Agua distribuida por un contingente de la Operación Híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur (UNAMID) de Rwanda en Tora (norte de Darfur) La fuente de agua más cercana se encuentra a 1,5 horas y normalmente se utilizan burros para transportar el agua a la aldea. 26 de julio de 2009. © Servicio de Fotografía de las Naciones Unidas/Olivier Chassot

Introducción

El agua dulce es un recurso clave para la salud humana, la prosperidad y la seguridad. Es fundamental para la erradicación de la pobreza, la igualdad de género, la seguridad alimentaria y la preservación de los ecosistemas. Sin embargo, los recursos hídricos se encuentran bajo una presión cada vez mayor procedente de factores impulsores a nivel mundial como son el crecimiento de la población, la variabilidad climática y el cambio mundial. A pesar de ser finitos, los recursos hídricos se están estirando para satisfacer a cada vez más personas y funciones.

La Organización Internacional para las Migraciones reconoce el cambio climático y la migración como los problemas políticos más urgentes de nuestros tiempos. De hecho, la comunidad internacional reconoce la relación existente entre el aumento de la variabilidad climática y la disponibilidad de los recursos hídricos, que perjudica la seguridad alimentaria y la estabilidad social, y que desencadena o intensifica los patrones migratorios en todo el mundo. En este contexto, es esencial que la comunidad internacional desarrolle unos sólidos conocimientos científicos para ayudar a los países a gestionar mejor sus recursos hídricos y a responder a los desafíos relacionados con el agua. El objetivo general es alcanzar la seguridad hídrica mediante la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lleva más de 40 años trabajando en este sentido a través de su División de Ciencias del Agua y, más en concreto, de los Estados miembros del Programa Hidrológico Internacional (PHI), el único programa intergubernamental del sistema de las Naciones Unidas dedicado a la investigación sobre el agua y a la gestión, educación y creación de capacidad en relación con los recursos hídricos. En un principio, se trataba de un programa de investigación hidrológica con una coordinación internacional, pero hoy en día se ha convertido en un enfoque amplio e integral para facilitar la educación y mejorar la gestión y la gobernanza de los recursos hídricos. La División de Ciencias del Agua de la UNESCO ofrece una plataforma para reunir a la comunidad de investigación científica y los encargados de la formulación de políticas, que se benefician de la extensa red de la Familia del Agua de la UNESCO, que comprende el PHI, el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP) y los centros y cátedras de la UNESCO relacionados con el agua.

El objetivo de la UNESCO de crear sociedades del conocimiento se basa en la premisa de que el acceso universal a la información y el conocimiento es clave para consolidar la paz, promover el desarrollo económico sostenible y facilitar enfoques con perspectiva de género que tienen en cuenta las diferencias culturales para abordar los desafíos relacionados con el agua.

Primera parte: Respuesta a las necesidades de los Estados Miembros

Es necesario que la educación en materia de recursos hídricos mejore a todos los niveles para poder afrontar los desafíos mundiales relacionados con el agua. Esta educación puede empezar a una edad temprana en la escuela, a fin de forjar una mentalidad social que reconozca la importancia de este recurso vital. En el plano local, las estrategias educativas tienen la capacidad de promover la conservación de las aguas por parte del conjunto de la comunidad, así como de mejorar la preparación para la gestión conjunta a nivel local de los recursos hídricos. La implicación de la juventud puede extenderse a otros miembros de la comunidad. Entre los objetivos en materia de educación también se encuentra la mejora de las capacidades en los estudios postsecundarios relativos al agua, sobre todo en los países en desarrollo. Sin embargo, la educación en materia de recursos hídricos va más allá de la enseñanza de las ciencias hidrológicas. La UNESCO también se acerca a los profesionales de los medios de comunicación para elaborar comunicaciones precisas y eficaces sobre cuestiones relacionadas con el agua. La colaboración entre las distintas esferas de la educación es clave para producir herramientas, directrices, documentos informativos, programas de desarrollo profesional y estudios de casos vinculados con la educación sobre los recursos hídricos.

En el marco de la educación en materia de recursos hídricos, también existe la necesidad de fomentar los conocimientos científicos a través de la capacitación de la comunidad científica. El continuo desarrollo profesional de las partes interesadas, mediante, por ejemplo, el Instituto para la Educación relativa al Agua de categoría 2 de la UNESCO (IHE Delft (Países Bajos)), aumenta los conocimientos sobre los recursos hídricos y las cuestiones relacionadas con el agua y garantiza la ejecución de proyectos y la aplicación de políticas que abarcan conceptos científicos de gestión sostenible de los recursos hídricos.

En esta labor, la cooperación entre las organizaciones internacionales, los profesionales y los investigadores resulta esencial para desarrollar y crear de forma sostenible conocimientos científicos relacionados con el agua. En efecto, estas redes permiten eliminar las carencias existentes en materia de conocimientos, pues facilitan la transferencia y el intercambio de conocimientos especializados entres las instituciones, el mundo académico, la sociedad civil, las comunidades locales, los investigadores y los encargados de la formulación de políticas. Asimismo, estos procesos colaborativos fomentan la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur. Existen redes tales como la Familia del Agua de la UNESCO, compuesta por 48 cátedras académicas y 36 centros e institutos relacionados con los recursos hídricos, que abordan la seguridad hídrica y otros desafíos relacionados con el agua mediante el desarrollo de nuevos conocimientos y tecnologías innovadoras, la investigación científica interdisciplinaria y colaborativa, el establecimiento de redes, la capacitación y el desarrollo de capacidades. En aquellas áreas con falta de conocimientos especializados, las cátedras y los centros se han convertido en polos de excelencia e innovación que contribuyen a crear sólidos activos regionales.

Segunda parte: Importancia del acceso universal a la información

El acceso al agua potable y el saneamiento a un precio asequible está reconocido como un derecho humano, pero los medios y la gobernanza para garantizar dicho acceso varían entre los distintos países y continentes. El conocimiento y la información tienen efectos significativos en la gestión de los recursos hídricos y, por tanto, en las vidas de las personas. Un acceso universal a información es una condición fundamental para crear sociedades del conocimiento pacíficas, democráticas e inclusivas, lo cual constituye la base del mandato de la UNESCO. En el marco de la consecución del ODS 6 a escala mundial, existe una imperiosa necesidad de mejorar el acceso a los datos y fomentar la divulgación del conocimiento. La promoción de la apertura de los contenidos, la tecnología y los procesos a través de la sensibilización, la formulación de políticas y la creación de capacidad se considera una herramienta fiable para ampliar el acceso al conocimiento. Ofrece un acceso inaudito a conocimientos, información y tecnologías relacionados con los recursos hídricos a partes interesadas, investigadores, estudiantes y educadores de todo el mundo que trabajan en la esfera del agua.

La falta de información precisa, indicadores adecuados y capacidades para analizar y vigilar los datos relacionados con el agua representa un importante desafío para el desarrollo de los países. De hecho, sin la capacidad de procesar, analizar y transformar los datos brutos en información y conocimiento de tal forma que los encargados de la adopción de decisiones puedan entenderlos y utilizarlos, el acceso a los datos no supondrá ninguna diferencia, aunque estos se encuentren disponibles en grandes cantidades. Por tanto, facilitar herramientas de acceso abierto, como el Sistema de Red de Información sobre el Agua del PHI (WINS) o el Portal de Datos Oceanográficos1, que ofrecen datos geoespaciales, permite intercambiar información clara y directa, y contribuye a crear una base sólida para la adopción de decisiones. Por ejemplo, en 2008, el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales de Alemania (BGR) y el PHI de la UNESCO publicaron el primer mapa mundial de los por aquel entonces 273 acuíferos transfronterizos compartidos, el cual se actualizó en 2015, año en el que se incluyeron 592 acuíferos compartidos. Esta información está disponible en el WINS del PHI.

La necesidad de contar con información fiable para enfrentarse de forma satisfactoria a la complejidad de gestionar los recursos hídricos ha llevado al desarrollo y la promoción de diversas herramientas y metodologías. Esas combinan diversos tipos de datos que sacan partido a la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) y ofrecen soluciones de modelización para abordar los desafíos de la seguridad hídrica. La División de Ciencias del Agua de la UNESCO promueve el uso de estas tecnologías en actividades que van desde el despliegue de sistemas de vigilancia hidroclimática en América Latina y África hasta la creación de capacidad en los Estados Miembros en relación con las alertas y la gestión de inundaciones en Asia Meridional, pasando por el desarrollo de estrategias de gestión del riesgo climático en zonas urbanas, entre otras.

Mediante la combinación de la apertura y la TIC, el modelo de software libre y de código abierto (FOSS) proporciona interesantes herramientas y procesos para crear, intercambiar, compartir y aprovechar el software y los conocimientos de forma eficiente para la gestión de los recursos hídricos. El FOSS posee el potencial de desempeñar un importante papel como instrumento práctico para el desarrollo, pues su carácter libre y abierto lo convierte en un elemento natural para reducir las diferencias entre los países industrializados y aquellos que tienen economías emergentes.

El conocimiento relacionado con la gestión de los recursos hídricos no se limita a la información con base científica. En las comunidades rurales e indígenas, los conocimientos locales fundamentan la adopción de decisiones y ofrecen una base para gestionar los recursos hídricos de una manera que resulte adecuada para el contexto local. En la actualidad, los pueblos indígenas, que antes se consideraban simples usuarios de los recursos, son reconocidos como asociados fundamentales en la esfera de la gestión de los recursos hídricos. En este sentido, el programa Sistemas de Conocimientos Locales e Indígenas (LINKS) de la UNESCO2 ofrece una iniciativa interdisciplinaria para garantizar el desempeño de un papel activo y equitativo por parte de las comunidades locales en la gestión de los recursos y superar así las barreras creadas por las diferencias entre las cosmovisiones científicas e indígenas.

La divulgación de conocimientos y el intercambio de mejores prácticas son aspectos importantes a la hora de facilitar la comunicación entre los científicos, los profesionales locales y los encargados de la formulación de políticas. Un buen ejemplo de ello lo constituyen los informes mundiales sobre el desarrollo de los recursos hídricos (WWDR) de las Naciones Unidas, cuya finalidad es facilitar a los encargados de la adopción de decisiones las herramientas necesarias para llevar a cabo un uso sostenible del agua y ofrecer mejores prácticas, así como análisis teóricos exhaustivos, a fin de contribuir a impulsar ideas y medidas dirigidas a lograr una mejor administración del sector hídrico. El desarrollo de los WWDR, coordinado por el WWAP de la UNESCO, es una iniciativa conjunta de los organismos y las entidades de las Naciones Unidas que son miembros de ONU-Agua y trabajan en colaboración con instituciones gubernamentales, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y otras partes interesadas.

Tercera parte: Aumento del conocimiento a través de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La creación de conocimientos científicos relacionados con los recursos hídricos también depende de la capacidad de la comunidad internacional del agua para definir las relaciones existentes, cooperar y perseguir objetivos comunes. Esto resulta aún más importante si tenemos en cuenta que el acceso universal al agua y la correcta gestión de los recursos hídricos resultan fundamentales para lograr distintos fines y metas de los ODS. En consecuencia, este conocimiento puede desplegarse y servir también para la aplicación de la Agenda 2030 en su conjunto.

En el Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 2016 se destaca que 3 de cada 4 empleos en todo el mundo dependen del agua y que la escasez de agua y la falta de acceso a este recurso pueden limitar el crecimiento económico en los próximos años3. Por tanto, la gestión sostenible de los recursos hídricos y la prestación de servicios relacionados con el agua puede favorecer el crecimiento del empleo y la creación de trabajos decentes. En resumen, abordar el desempleo juvenil, la inadecuación de la preparación y la brecha entre los géneros existente en el sector hídrico puede contribuir a lograr seguridad hídrica a nivel mundial. Una medida importante para hacer frente a estos desafíos consiste en fortalecer la educación en materia de recursos hídricos y desarrollar capacidades a todos los niveles. Este objetivo integra aspectos económicos, sociales y ambientales, y reconoce las íntimas relaciones que existen entre el agua (ODS 6), la educación (ODS 4) y el empleo (ODS 8) a la hora de tratar de conseguir un desarrollo sostenible para todos.

La Agenda 2030 ofrece una base para desarrollar conocimientos científicos en algunas esferas relacionadas con el agua. Por ejemplo, aunque existe una buena base de conocimientos sobre las aguas de superficie, es probable que en la primera fase de la vigilancia del indicador 6.5.2 de los ODS, relativo a la cooperación en materia de aguas transfronterizas, en la cual participa la UNESCO como uno de los organismos responsables, se pongan de relieve los desafíos en materia de seguridad hídrica a los que se enfrentan los países debido a la deficiencia de conocimientos relacionados con las aguas subterráneas. La falta de cooperación oficial y operativa en relación con los recursos hídricos subterráneos compartidos es consecuencia de los todavía limitados conocimientos científicos y técnicos sobre la ubicación, la magnitud y otras características físicas de los acuíferos transfronterizos. En este sentido, la Agenda 2030 presenta una oportunidad crucial para que el PHI de la UNESCO y los órganos de las Naciones Unidas continúen creando una base científica para la gestión de las aguas subterráneas en los planos nacional, regional, mundial y transfronterizo.

Para aumentar la sensibilización de los países sobre los avances logrados a nivel mundial en relación con el ODS 6 y permitirles elaborar una hoja de ruta hacia un desarrollo más sostenible, se encargó a un equipo de tareas de ONU-Agua dirigido por el WWAP de la UNESCO la elaboración del Informe de síntesis 2018 sobre el ODS 6 relacionado con el agua y el saneamiento4. El objetivo de este informe es ofrecer una sinopsis del estado de consecución del ODS 6 en los planos mundial y regional. En este proceso, se espera que la ciencia, la tecnología y la innovación mejoren la base general de conocimientos sobre los recursos hídricos.

Además, es fundamental desarrollar iniciativas conjuntas que sirvan como punto de encuentro para la comunidad internacional y ofrezcan una vía de comunicación sobre los recursos hídricos, así como sobre los desafíos y las necesidades conexos. Este es el objetivo del Decenio Internacional para la Acción, “Agua para el Desarrollo Sostenible” (2018-2028), que reunirá a los asociados especializados en la esfera del agua para trabajar con vistas a desarrollar la cooperación y sensibilizar sobre la gestión sostenible de los recursos hídricos.

Conclusión

Solo seremos capaces de eliminar las deficiencias en materia de conocimientos que nos impiden lograr soluciones sostenibles para la seguridad hídrica a través de la cooperación y la investigación científica. En este contexto, es esencial que la UNESCO siga desarrollando sólidos conocimientos científicos para ayudar a los países a gestionar mejor sus recursos hídricos. En esta labor, la UNESCO trabaja para crear sociedades del conocimiento inclusivas y empoderar a las comunidades locales aumentando el acceso a la información, y preservando y compartiendo datos para gestionar de manera más adecuada los recursos hídricos. Para garantizar la plena utilización de las inversiones en la creación de conocimientos, la organización fomenta una cultura de intercambio de conocimientos proporcionando los foros adecuados, principalmente físicos, pero también virtuales, y apoyando las redes y comunidades.

Las redes de cooperación de la UNESCO son un importante factor impulsor de la creación y el desarrollo sostenible de dichos conocimientos. La promoción de la apertura de los contenidos, la tecnología y los procesos puede ampliar el acceso a los conocimientos y lograr el acceso universal a la información y, posteriormente, al agua.
Notas

  1. Para obtener más información, visite http://ihp-wins.unesco.org/ y http://www.oceandataportal.org/.
  2. Para obtener más información, consulte http://www.unesco.org/new/es/natural-sciences/priority-areas/links/.
  3. Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos, Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 2016: agua y empleo (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), París, 2016, pág. 38).
  4. Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos de las Naciones Unidas y ONU-Agua (WWAP-UNESCO), Informe de síntesis 2018 sobre el ODS 6 relacionado con el agua y el saneamiento en la Agenda 2030 (próxima publicación).