La diversidad biológica hace referencia a la variedad de la vida en la Tierra y los patrones naturales que forma. Es imprescindible proteger la gran variedad de especies que alberga nuestro planeta, pero, en la búsqueda del desarrollo humano, a menudo, esto pasa a un segundo plano. De hecho, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la actividad humana está llevando a la extinción a un millón de especies de plantas y animales.
Se trata de la mayor pérdida de vida desde la época de los dinosaurios.
La naturaleza disminuye a un ritmo sin precedentes
Con la biodiversidad de las especies y la naturaleza en declive a un ritmo sin precedentes, en las condiciones actuales, la extinción es una posibilidad muy real para muchas formas de vida. Especies de las que parece que tenemos grandes cantidades están en peligro, entre ellas, las jirafas, robles, loros, cactus e incluso las algas marinas.
Esta pérdida de biodiversidad amenaza a todos los seres vivos del planeta, no solo a las especies cercanas a la extinción. El pescado proporciona el 20 % de las proteínas animales para aproximadamente 3000 millones de personas y más del 80 % de la alimentación del ser humano procede de las plantas. El 80 % de la población rural de los países en desarrollo depende de la medicina tradicional a base de plantas para su atención sanitaria básica.
Según el Informe de Evaluación Global de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), «alrededor de un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, muchas de ellas en las próximas décadas», más que nunca en la historia de la humanidad.
En este contexto, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad de diciembre de 2022 (o COP15) finalizó con un acuerdo global para frenar esta degradación con la adopción del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal (GBF), en el que se describen las acciones que se deben realizar a nivel mundial para garantizar nuestro sistema de soporte de vida.
En el Informe se establecen los siguientes cinco factores fundamentales de la crisis de la naturaleza:
- Cambios en la utilización del suelo y del mar: La forma en que utilizamos la tierra y el mar tiene gran impacto en la biodiversidad y cambiarla puede aliviar la presión sobre los ecosistemas. La agricultura por sí sola supone una amenaza para el 85 % de las 28 000 especies en peligro de extinción.
- Cambio climático: el aumento de la temperatura global puede amenazar hasta una de cada seis especies a nivel mundial.
- Contaminación: La contaminación del aire, el suelo y el agua aumenta en todo el mundo, y es fundamental reducirla al mismo tiempo que se gestionan los productos químicos y los residuos para combatir la crisis de la naturaleza. Además, el uso de pesticidas es el principal responsable de la reducción de plantas e insectos.
- Explotación directa de los recursos naturales: Prevenir y revertir la degradación de la tierra y los océanos puede evitar la pérdida de un millón de especies que están en peligro de extinción. Gracias a su relación espiritual con la tierra, se reconoce a los pueblos indígenas como los guardianes de la biodiversidad. En muchas partes del mundo, los pueblos indígenas están a la vanguardia de la conservación, como se señala en Territorios de vida, un informe apoyado en parte por el PNUMA.
- Especies invasoras: Las especies exóticas invasoras son aquellas que han comenzado a crecer fuera de su hábitat habitual y pueden provocar la reducción, o incluso la extinción, de las especies autóctonas de estos entornos.
Nos enfrentamos a un reto enorme, pero tenemos una hoja de ruta
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 15, «La vida en la tierra», tiene como objetivo «Proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de forma sostenible los bosques, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de biodiversidad». Su objetivo es proteger los espacios naturales de la Tierra para que los seres humanos y otras especies puedan seguir disfrutando de ellos en el futuro.
El histórico Acuerdo de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad incluye 23 objetivos basados en acciones que se deben alcanzar para 2030 con el fin de preparar el terreno hacia nuevos objetivos para 2050.
Para proteger la diversidad biológica a la vez que nos desarrollamos como planeta, es fundamental que alcancemos estos objetivos en el plazo previsto. Como dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA): «El éxito se medirá por nuestro progreso rápido y constante en la implementación de lo que hemos acordado. Todo el sistema de la ONU va dirigido a apoyar su implementación para que realmente podamos hacer las paces con la naturaleza».
Para saber más acerca del ODS 15: Vida de ecosistemas terrestres, haga clic aquí.