El sufrimento se refleja en el rostro de muchos seres humanos en muchas partes del mundo. Uno de esos lugares es la República Centroafricana, un pequeño país sumido en una crisis casi olvidada. Es una nación consumida por la violencia, el odio y la inestabilidad. Pero los defensores de los derechos humanos están esforzándose por cambiar su futuro.