para cada niño del planeta.

Los niños y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Durante 15 años los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) sirvieron de guía para atajar muchos de los problemas que afectan a las vidas de los niños, los jóvenes y sus familias. En este período se alcanzaron grandes progresos, como la reducción en el número de muertes infantiles prevenibles, el aumento en la escolaridad, la reducción de la pobreza extrema, y el mayor acceso a agua potable y a alimentos nutritivos.

Sin embargo, este progreso ha sido irregular y muchos de los retos más apremiantes a nivel global no fueron debidamente cubiertos por los ODM. Entre esos problemas se incluyen hacer frente a las desigualdades, promover un crecimiento económico inclusivo, proteger a los niños frente a la violencia y combatir el cambio climático.

Con la llegada de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en septiembre de 2015, los líderes mundiales se comprometieron a acabar con la pobreza para 2030. Pero si no se intensifican los esfuerzos, en el año 2030:

  • casi 52 millones de niños y niñas morirán antes de cumplir los cinco años entre 2019 y 2030. 
  • los niños en África subsahariana tendrán 16 veces más posibilidades de morir antes de los cinco años que aquellos que vivan en países de ingresos altos.
  • nueve de cada diez niños en situación de pobreza extrema vivirán en África subsahariana.
  • más de 60 millones de niños en edad escolar se quedarán sin escolarizar; aproximadamente el mismo número que en la actualidad. Más de la mitad de ellos vivirán en África subsahariana.
  • se habrá obligado a contraer matrimonio a más de 150 millones de niñas antes de que cumplan 18 años.

Estas profundas desigualdades y peligros no solo violan los derechos de cada niño, poniendo en peligro su desarrollo y futuro, sino que además perpetúan ciclos intergeneracionales de desventajas y desigualdades que socavan la estabilidad de las sociedades e incluso la seguridad de las naciones. 

Conferencias de las Naciones Unidas sobre la Infancia

El año 1990 fue histórico en la trayectoria de las Naciones Unidas y su compromiso con el bienestar de los niños, ya que tuvo lugar en Nueva York la primera conferencia de las Naciones Unidas sobre la infancia: la Cumbre Mundial en favor de la Infancia. La Cumbre, convocada por UNICEF, reunió a un número sin precedente de jefes de Estado para unirse en torno a la causa de los niños y adoptar la Declaración sobre la supervivencia, la protección y el desarrollo de los niños.

Cinco años después, en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing (China), los líderes mundiales renovaron su compromiso con los derechos de las mujeres y las niñas.

En 2002, un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas –el primero dedicado exclusivamente a los niños– revisó los avances en el cumplimiento de los objetivos establecidos en la Cumbre Mundial en favor de la Infancia de 1990.

Los niños y el sistema de la ONU

El sistema de Naciones Unidas se pone al servicio de la infancia por medio de distintas organizaciones: desde el trabajo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que se centra en la educación, a los esfuerzos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por abolir el trabajo infantil, pasando por el programa de niños y juventud del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Oriente Medio (UNRWA); o a las iniciativas de alimentación y salud escolar apoyadas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), así como las campañas para la erradicación de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Recursos