Gracias a tecnologías basadas en la computación en nube, la externalización abierta de tareas y las comunicaciones móviles por SMS, ahora las personas pueden participar como nunca antes en la respuesta a desastres a título individual. Las organizaciones de socorro tradicionales, los voluntarios y las comunidades afectadas pueden, actuando conjuntamente, proporcionar, agregar y analizar informaciones que aceleran, dirigen y mejoran la ayuda humanitaria.

Ted Turner, Presidente de la United Nations Foundation, “Disaster Relief 2.0: the future of information sharing in humanitarian emergencies”[1].
 

A la par con el descenso continuado del costo de las tecnologías de la información y las comunicaciones, se observa una revolución digital progresiva que estimula el cambio tanto en las poblaciones locales como en los organismos internacionales. El mundo se conecta cada vez más en virtud de un público que busca información en línea y utiliza herramientas para amplificar sus voces. Las organizaciones humanitarias responden a las nuevas oportunidades que ofrecen Internet y otras tecnologías digitales para hacer frente a problemas y explotar soluciones innovadoras en medio de este entorno dinámico. Ello se hizo evidente en particular cuando el tifón Haiyan azotó Filipinas en 2013. Ese suceso ofreció una perspectiva única de la manera en que las organizaciones no gubernamentales (ONG) utilizaron nuevas formas de participación para mejorar la respuesta humanitaria colaborando con comunidades de voluntarios y técnicos.

EL TIFÓN HAIYAN EN CONTEXTO

El año 2010 marcó un momento definitivo en la historia de la respuesta humanitaria. Ese año, un grupo ad hoc de voluntarios en línea respondió al terremoto que asoló Puerto Príncipe (Haití) con la creación de un mapa de la crisis en tiempo real[2], el cual sería utilizado ampliamente después por las organizaciones encargadas de la respuesta. Este grupo demostró por primera vez que las comunidades de voluntarios y técnicos, actuando al margen del sector humanitario establecido, podían desempeñar un papel fundamental en la coordinación de la información durante desastres naturales. Una vez que esas comunidades pasaron a ser organizaciones más formales dotadas de procedimientos y normas definidos, se constituyó la Red Digital Humanitaria, con objeto de proporcionar una interfaz entre las comunidades de voluntarios y técnicos y las ONG profesionales[3].

La comunidad humanitaria se encontraba en una fase de evolución el 8 de noviembre de 2013, cuando uno de los más poderosos ciclones jamás registrados hizo impacto en Filipinas y afectó a una cifra estimada de 14 millones de personas. La respuesta al tifón Haiyan (conocido localmente como Yolanda) exigió un nivel de coordinación sin precedentes dado que las organizaciones locales, gubernamentales e internacionales trabajaban en medio de una infraestructura de comunicaciones gravemente dañada por el huracán. Tanto como prestar ayuda básica a las poblaciones afectadas, era críticamente necesario proporcionarles una información confiable y ello atrajo a comunidades de voluntarios y técnicos que se incorporaron a la respuesta en un número nunca visto[4].

REUNIÓN DE DATOS

La primera función que pueden desempeñar las comunidades de voluntarios y técnicos en una respuesta a la crisis similar a las actividades de socorro emprendidas a raíz del tifón Haiyan, consiste en reunir, filtrar, traducir y verificar la información. Cuando ocurre un desastre, las comunidades afectadas recurren a redes sociales como Facebook y Twitter para intercambiar información, fotos y la ubicación geográfica de los sucesos, todo lo cual puede usarse como una información idónea para sustentar la acción, recibida directamente de las zonas afectadas. Para coordinar mejor la respuesta al Haiyan, una comunidad de técnicos de la ciudad de Cebú (Filipinas) creó el sitio web #BangonPH[5], que se valió de medios de difusión locales para recoger noticias sobre la situación en las regiones que habían sufrido grandes daños.

A petición de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH), la Red Digital Humanitaria movilizó a miles de voluntarios y técnicos para que reunieran e interpretaran las enormes corrientes de datos disponibles[6]. La Red recurrió a voluntarios calificados de Standby Task Force[7]7 para el establecimiento de la plataforma de inteligencia artificial en respuesta a desastres, en la que se utilizó el aprendizaje automático para reunir tweets relacionados con la crisis[8].

La siguiente fase consistió en conectar los tweets filtrados a una sesión de MicroMappers[9] para que los voluntarios en línea pudieran etiquetar los mensajes e imágenes de acuerdo con el lugar, la ubicación, las necesidades, el desplazamiento de la población o los daños de la infraestructura. La plataforma, de fácil utilización, recibió más de 100.000 clics para clasificar los mensajes recibidos durante la respuesta al Haiyan[10].

VISUALIZACIÓN DE LOS DATOS

La puesta en funcionamiento de Google Earth en 2005 fue un acontecimiento revolucionario en el ámbito de la respuesta humanitaria al proporcionar imágenes aéreas del planeta. Los cartógrafos utilizaron esas imágenes para superponer múltiples visualizaciones, añadiendo capas cartográficas y mapas interactivos.

A fin de dar sentido y aplicación práctica a los datos que se recibían sobre el tifón Haiyan, Standby Task Force incorporó los tweets pertinentes, codificados, a un mapa de la crisis en tiempo real[11]. El mapa contenía capas suplementarias, entre ellas imágenes de satélite y datos a nivel de calle, así como las posiciones pasada y presente de tormentas tropicales junto con sus predicciones. La OCAH, otras organizaciones humanitarias e incluso personas con acceso a Internet pudieron utilizar el mapa para coordinar las actividades de socorro y comprender mejor la situación en tiempo real.

Otra asociación provechosa, entre la Cruz Roja de los Estados Unidos y el Humanitarian OpenStreetMap Team (HOT)[12], permitió proporcionar información recogida en el terreno sobre las zonas de Filipinas hacia las que se debía dirigir a informáticos voluntarios para que trazaran mapas de lugares mediante el gestor de tareas de HOT. Después estos voluntarios de HOT transmitieron a OpenStreetMap[13], un sitio estilo Wikipedia, información de un nivel de detalle sin precedente sobre la trayectoria del tifón. En total, más de 1.700 voluntarios aportaron 4,5 millones de modificaciones al mapa de las zonas dañadas por el tifón Haiyan, demostrando así la democratización de la respuesta a la crisis[14].

DESAFÍOS RELACIONADOS CON LOS VOLUNTARIOS Y LOS TÉCNICOS

La diferencia en estructura y concepción de las redes ad hoc, por una parte, y la naturaleza jerárquica de las organizaciones humanitarias oficiales por otra, también plantea desafíos singulares. Una fuente constante de malentendido dimana de las respectivas filosofías de estos dos grupos. La jerarquía institucional y la dependencia de donaciones del segundo grupo pueden entrar en conflicto con la ideología abierta y la naturaleza potestativa del primero. A manera de puente entre los dos grupos, la Red Digital Humanitaria ha publicado excelentes guías de colaboración para las ONG tradicionales y para las comunidades de voluntarios y técnicos15[15] con miras a facilitar la comprensión mutua.

Además, determinadas organizaciones se beneficiarán con el establecimiento de normas para la participación y la comunicación con anterioridad a una crisis. El Código de Colaboración preparado por Geeks Without Bounds es particularmente adecuado[16]. Sin embargo, el mejor consejo para las organizaciones y las personas participantes en la colaboración es que establezcan relaciones antes de que ocurra una crisis. Nada puede sustituir a la interacción entre las personas.

Como sucede a todo grupo que trabaje con información, no dejan de existir preocupaciones y riesgos relacionados, en particular, con cuestiones concernientes a la privacidad, la propiedad de los datos, la responsabilidad y la seguridad, cada una de las cuales tiene suficiente importancia para merecer un artículo. La respuesta que pudiera ser apropiada para un tifón en Filipinas tal vez no lo sería para un conflicto armado o una crisis que ocurriera en un país controlado por un régimen represivo.

Otra preocupación atañe al riesgo de trauma y agotamiento que enfrentan los voluntarios y técnicos. Los participantes a distancia también sufren consecuencias por la información gráfica a que se ven expuestos y por la tensión que provoca el trabajo con la población afectada. Estos factores pueden provocar un sentimiento de aislamiento en esos voluntarios que trabajan a distancia si no cuentan con el apoyo de homólogos cercanos o con un asesoramiento eficaz para sus necesidades específicas. Los miembros de las comunidades de voluntarios y técnicos están comenzando a comprender que los sentimientos negativos asociados a su trabajo son naturales y pueden justificar una ayuda profesional.

DE CARA AL FUTURO

Pese a los valiosos logros que pueden alcanzarse mediante el trabajo de las ONG profesionales con comunidades de voluntarios y técnicos, aún quedan muchas lecciones por aprender que habrá que establecer después como mejores prácticas. De igual manera, la constante evolución de las tecnologías de la información y las comunicaciones indican que ese campo seguirá siendo dinámico mientras siguen evolucionando las asociaciones. No obstante, la nueva escala de colaboración que surgió durante el tifón Haiyan permite esperar que las crecientes relaciones entre los diversos agentes den lugar a respuestas más rápidas y mejoren los resultados para la población afectada, en parte debido a que la información proviene mayormente de esa misma población y se obtiene en colaboración con ella.

 

Notas

          [1]     Harvard Humanitarian Initiative y otros, “Disaster relief 2.0: the future of information sharing in humanitarian emergencies”, (Washington, D.C., Berkshire, Reino Unido, UN Foundation & Vodafone Foundation Technology partnership, 2011), pág. 7. Se puede consultar en http://www.unfoundation.org/assets/pdf/disaster-relief-20-report.pdf.

          [2]     Véase Patrick Meier, “How crisis mapping saved lives in Haiti”, National Geographic Voices: Ideas and Insight from Explorers, 2 de julio de 2012. Se puede consultar en http://voices.nationalgeographic.com/2012/07/02/crisis-mapping-haiti/.

          [3]     Para más información, véase el sitio web de Digital Humanitarian Network (DHN). Se puede visitar en http://digitalhumanitarians.com/.

          [4]     Véase Declan Butler, “Crowdsourcing goes mainstream in typhoon response”, Nature (20 de noviembre de 2013). Se puede consultar en http://www.nature.com/news/ crowdsourcing-goes-mainstream-in-typhoon-response-1.14186.

          [5]     Para más información, véase el sitio web #Bangonph. Se puede visitar en http://www.bangonph.com/.

          [6]     Véase Katie Collins, “How AI, Twitter and digital volunteers are transforming humanitarian disaster response”, Wired (30 de septiembre de 2013). Se puede consultar en http://www.wired.co.uk/news/archive/2013-09/30/digital-humanitarianism.

          [7]     Para más información, véase el sitio web de Standby Task Force. Se puede visitar en ttp://www.standbytaskforce.org/.

          [8]     Véase Patrick Meier, “AIDR: Artificial Intelligence for Disaster Response”, iRevolutions, 1 de octubre de 2013. Se puede consultar en https://irevolutions.org/2013/10/01/aidr-artificial-intelligence-for-dis....

          [9]     Para más información, véase el sitio web de MicroMappers. Se puede visitar en https://micromappers.wordpress.com/.

         [10]     Véase Patrick Meier, “Early results of MicroMappers response to Typhoon Yolanda (actualizado)”, iRevolutions, 13 de noviembre de 2013. Se puede consultar en https://irevolutions.org/2013/11/13/early-results-micromappers-yolanda/....

         [11]     El mapa de la crisis en tiempo real del tifón Yolanda se puede consultar

             en http://tinyurl.com/z musb6a.

         [12]     Para más información, véase el sitio Humanitarian OpenStreetMap Team. Se puede visitar en https://hotosm.org/about.

         [13]     Openstreetmap se puede visitar en http://www.openstreetmap.org/#map=7/50.868/-1.110.

         [14]     Véase Cruz Roja de los Estados Unidos, “OpenStreetMap Damage Assessment Review”, informe provisional sobre el tifón Haiyan (Yolanda). Se puede consultar en http://americanredcross.github.io/osm-assessment/.

         [15]     Las guías preparadas para las ONG y para las comunidades de voluntarios y técnicos se pueden consultar en el sitio web de la DHN,
http://digitalhumanitarians.com/content/guidance-collaborating-volunteer..., y en el sitio http://digitalhumanitarians.com/content/guidance-collaborating-formal-hu..., respectivamente.

         [16]     .El Código de Colaboración se puede consultar en el sitio web de Geeks Without Bounds, http://gwob.org/about/code-of-collaboration/.