Capítulo II: B. Mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales

The UN Stabilization Mission in Haiti (MINUSTAH) delivering election materials and deploying security personnel ahead of elections. UN Photo/Logan Abassi

Adaptación a nuevos conflictos 
 

Los conflictos actuales plantean desafíos complejos para la Organización. Con el fin de estar mejor preparados y responder eficazmente a lo que eso exige, debemos añadir a nuestro enfoque las siguientes acciones:

  • Fortalecer nuestra capacidad de llegar a soluciones políticas para las amenazas existentes y los nuevos desafíos; 
  • Velar por que las iniciativas de construcción de los Estados e instituciones refuerce la legitimidad mediante la inclusión y la atención a reivindicaciones; ​
  • Mantener la imparcialidad de la Organización; 
  • Hacer un uso eficaz de los buenos oficios del Secretario General mediante el apoyo a la mediación.

Las Naciones Unidas no se deben limitar a reaccionar a los acontecimientos, sino que deben anticiparse a ellos estableciendo relaciones con asociados nacionales y regionales para prevenir conflictos. La prevención exige abordar las causas profundas de los conflictos en los tres pilares de las Naciones Unidas: la paz y la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo inclusivo.

Con el fin de convertir a las Naciones Unidas en una institución ágil y capaz de ofrecer resultados en entornos complejos, inicié un examen de la arquitectura de paz y seguridad de la Secretaría. Apoyo firmemente el mensaje clave del Grupo Independiente de Alto Nivel sobre las Operaciones de Paz en el sentido de que nuestra labor tiene que centrarse en las soluciones políticas. También estamos abriendo nuevos caminos con la creación de la Oficina de Lucha contra el Terrorismo (resolución 71/291 de la Asamblea General). 

Las mujeres, la paz y la seguridad 

La agenda sobre las mujeres, la paz y la seguridad es fundamental para prevenir los conflictos y encontrar respuestas más eficaces a las crisis actuales, y las Naciones Unidas deben liderar con el ejemplo. Estoy dedicado a garantizar un seguimiento efectivo de las recomendaciones específicas de género derivadas de exámenes anteriores y las resoluciones sobre el sostenimiento de la paz de 2016. Una de mis tareas urgentes actuales es tratar de incrementar el número de mujeres designadas para participar en procesos de mediación dirigidos o codirigidos por las Naciones Unidas y en misiones de mantenimiento de la paz y misiones políticas especiales (véase la figura III). La publicación de las Naciones Unidas Guidance on Gender and Inclusive Mediation Strategies se publicó durante el período de que se informa con el fin de ofrecer estrategias prácticas para una mediación más inclusiva y con perspectiva de género. En una conferencia sobre el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas celebrada en Londres en septiembre de 2016 más de 60 Estados Miembros se comprometieron a aumentar la participación de mujeres en todos los niveles de las operaciones de mantenimiento de la paz. En la actualidad hay un 26% de mujeres que son jefas de misión y jefas adjuntas de misión, la proporción más alta jamás lograda, pero aún estamos lejos de la paridad entre los géneros. 

Los jóvenes, la paz y la seguridad 

Las resoluciones del Consejo de Seguridad más recientes se han centrado con creciente interés en aprovechar la contribución de los jóvenes al sostenimiento de la paz. El estudio que está en marcha sobre los jóvenes, la paz y la seguridad está documentando la contribución positiva de los jóvenes de ambos sexos gracias a las consultas mantenidas con ellos. Es necesario seguir investigando para llegar a comprender las consecuencias de la tecnología en el creciente desempleo juvenil y cómo se puede aprovechar la tecnología en la educación de los jóvenes.  

Interposición de mis buenos oficios: diplomacia preventiva y mediación 

 Estoy plenamente dispuesto a ofrecer apoyo para solucionar las controversias por medios pacíficos recurriendo a mis buenos oficios. Desde el momento en que se vislumbra una posible situación de violencia, mis enviados y representantes especiales suelen estar entre los primeros en acudir. Mi Representante Especial para África Occidental y el Sahel, que trabajó regularmente con los agentes regionales, desempeñó un papel crítico durante la crisis postelectoral que se desató en Gambia con su apoyo a la mediación que dio lugar a la decisión del ex-Presidente Jammeh de ceder el poder de manera pacífica. Mi Representante Especial que dirige el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Diplomacia Preventiva en Asia Central mantiene su compromiso de interponer sus buenos oficios para facilitar las negociaciones sobre los recursos hídricos transfronterizos. Mi Representante Especial para África Central sigue promoviendo el diálogo político inclusivo y ofreciendo sus buenos oficios en el Gabón, el Congo, el Chad y el Camerún. La operación de mantenimiento de la paz para la República Centroafricana está trabajando con la Unión Africana con el objeto de impulsar la Iniciativa Africana para la Paz y la Reconciliación, incluidas las medidas para prevenir la violencia entre las comunidades. He instado a la India y el Pakistán a que encuentren una solución pacífica a las tensiones y he reiterado la disponibilidad de mis buenos oficios para ayudar en lo que sea necesario. También dispongo en la Sede y en el Equipo de Reserva de Asesores Superiores sobre Mediación de un grupo de expertos listos para ser enviados a donde haga falta. Sus conocimientos técnicos han sido de gran ayuda no solo a mis enviados, sino también en las iniciativas regionales y nacionales. También he interpuesto personalmente mis buenos oficios en varios contextos desde mi nombramiento y tengo la intención de seguir haciéndolo.

La intervención para prevenir y poner fin a las graves violaciones que se cometen contra los niños puede constituir un punto de partida para el diálogo y la mediación. Las partes estatales y no estatales han buscado asumir compromisos para poner fin a las graves violaciones cometidas contra los niños. Junto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y otros organismos, la Oficina del Representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados apoya, en calidad de observador y garante, la aplicación del acuerdo de mayo de 2016 firmado entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo sobre la separación de los niños vinculados con el grupo armado. Tras colaborar con mi Representante Especial, la República Democrática del Congo se comprometió a avanzar para evitar el reclutamiento de niños en las fuerzas armadas del país.  

Transiciones democráticas y elecciones 

La importancia de acompañar los procesos electorales con la diplomacia preventiva quedó demostrada este último año. En Ghana, los buenos oficios de mi Representante Especial para África Occidental y el Sahel fueron esenciales para lograr un desenlace pacífico de las tensiones electorales. La coordinación con los agentes regionales e internacionales, en particular la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, fue decisiva para evitar la violencia. En el Afganistán, las Naciones Unidas apoyaron reformas clave para fortalecer el proceso electoral, incluida la elección de tres mujeres para integrar la comisión electoral. La conclusión del proceso electoral en Haití a principios de 2017, con el apoyo de las Naciones Unidas, allanó el camino para el retorno a la normalidad constitucional y la estabilidad política.

Como contraste a estos logros, las tensiones políticas en la República Democrática del Congo aumentaron ante la expiración del segundo mandato del Presidente Kabila en diciembre de 2016. El mandato de la misión de mantenimiento de la paz se reorientó para apoyar la protección de los civiles y la aplicación del acuerdo negociado por la Conferencia Episcopal Nacional del Congo, compuesto de dirigentes cristianos del país. El apoyo significativo de la comunidad internacional seguirá siendo necesario para poder organizar elecciones pacíficas y dignas de crédito para finales de 2017.  

Gestión de las crisis 

Las operaciones de paz de las Naciones Unidas se despliegan cada vez con antelación con el fin de prevenir o contener la violencia o ayudar a ponerle fin. La necesidad imperiosa de evitar que se intensifique la violencia puede imponer la necesidad de enviar misiones de las Naciones Unidas, incluso cuando no exista una solución política viable o de haberla, esta sea precaria. La experiencia ha demostrado que las operaciones de mantenimiento de la paz, por muy bien equipadas que estén o por robustas que sean, no pueden cumplir eficazmente los mandatos de protección de los civiles si no hay una estrategia política o un plan que apoyen las partes y los interesados regionales e internacionales.

Ello se ha puesto de manifiesto en diversos teatros de operaciones de mantenimiento de la paz. La misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana intervino en numerosas ocasiones para impedir que la violencia entre comunidades se agravara y se volviera incontrolable, evitando así grandes matanzas. La misión en Sudán del Sur ha tenido dificultades para proteger a los civiles al intensificarse las hostilidades entre las partes en el conflicto y tras la implantación de diversas medidas obstruccionistas y paralizantes por las autoridades nacionales. Debido a la falta de cooperación del Gobierno, la situación mejoró muy poco con el despliegue de una fuerza de protección regional. No obstante, aunque no haya cumplido su cometido en algunas situaciones serias, la misión de las Naciones Unidas brinda cotidianamente protección y sostén a cientos de miles de personas. Las múltiples deliberaciones celebradas y las declaraciones formuladas por el Consejo de Seguridad, la Unión Africana y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo no han encontrado una vía clara para lograr el cese de las hostilidades y revitalizar el proceso político.

Resulta esencial que el personal de mantenimiento de la paz tenga la capacidad apropiada y la voluntad política para proteger a los civiles. En Malí, las demoras en la generación de activos militares esenciales limitaron la capacidad de la misión de las Naciones Unidas para cumplir el mandato reforzado y proactivo que había sido autorizado en junio de 2016. Si bien la misión desplegó esfuerzos de mediación denodados para apoyar la aplicación del acuerdo de paz, los desacuerdos prolongados y la falta de confianza entre las partes signatarias provocaron un estancamiento que ha contribuido aún más al deterioro de la situación. Se está elaborando un marco para reforzar los compromisos y cumplir mejor los mandatos de protección de civiles.

Llegar a soluciones negociadas en medio de hostilidades intensas, sin dejar de tener en cuenta los complejos intereses locales, regionales e internacionales, ha resultado sumamente difícil tanto donde hay misiones como en otros contextos. En la República Árabe Siria, al no haberse llegado a un acuerdo, la violencia y el sufrimiento de las personas han seguido exacerbándose durante demasiado tiempo. Las negociaciones sobre una transición política en la República Árabe Siria, facilitadas por mi Enviado Especial bajo los auspicios de las Naciones Unidas, se reanudaron en enero de 2017. Sin embargo, sobre el terreno, los persistentes ataques contra la población civil causan desplazamientos en masa que amenazan la estabilidad en la región y fuera de ella. En el Yemen, pese a los esfuerzos de mi Enviado Especial, las partes no han retornado a la mesa de negociaciones. En el Afganistán, mi Representante Especial sigue apoyando las iniciativas de reconciliación en medio de una prolongada crisis humanitaria. En Burundi, los avances en la búsqueda de una solución política han sido igualmente lentos, debido en gran medida a que las partes se resisten a interactuar sin establecer condiciones previas.  

Sostenimiento de la paz  

Las resoluciones de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad sobre el sostenimiento de la paz han ampliado el concepto de la consolidación de la paz. Lo que antes se percibía como una tarea característica del contexto posterior a un conflicto, la consolidación de la paz se centra en evitar que la violencia estalle, se intensifique y persista o resurja, a fin de sostener la paz durante todo el ciclo de un conflicto.

En mi próximo informe sobre el sostenimiento de la paz se enunciarán las implicaciones que tendría adoptar ese enfoque integral, así como sus vínculos con reformas más amplias. Mi plataforma de prevención será un elemento central, que apoyará un enfoque más integrado, estratégico y coherente de los tres pilares de la labor de las Naciones Unidas: la paz y la seguridad, el desarrollo y los derechos humanos.

Estamos llevando a la práctica, cuando procede, el concepto de sostenimiento de la paz. La Secretaría apoya los métodos de trabajo que emplea la Comisión de Consolidación de la Paz para lograr que los Estados Miembros, las organizaciones regionales y subregionales, la sociedad civil y las instituciones financieras internacionales hagan frente de consuno a una amplia gama de situaciones regionales, transfronterizas y de países específicos. Inmediatamente después de que se resolviera de forma pacífica la crisis postelectoral en Gambia, el envío de una misión de evaluación de las Naciones Unidas, la visita del Presidente de la Comisión de Consolidación de la Paz y el rápido desembolso de subvenciones del Fondo para la Consolidación de la Paz fueron determinantes para apoyar los esfuerzos del nuevo Gobierno por consolidar la estabilidad.

En Liberia, a solicitud del Consejo de Seguridad, las Naciones Unidas elaboraron un plan de consolidación de la paz a través de un mecanismo tripartito de las Naciones Unidas, la Unión Europea y el Banco Mundial, con el objetivo de dirigir la transición después de la operación de mantenimiento de la paz. En la República Centroafricana y Malí, las Naciones Unidas comenzaron a desarrollar estrategias de participación comunitaria para crear la capacidad local y prevenir y mitigar las tensiones y los conflictos entre comunidades.

Los progresos constantes que se han hecho en Côte d’Ivoire, Haití y Liberia allanaron el camino para reducir gradualmente en 2017-2018, según lo previsto, las operaciones de mantenimiento de la paz en esos países. La tentativa de amotinamiento del ejército que tuvo lugar en Côte d’Ivoire en mayo de 2017 fue una señal de que el Gobierno debía encarar las reivindicaciones planteadas en el sector de la seguridad y de manera más general sostener las actividades de consolidación de la paz en el país. En Haití, una operación de mantenimiento de la paz más pequeña y especializada aprovechará la labor realizada por su predecesora para apoyar el estado de derecho. No obstante, la retirada de una misión no supone el final del camino hacia la paz sostenible, sino más bien la reconfiguración de la presencia de la Organización.

Para sostener la paz es indispensable disponer de financiación que se desembolse con rapidez, tenga efectos catalizadores y sea tolerante al riesgo. El Fondo para la Consolidación de la Paz mantuvo sus niveles de financiación y en su conferencia sobre promesas de contribuciones celebrada en septiembre de 2016 recibió el compromiso renovado de 33 Estados Miembros. El Fondo superó la meta aplicable a todas las Naciones Unidas de destinar al menos el 15% de los recursos a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Asimismo, participó más ampliamente en la financiación de iniciativas de consolidación de la paz transfronterizas y regionales, estableció la primera corriente de financiación de las Naciones Unidas destinada a los jóvenes, la paz y la seguridad y, por primera vez, aportó fondos directamente a organizaciones de la sociedad civil.  

Alianzas  

Tenemos más probabilidades de éxito si nos unimos para encarar posibles crisis y apoyar a las comunidades en la búsqueda de la paz. Por tanto, he priorizado el establecimiento de alianzas y en abril de 2017 firmé, junto con el Presidente de la Comisión de la Unión Africana, un acuerdo en que se formalizan mecanismos conjuntos de cooperación y consultas periódicas a nivel estratégico y de trabajo. El acuerdo abarca todo el espectro de la paz y la seguridad, desde la creación de un grupo de trabajo de las Naciones Unidas y la Unión Africana sobre la prevención de conflictos hasta la gestión de las crisis. En Somalia, Darfur, la República Centroafricana y Malí, el historial de nuestra cooperación con la Unión Africana recoge soluciones adaptadas e innovadoras. Espero que mis propuestas sobre la financiación sostenible, previsible y flexible de las operaciones de apoyo a la paz de la Unión Africana con mandato del Consejo sean acogidas favorablemente por los Estados Miembros. Esa colaboración debe basarse en el entendimiento de las ventajas comparativas y el valor añadido. 

Nuestras alianzas constituyen uno de los instrumentos de prevención más valiosos de las Naciones Unidas  

Las alianzas eficaces de las Naciones Unidas con Gobiernos, organizaciones no gubernamentales o el sector privado constituyen uno de sus instrumentos de prevención más valiosos. En Asia Central colaboramos estrechamente con la Organización de Cooperación de Shanghái en una serie de cuestiones, incluida la lucha contra las amenazas que plantean el terrorismo, el extremismo violento y el narcotráfico. En África Meridional, las Naciones Unidas apoyaron las actividades nacionales de capacitación en mediación realizadas por la Comunidad de África Meridional para el Desarrollo (SADC) en Lesotho antes de las elecciones de junio de 2017, contribuyendo así a las iniciativas de mediación más amplias de la SADC. En Asia Sudoriental, las Naciones Unidas terminaron de elaborar, junto con la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental, un nuevo plan de acción en que se resalta una alianza más estrecha para el sostenimiento de la paz y la diplomacia preventiva, así como en los asuntos económicos y socioculturales. En Europa, apoyo decididamente la búsqueda de una solución pacífica al conflicto de Ucrania por intermedio del Grupo de los Cuatro de Normandía, el Grupo de Contacto Trilateral y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

Nuestra cooperación estrecha con la Unión Europea se ha fortalecido aún más, sobre todo en Malí, la República Centroafricana y Somalia, y hemos trabajado juntos en procesos políticos fundamentales en toda África y el Oriente Medio. Nos hemos centrado también en el despliegue rápido y la reforma del sector de la seguridad.

En abril de 2017, el Presidente del Banco Mundial y yo firmamos una versión actualizada del Marco de Asociación para las Situaciones de Crisis y Poscrisis, en que se ampliaba la colaboración con el fin de incluir la prevención de conflictos violentos. Renovamos nuestro compromiso de trabajar juntos en lo que respecta a los desafíos humanitarios, políticos y en materia de desarrollo, seguridad, consolidación de la paz y derechos humanos. 

Para prevenir los conflictos y sostener la paz tenemos que ayudar a los países a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible    

Para prevenir los conflictos y sostener la paz tenemos que ayudar a los países a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, el vínculo entre el desarrollo inclusivo sostenible y la prevención de la violencia no se comprende bien. Las Naciones Unidas y el Banco Mundial han emprendido un estudio pionero sobre la forma en que interactúan los procesos políticos y de desarrollo para prevenir la violencia, en el que se examinarán las pruebas de que las reivindicaciones derivadas de la desigualdad y la exclusión aumentan el riesgo de conflictos violentos.