Cinco formas de reactivar la transición a energías renovables

Cuatro indicadores clave del cambio climático —la concentración de gases de efecto invernadero, el aumento del nivel del mar, la acidificación y el calor en el océano— alcanzaron nuevos récords en 2021. Esto es todavía otro indicativo claro de que la actividad del ser humano está provocando cambios a escala planetaria, tanto en la superficie terrestre como en el océano y la atmósfera, derivando en tremendos y duraderos perjuicios para todos.

Lo fundamental para abordar esta crisis es dejar de depender de las energías generadas mediante combustibles fósiles, que son la causa principal del cambio climático. 

«Las buenas noticias son que la salvación se encuentra justo en frente nuestro», comenta el Secretario General de la ONU, António Guterres, destacando que las tecnologías en energías renovables como la eólica o la solar ya están disponibles en la actualidad y, en la mayoría de los casos, son más asequibles que dirigidas al carbón y otros combustibles fósiles. Ahora, necesitamos ponerlas en marcha de manera urgente, con rapidez y a gran escala.

El Secretario General señala cinco acciones fundamentales necesarias de priorizar ahora a nivel mundial y con objeto de transformar nuestros sistemas energéticos y acelerar el cambio a las energías renovables: «Ya que, sin renovables, no puede haber un futuro».

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Hacer de las energías renovables un bien global al alcance de todos

Para que la tecnología en energías renovables esté al alcance de todos globalmente, es decir disponible para todos nosotros y no solo para los más ricos, será esencial eliminar cada obstáculo que impida el intercambio de conocimientos y la transferencia tecnológica, incluyendo las barreras impuestas a los derechos de propiedad intelectual.

Tecnologías esenciales, como sistemas de almacenamiento en baterías permiten que la energía de fuentes renovables como la solar o eólica pueda almacenarse y utilizarse cuando las personas, las comunidades o los negocios la necesiten. Ayudan a aumentar la flexibilidad del sistema energético dada su capacidad exclusiva de absorber con rapidez, retener y reinyectar la electricidad, según comunica la Agencia Internacional de Energías Renovables.

Asimismo, al emparejarse con generadores de energía renovables, las tecnologías de almacenamiento en baterías pueden proporcionar una electricidad más fiable y asequible en comunidades con red o sin red eléctrica que se encuentren en lugares remotos. 

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Mejorar el acceso global a sus componentes y materias primas

Es fundamental un sólido suministro de componentes y materias primas para las energías renovables. Será clave un acceso más amplio para todos los componentes y materiales importantes, desde los minerales necesarios para producir turbinas eólicas y redes eléctricas hasta vehículos eléctricos.

Se hará necesaria una coordinación significativa a escala internacional a fin de expandir y diversificar la capacidad productiva globalmente. Además, son necesarias mayores inversiones para garantizar una transición justa; lo que incluye la formación en competencias para las personas, la investigación y desarrollo, así como incentivos destinados a crear cadenas de suministro a través de prácticas sostenibles que protejan tanto ecosistemas como culturas.

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Nivelar las condiciones para implantar estas tecnologías en energías renovables

Sabiendo que tanto la cooperación como la coordinación internacionales son importantes, deberán reformarse de forma urgente los marcos políticos nacionales a fin de optimizar y acelerar el viaje encaminado a proyectos en renovables y con el objetivo puesto en catalizar las inversiones del sector privado.

Tenemos la tecnología, los fondos y la capacidad para una transición hacia las energías renovables, pero existe una necesidad de políticas y procesos a implementar con el fin de reducir los riesgos del mercado y activar e incentivar las inversiones; incluyendo una simplificación y planificación, que permitan procesos normativos y, a su vez, impidan la aparición de nuevos obstáculos y trámites burocráticos. Aquí podría incluirse la asignación de un espacio para habilitar infraestructuras a gran escala, en especial en Zonas de energías renovables.

Las Contribuciones Nacionalmente Determinadas, los planes de acción climática individual de los países destinados al recorte de las emisiones y a la adaptación ante los impactos provocados por el cambio climático, deben marcar objetivos de energías renovables alineados con el objetivo de 1,5C; y la cuota de energías renovables en la generación global de electricidad debe aumentar del actual 29 % hasta el 60 % en 2030.

Unas políticas precisas y sólidas, unos procesos transparentes, el apoyo público y la disponibilidad de los sistemas modernos energéticos resultan clave para acelerar la adopción, tanto de las tecnologías energéticas solares como las eólicas.

 

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Cambiar los subsidios destinados a los combustibles fósiles a las energías renovables

Los subsidios para los combustibles fósiles suponen una de las mayores barreras financieras que obstaculizan este cambio global a las energías renovables. El Fondo Monetario Internacional (FMI) comunicó que, solo en 2020, alrededor de 5,9 trillones de USD se invirtieron en subvenciones para el sector de los combustibles fósiles, donde se incluyen esos subsidios explícitos, las exenciones fiscales y otros perjuicios medioambientales y para la salud que no tienen dentro del coste que suponen los carburantes fósiles. Esto asciende aproximadamente a 11 000 millones de USD diarios.

Los subsidios para los combustibles fósiles son tan ineficaces como injustos. En todos los países en desarrollo, alrededor de la mitad de los recursos públicos destinados a un gasto que ayude al consumo de los combustibles fósiles beneficia a un 20 % de la población con mayor riqueza, de acuerdo con el FMI.

El cambio de estos subsidios destinados a combustibles fósiles a las energías renovables no solo recorta las emisiones, sino que también contribuye al desarrollo de una economía sostenible, a la creación de puestos de trabajo, a una mejor salud para la población y a una mayor igualdad, en particular para las comunidades más desfavorecidas y vulnerables en todo el planeta.

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Una triple inversión en renovables

Al menos se necesitan invertir 4 trillones de USD anuales en energías renovables hasta el 2030 —contando con las inversiones en tecnologías e infraestructuras— para permitirnos alcanzar el cero neto en emisiones en el 2050.

Sin ni siquiera parecerse al total de inversiones anuales en combustibles fósiles, esta inversión se vería compensada. La reducción de la contaminación y el impacto negativo del cambio climático podría llegar a ahorrar al mundo hasta 4,2 trillones de USD cada año hasta el 2030.

Tenemos la financiación, pero lo que necesitamos es un compromiso y una conciencia responsable, en particular de los sistemas globales financieros, incluidos los bancos de desarrollo multilateral y otras instituciones financieras públicas y privadas, que deben coordinar sus carteras crediticias en pos de una transición más rápida hacia las energías renovables.

En palabras del Secretario General: «Las renovables suponen el único camino hacia la verdadera seguridad energética, unos precios estables para la energía y oportunidades de empleo sostenibles».