De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para 2030 se crearán 24 millones de trabajos nuevos a nivel global, siempre que se adopten e implementen prácticas sostenibles.

Ello permitirá que millones de personas salgan de situaciones de pobreza y disfruten de una mejor vida, algo que está en consonancia con uno de los objetivos del Acuerdo de París, que subraya el compromiso de las naciones de realizar una transición justa, así como crear trabajos decentes y empleo verde. Según el informe, aunque se producirán ciertas pérdidas de empleo (especialmente en la industria petrolera), esto se verá compensado con los puestos de trabajo creados en el ámbito de las energías renovables y la transición hacia una economía circular.

En los países en desarrollo, donde las personas con menos recursos se ven más afectadas por los efectos del cambio climático, la OIT trabaja por el avance y la implementación de un desarrollo económico y social respetuoso con el medio ambiente mediante la promoción de empleo verde y el incremento de oportunidades que generan ingresos.  En las zonas rurales de Zambia, el Programa Empleos Verdes  proporcionó a los agricultores de subsistencia pobres una nueva forma de vida y les ayudó a incrementar la productividad. Mediante el uso de tecnologías verdes, las mujeres aprendieron a construir casas, y construyeron 18 en cinco meses.  Puesto que gran parte de la población no cuenta con una red eléctrica, y Zambia sufre una gran crisis energética, muchas personas no han tenido nunca electricidad.  El programa proporcionó formación a las mujeres para que aprendieran a instalar y montar paneles solares en las casas que se acababan de construir. Se trata de habilidades que han cambiado sus vidas y que han aportado beneficios a toda la comunidad, además de reducir el impacto en el medio ambiente. 

En Sri Lanka , clasificado como el cuarto país más vulnerable del mundo ante los efectos del cambio climático, las constantes inundaciones de 2016 y 2017 causaron graves daños en las regiones de cultivo del té, una fuente de ingresos para muchos.  En 2018, la OIT colaboró con el gobierno nacional y local para desarrollar un modelo que mitigase el impacto de las inclemencias climáticas en los recursos para la subsistencia mejorando la gestión de los recursos de agua disponibles. El proyecto forma parte del programa insignia de la OIT: Empleo para la paz y la resiliencia . La OIT espera que los socios para el desarrollo adopten este modelo para su reproducción en otras regiones afectadas por sequías e inundaciones de Sri Lanka y otros países.

En las zonas rurales de Egipto, una iniciativa de la OIT , en asociación con el gobierno y la universidad, implementó un proyecto piloto mediante el cual se enseñaba a campesinos pobres a fabricar biogás con el abono de su ganado. Ello aportó una fuente de energía y un fertilizante asequibles e incrementó los ingresos y la producción de sus cultivos.  El programa, además, creó empleo para estudiantes recién graduados, que enseñaban a los campesinos a generar biogás mientras fomentaban tecnologías sostenibles con el medio ambiente.