Una superficie del tamaño de Egipto, unos 100 millones de hectáreas, de tierras sanas y productivas se degrada cada año debido a la sequía y la desertificación, provocadas principalmente por el cambio climático y la mala gestión de la tierra.
Una superficie del tamaño de Egipto, unos 100 millones de hectáreas, de tierras sanas y productivas se degrada cada año debido a la sequía y la desertificación, provocadas principalmente por el cambio climático y la mala gestión de la tierra.