Europa y Asia Central prácticamente han erradicado el hambre; sin embargo, la certeza del acceso a los alimentos ha acarreado un cambio en los hábitos de consumo que está creando nuevas amenazas para la salud, alerta un informe de la FAO divulgado hoy.

Según el estudio, esas regiones han pasado de la desnutrición debida a la carencia de micronutrientes a un aumento del consumo de grasas, azúcar, carne, productos lácteos y alimentos procesados.

Además, el estilo de vida moderno generalmente acompaña estas nuevas formas de mala nutrición con el sedentarismo, lo que ha aumentado el sobrepeso y la obesidad y las enfermedades degenerativas que esto conllevan.

El economista de la FAO y autor del informe, David Sedik, explicó que al estudiar la evolución de la dietas a medida que aumentan los ingresos ha mostrado que sube la proporción de calorías procedente de edulcorantes, aceites vegetales y productos animales, mientras que la derivada de los cereales disminuye.

De acuerdo con el estudio, el 70% de la población de la región padece desnutrición, carencias de micronutrientes o sobrenutrición.

Esta situación genera grandes gastos para los sistemas de salud pública, por lo que la FAO recomienda a los países, entre otras medidas, aplicar impuestos y subvenciones para modificar los precios relativos de los alimentos en función de su carácter saludable y educar a la población en materia de nutrición para que adopte una dieta saludable y equilibrada.

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