Nada puede ser más contradictorio que pasar hambre en la abundancia y, sin embargo, esto es lo que ocurría en Burkina Faso, donde la venta de las cosechas en el momento de la recolección tiraba el precio de los cereales por los suelos. Ahora, gracias a la construcción de unos simples silos, los campesiones pueden controlar mejor el precio de sus productos y tener dinero para comprar comida.