Existen acerca de 476 millones de indígenas en todo el mundo, que viven en 90 países distintos. Representan 5.000 culturas diferentes, y una increíble proporción de las casi 7.000 lenguas distintas que se hablan en el mundo.

La COVID-19 ha supuesto una grave amenaza para los pueblos indígenas de todo el mundo, que en muchos casos ya carecían de acceso a la atención sanitaria y otros servicios esenciales. A pesar de todo, los pueblos indígenas están buscando soluciones propias en sus propios idiomas, usando conocimientos, prácticas y medidas preventivas alternativas para luchar contra esta pandemia.

En la nueva serie “Somos Indígenas”, la iniciativa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés) habla con activistas y miembros de la comunidad académica indígena para explorar cómo la comunidad indígena global están contribuyendo a construir un futuro más saludable y sostenible para todos.

Los pueblos indígenas tienen tasas más altas de salud precaria, discapacidad y calidad de vida reducida, con una esperanza de vida mucho menor en comparación con otros ciudadanos de los mismos países. Su estado de salud se ve gravemente afectado por las condiciones de vida, el empleo y los niveles de ingresos, así como por el acceso a los alimentos, el agua y los servicios de saneamiento. El aislamiento geográfico, la pobreza, la discriminación y la falta de comprensión cultural contribuyen además a crear importantes barreras estructurales que dificultan el acceso de las poblaciones indígenas a la asistencia médica.

Para mejorar los resultados sociales y económicos de los pueblos indígenas y salvar la brecha de bienestar existente entre las poblaciones indígenas y las no indígenas, el acceso a la atención sanitaria de calidad debe seguir siendo una prioridad fundamental. Siguiendo el principio de "la cultura se une a la atención de la salud", los profesionales médicos indígenas promueven la curación y el empoderamiento mediante una actividad multidisciplinar en la que se emplean métodos de promoción de la salud tradicionales como los grupos de debate y la purificación con medicinas sagradas. A medida que estos líderes se comprometen a luchar por el derecho a la atención médica mediante una combinación de estudio y activismo que aboga por la autodeterminación basada en la comunidad, las comunidades indígenas pueden desarrollar iniciativas de atención médica adaptadas a su cultura que sirvan a sus propias necesidades.

La Dra. Michelle Johnson-Jennings es miembro de la tribu de la Nación Choctaw y profesora adjunta de Psicología en la Universidad de Minnesota. También es Psicóloga Clínica Indígena y miembro del Panel de Expertos de Científicos Nativos para la COVID-19 del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.

La comunidad de origen de la Dra. Johnson-Jennings, la Nación Choctaw de Oklahoma en la Isla de la Tortuga, se ha visto muy afectada por la COVID-19 al igual que muchas otras comunidades indígenas. La Dra. Johnson-Jennings ha estado trabajando estrechamente con otros colegas indígenas para abordar las desigualdades relacionadas con la COVID‑19 a las que se enfrentan los grupos indígenas, así como la mejor manera de informar sobre los riesgos, la prevención y el tratamiento.

 "La COVID-19 ha tenido un impacto desproporcionado en las comunidades indígenas, la negra y en otras comunidades de color, además el apoyo del gobierno se ha ralentizado o estancado", afirmó la Dra. Johnson-Jennings. Solo en su comunidad, "estamos perdiendo a nuestros ancianos, a los que hablan la lengua original y a los guardianes del conocimiento a un ritmo aterrador y desgarrador. Además, nos preocupa que la salud de nuestros hijos se vea comprometida, dado que los jóvenes indígenas también sufren las mayores tasas de obesidad, diabetes de tipo II, asma y otros factores de riesgo".

Para proteger a estas poblaciones de riesgo, las comunidades indígenas han establecido medidas de prevención para frenar la propagación de la COVID‑19. La Dra. Johnson‑Jennings observó que "muchas comunidades indígenas, incluida la mía, están asimismo indigenizando el uso de mascarillas y el distanciamiento social, celebrando asambleas (powwows) virtuales, mostrando vídeos de interés público y cerrando los lugares públicos a los visitantes de las reservas". Además, algunas comunidades indígenas celebran sesiones de curación tradicional y campañas comunitarias para conseguir alimentos y suministros para los miembros que necesitan ayuda, como los ancianos y las personas en aislamiento o en cuarentena. Los guardianes del conocimiento y los ancianos se han dedicado a relatar profecías sobre la pandemia y a inculcar de nuevo los conocimientos ancestrales sobre cómo cuidarse a sí mismos y a los demás, lo cual es importante para el bienestar y la salud mental de la comunidad. 

Al hablar sobre su investigación, la Dra. Johnson-Jennings comentó que eligió seguir la trayectoria profesional que era más útil para su comunidad, ya que en su mente las necesidades de la misma son "lo primero y lo más importante". Sus intervenciones sanitarias las sitúa en el contexto cultural del conocimiento indígena, además emplea las teorías y los métodos de la medicina occidental de manera complementaria, lo que crea un entorno más acogedor para las personas indígenas, en lugar de ser una experiencia alienante. "En definitiva, al conectar la atención médica con la cultura, la historia y las leyendas de la comunidad, los investigadores y los profesionales médicos pueden avanzar de manera adecuada", afirmó la Dra. Johnson-Jennings. "Por lo tanto, trabajo de cerca con los miembros de la comunidad, los ancianos y otros guardianes del conocimiento para informar y desarrollar de manera conjunta las aproximaciones e investigaciones".

El Dr. Jaris Swidrovich se doctoró en Farmacia en la Universidad de Toronto. Su investigación y su trabajo actuales se centran en las áreas de VIH/SIDA, la salud LGBTQ, los trastornos por abuso de sustancias y la salud de los indígenas. El Dr. Swidrovich, que se identifica como Saulteaux de dos espíritus y ucraniano de la Primera Nación de Pluma Amarilla, afirmó que cuando los profesionales médicos tratan de entender e identificar los factores de la salud indígena, es esencial mirar el cuadro completo, incluyendo la historia colonial y las circunstancias de vida increíblemente desafiantes que soporta la población indígena: "No podemos curar a las personas sin aceptar debidamente la historia del trauma colonial y cómo se ha instalado dentro de ellos mismos, sus familias y sus comunidades".

Por ejemplo, antes de la COVID-19, el Dr. Swidrovich comenzó a trabajar en una iniciativa comunitaria sobre el abuso de sustancias, en la que más de la mitad de la población local en este estudio eran consumidores activos de drogas. Su investigación demostró que el consumo de drogas no fue un problema hasta que la comunidad se vio obligada a cambiar de territorio debido a los incendios forestales descontrolados hace unos años, lo que puso de manifiesto el importante vínculo que existe entre la salud de los indígenas y el medio ambiente. Los métodos de curación basados en la tierra, entre los que se encuentran reaprender los idiomas originales, ir a las cabañas de sudación, recolectar medicinas tradicionales, celebrar ceremonias de purificación y participar en cantos y danzas arraigados son componentes clave del tratamiento que el Dr. Swidrovich determinó para la comunidad; además, también sirvieron para que se recuperasen en grupo de la COVID-19.

El acrónimo 2SLGBTQ+, (Dos espíritus, Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Queer) es único para los grupos indígenas norteamericanos, ya que incluye su propia interpretación sobre tener un espíritu tanto femenino como masculino. Los miembros de la comunidad 2SLGBTQ+ se enfrentan a la discriminación y la intolerancia en tasas desproporcionadas, lo que los hace especialmente vulnerables, ya que la COVID-19 amplifica las desigualdades sociales existentes. El Dr. Swidrovich destacó el vínculo intrínseco que existe entre la salud mental y la salud física, y pidió un mayor apoyo para los grupos 2SLGBTQ+. Al referirse a los servicios de salud mental, señaló que "dependiendo de la ubicación, suele haber redes financiadas a nivel regional que ofrecen recursos, información y conexiones", además, en la actualidad muchas redes ofrecen servicios en línea, algunos de ellos gratuitos, en respuesta a la COVID-19. Si bien de esta manera se elimina el contacto personal, también hace que estos servicios sean más accesibles a la población indígena rural.

Cuando se le preguntó qué consejo le daría a los jóvenes indígenas que buscan trabajo en el sector de la atención médica, el Dr. Swidrovich rápidamente respondió: "Les diría que me llamasen". Recordó la falta de mentoría dentro de su campo de especialización al explorar los estudios entre la cultura indígena y la medicina occidental, y expresó su voluntad de apoyar a los jóvenes que deseen estudiar Medicina. En cuanto a las opciones profesionales, el Dr. Swidrovich señaló a los farmacéuticos como los profesionales de la salud más accesibles a nivel urbano y rural. Es habitual que los miembros de la comunidad indígena tengan que esperar varias semanas para ver al médico o al psiquiatra. Sin embargo, los farmacéuticos, que se encuentran al otro lado del mostrador, están disponibles de manera inmediata para proporcionar información y apoyo temporal a quienes padecen enfermedades físicas y mentales. Por consiguiente, considera importante que los responsables de formular políticas inviertan más en los estudios de farmacia, "en lugar de cerrar esa puerta a los miembros de la comunidad que más la necesitan".

A pesar del daño causado por la COVID-19, muchas comunidades indígenas con pocos recursos económicos todavía tienen sólidos pilares con sus amplios conocimientos y prácticas culturales, lo que proporciona una fuente continua de esperanza para su futuro. Se necesita urgentemente una mayor financiación y apoyo a las iniciativas de investigación locales para ayudar a los pueblos indígenas a gestionar mejor sus necesidades singulares, ya que siguen demostrando un compromiso inconmensurable con el cuidado de la revitalización continua de la comunidad a pesar de las dificultades.

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