Desde sus primeros pasos a mediados del siglo XX hasta nuestros días, la inteligencia artificial (IA) ha experimentado una rápida evolución, transformando diversos aspectos de nuestro mundo.

La IA abarca una amplia gama de tecnologías que pueden definirse como "sistemas adaptativos de autoaprendizaje". Puede clasificarse en función de las tecnologías, los propósitos (como el reconocimiento facial o de imágenes), las funciones (como la comprensión del lenguaje y la resolución de problemas) o los tipos de agentes (incluidos los robots y los coches autoconducidos).

Además, engloba diversos métodos y disciplinas como la visión, el reconocimiento de voz y la robótica, y sirve para mejorar las capacidades humanas tradicionales. Los recientes avances en inteligencia artificial se han visto impulsados por los avances en capacidad de procesamiento informático y el desarrollo de técnicas de manejo de datos.

Inteligencia artificial al servicio del bien común

En todos estos ámbitos y muchos otros, la inteligencia artificial puede servir para respaldar la labor de las Naciones Unidas fomentando la inclusión, reduciendo las desigualdades, ayudando a acelerar la consecución del ochenta por ciento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y reforzando el trabajo del sistema de las Naciones Unidas.

Por ejemplo, la inteligencia artificial podría conribuir al avance de los ODS mediante el diagnóstico y análisis predictivo en la atención sanitaria (ODS 3); el seguimiento de los cultivos y la resiliencia climática en la agricultura (ODS 2 y ODS 15); el aprendizaje personalizado en la educación (ODS 4), y el mapeo de crisis y distribución de ayuda para la respuesta humanitaria.

Además, la IA puede ayudar a la ONU a responder a las crisis en todo el mundo, asistir a las naciones para hacer frente a los desplazamientos causados por cambio climático, y convertirse así en una herramienta para hacer el bien y salvar vidas.

Sin embargo, hasta ahora los beneficios de la IA se distribuyen de manera desigual, concentrándose en unas pocas empresas y países poderosos. Como afirmó recientemente el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, muchas naciones tienen dificultades para acceder a las herramientas de la inteligencia artificial, lo que pone de relieve la necesidad de cooperación y solidaridad internacionales para cerrar la brecha de la IA en los países en desarrollo.

“Sin las debidas garantías, la inteligencia artificial podría exacerbar aún más las desigualdades y las brechas digitales y afectar de manera desproporcionada a los más vulnerables. Debemos aprovechar esta oportunidad histórica para sentar las bases de una gobernanza inclusiva de la IA, en beneficio de toda la humanidad.”

Si bien la inteligencia artificial tiene la capacidad de abordar algunos de los mayores desafíos globales —como el impulso al crecimiento económico y la transformación social—, el rápido avance de esta tecnología emergente conlleva inevitablemente una serie de riesgos y desafíos, entre ellos, las amenazas a la veracidad de la información y a los derechos humanos.

A tractor working a field with a computerized image on top.

Gobernanza mundial de la IA

A medida que se expanden las tecnologías de inteligencia artificial, se hace necesaria una gobernanza coordinada a nivel mundial para maximizar sus beneficios y gestionar eficazmente los riesgos asociados. Por este motivo, el Secretario General de de la ONU ha creado el Órgano Asesor de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial. Este grupo de expertos analiza la situación actual y recomienda estrategias para la gobernanza internacional, con un enfoque integrador y global.

Compuesto por un máximo de 39 expertos de diversas disciplinas, el Órgano pretende alinear la gobernanza de la IA con los derechos humanos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para garantizar un enfoque colaborativo, trabaja con diversos grupos de partes interesadas, como gobiernos, el sector privado y la sociedad civil.

El informe concluyente del Órgano esboza un plan para hacer frente a los riesgos relacionados con la inteligencia artificial y para aprovechar su capacidad de transformación a escala mundial. Entre otras medidas, el informe:

  • Insta a la ONU a sentar las bases de la primera arquitectura de gobernanza de la IA que sea globalmente inclusiva y equitativa, basada en la cooperación internacional.
  • Propone siete recomendaciones para colmar las lagunas de los actuales mecanismos de gobernanza de la IA.
  • Urge a todos los gobiernos y partes interesadas a colaborar en la gobernanza de la IA para fomentar el desarrollo y la protección de todos los derechos humanos.

Luces y sombras de la IA: ante todo, las personas

Como señala el Secretario General, "la humanidad nunca debe quedar a merced de la 'caja negra' de un algoritmo", subrayando la importancia del control humano sobre las decisiones relativas al uso de la fuerza, con el fin de promover el desarrollo y la protección de todos los derechos humanos.

Esto se refleja claramente en las cuatro áreas principales de interés de las Naciones Unidas respecto a la inteligencia artificial generativa:

  • Paz y seguridad: la desinformación generada por la IA ya está haciendo peligrar las operaciones humanitarias y de paz de la ONU, exponiendo a riesgos al personal y a la población civil. Más del 70 % del personal de paz de la ONU que respondieron a una encuesta reciente afirmaron que la desinformación y la información errónea obstaculizaban gravemente su capacidad para llevar a cabo su trabajo.
  • Violaciones de derechos humanos: la inteligencia artificial se utiliza para crear y difundir contenidos nocivos, como material de abuso sexual infantil e imágenes pornográficas no consensuadas, que afectan especialmente a mujeres y niñas. Asimismo, preocupa que ;a IA pueda amplificar contenidos antisemitas, islamófobos, racistas y xenófobos.
  • Democracia en peligro: El potencial de la inteligencia artificial para manipular a los votantes e influir en la opinión pública durante las elecciones supone una grave amenaza para los procesos democráticos en todo el mundo.
  • Desprestigio de la ciencia y las instituciones públicas: las herramientas de IA, por ejemplo, podrían agravar campañas de desinformación que llevan décadas desbaratando la acción por el clima mediante la difusión de información falsa sobre el cambio climático y las energías renovables.

La IA y el sistema de la ONU

La IA y la educación

La inteligencia artificial ha transformado radicalmente varios aspectos de nuestras vidas, proporcionando valiosos servicios a través de funciones como la percepción, la resolución de problemas y la creatividad. Aunque estos avances contribuyen positivamente a iniciativas mundiales como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, también plantean importantes problemas éticos. Cuestiones como la parcialidad, las amenazas a los derechos humanos y al medio ambiente se ven exacerbadas por las desigualdades preexistentes, que afectan en particular a los grupos marginados. En respuesta, la UNESCO adoptó la Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial, con el objetivo de abordar estos desafíos éticos en todo el mundo.

En el ámbito educativo, la inteligencia artificial podría contribuir a superar grandes retos y transformar las prácticas pedagógicas, contribuyendo así al logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, Educación de calidad. Sin embargo, el vertiginoso ritmo del cambio tecnológico ha sobrepasado la posible creación de políticas y marcos normativos pertinentes. Para abordar esta situación, la UNESCO introdujo el Marco de competencias digitales para fortalecer las competencias de los funcionarios públicos y educadores en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

La IA y la justicia

El poder judicial desempeña un papel vital en la gobernanza de la inteligencia artificial. Debe abordar las cuestiones éticas relacionadas con la parcialidad y la transparencia, al tiempo que utiliza la inteligencia artificial para mejorar el acceso a la justicia. La Iniciativa para Jueces de la UNESCO ofrece recursos de formación para ayudar al sistema judicial a abordar estas complejas cuestiones, reforzando las normas internacionales sobre la inteligencia artificial y los derechos humanos.

La IA y el desarrollo

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) participa activamente en los debates mundiales sobre inteligencia artificial (IA) y tecnologías digitales. Entre otros, el PNUD trabaja en la aplicación del Pacto Digital Mundial y sigue las recomendaciones del Órgano Asesor de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial del Secretario General de la ONU. El Programa colabora estrechamente con el Grupo de Trabajo Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre la IA y se asocia con organizaciones como la Unión Internacional de Telecomunicaciones y la UNESCO.

En los distintos países, el PNUD promueve el uso de la inteligencia artificial para favorecer el desarrollo sostenible. Los Laboratorios Aceleradores, por ejemplo, utilizan la IA para analizar datos de observación de la Tierra —como imágenes de satélites y drones— para identificar enfermedades de los cultivos en Camerún y Cabo Verde, detectar zonas con residuos acumulados en Guatemala, Filipinas, Serbia y Vietnam, y crear mapas de uso y cobertura del suelo en Ecuador y la India.

Báner del Observatorio de la IA y el Trabajo en la Economía Digital(OIT).

La IA y los trabajadores

La revolución de la inteligencia artificial podría exacerbar las desigualdades económicas entre los países de renta alta y los de renta baja. Aunque la IA tiene capacidad para impulsar la innovación y la productividad, la inversión y la adopción desiguales de las tecnologías de IA implican que los países de renta alta probablemente se beneficiarán mucho más que los países de renta baja y media.

Esta disparidad, especialmente pronunciada en África, puede agravar las brechas sociales y económicas ya existentes, en un momento en que los países en desarrollo luchan contra la insuficiencia de infraestructuras digitales y de acceso a una educación de calidad. Para resolver esta situación, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha identificado tres pilares clave: mejorar la infraestructura digital, promover la transferencia de tecnología y desarrollar las competencias en materia de inteligencia artificial.

Los países en desarrollo necesitan herramientas digitales sólidas para facilitar la adopción de la inteligencia artificial, y los países de renta alta deben ayudar a transferir los conocimientos tecnológicos. Invertir en educación y formación es crucial para dotar a la población activa de las habilidades necesarias para la IA.

Además, es esencial fomentar el diálogo social para garantizar que los avances tecnológicos respeten los derechos de los trabajadores y mejoren la calidad del empleo. El informe "Cuidado con la brecha de la inteligencia artificial: Cómo dar forma a una perspectiva mundial sobre el futuro del trabajo", elaborado conjuntamente por las Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo, insta a la colaboración entre los responsables de la formulación de políticas, los directivos de la industria y las organizaciones internacionales para crear un futuro justo e integrador impulsado por la IA.

 

A girl wearing a headphone set and taking an online course.

 

La IA y la infancia

UNICEF ha lanzado la iniciativa Generation AI (Generación IA) para garantizar que los sistemas de inteligencia artificial respeten los derechos de los niños. En colaboración con socios como el Foro Económico Mundial y la Universidad de Berkeley, la iniciativa se centra en maximizar las oportunidades para los niños y niñas al tiempo que se mitigan los riesgos asociados a las tecnologías de IA.

El Fondo para la Infancia ha elaborado unas directrices para promover los derechos de la infancia en el marco de las políticas y prácticas de la inteligencia artificial. Estas orientaciones subrayan la importancia de tener en cuenta las necesidades y los derechos de los niños en el desarrollo y despliegue de los sistemas de IA.

 

Virtual videoconference with a doctor.

 

La IA y la salud

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado unas directrices para el uso ético de la inteligencia artificial en la atención sanitaria. Este marco esboza principios para garantizar que las tecnologías de IA se diseñen y apliquen de forma que se dé prioridad al bienestar humano y se respeten los derechos humanos.

En colaboración con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la OMS estableció esta iniciativa para crear una plataforma en la que las partes interesadas puedan debatir y desarrollar estándares para la aplicación de la inteligencia artificial en la sanidad, con el fin de aprovechar el verdadero potencial de la inteligencia artificial de forma responsable.

 

Farmer looking at a tablet in the field.

 

La IA y la alimentación

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha desarrollado AI Sandbox, un espacio de pruebas que permite evaluar la viabilidad e impacto de soluciones y proyectos de inteligencia artificial antes de su implementación. Este enfoque garantiza que solo se desplieguen herramientas de IA eficaces y responsables.

En colaboración con Google Research, el PMA ha desarrollado el proyecto SKAI (Inteligencia por Satélite) que utiliza la inteligencia artificial y las imágenes por satélite para mejorar la respuesta ante desastres y la gestión de ayuda humanitaria. Ofrece información en tiempo real, mayor rapidez y precisión de la evaluación de daños. 

Asimismo, junto a Alibaba Group, el PMA lanzó Hunger Map LIVE, un sistema impulsado por inteligencia artificial que hace un seguimiento de la severidad del hambre en más de 90 países, lo que facilita las intervenciones oportunas. 
 

 

Group of people with a computer-generated image of the planet Earth above them.

 

La IA y las personas refugiadas

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) utiliza inteligencia artificial y macrodatos para mejorar la respuesta humanitaria a través de su Programa de Innovación de Datos, que ofrece servicios y formación sobre el uso ético de los datos, además de trabajar con socios para explorar enfoques innovadores.

Cuenta también con el Project Jetson, una herramienta de análisis predictivo que emplea la IA para prever los movimientos de población, lo que permite mejorar así la preparación y respuesta ante situaciones de desplazamiento.

Asimismo, ACNUR está estudiando el uso de chatbots con IA para mejorar la comunicación con los refugiados y proporcionarles información y asistencia a través de interacciones automatizadas pero personalizadas.

 

A Smart warehouse management system using augmented reality technology to identify package picking and delivery.

 

La IA y el sector privado

El Pacto Mundial de las Naciones Unidas es una iniciativa basada en el compromiso de directivos del sector privado de aplicar los principios universales de sostenibilidad y de adoptar medidas para respaldar los objetivos de la ONU. Anima a las empresas de todo el mundo a alinear sus operaciones y estrategias con diez principios universales en las áreas de derechos humanos, empleo, medio ambiente y lucha contra la corrupción. Es la mayor iniciativa mundial de sostenibilidad corporativa y responsabilidad social de las empresas.

De cara a 2030, las soluciones innovadoras son imprescindibles para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El sector privado, que representa más del 60% del PIB mundial, tiene un papel clave que desempeñar en el impulso de la innovación y la IA Generativa (Gen AI) para el desarrollo sostenible.

El informe "Inteligencia Artificial Generativa para los Objetivos Mundiales" del Pacto Mundial de las Naciones Unidas proporciona a los dirigentes del sector privado herramientas para implantar de forma responsable la Inteligencia Artificial Generativa que también aporte valor empresarial. Incluye estrategias prácticas, estudios de casos y perspectivas sobre la gestión de los riesgos de la IA Generativa, así como recursos para una implementación responsable.

Recursos