Según las estimaciones de la UNESCO, más de 1.500 millones de estudiantes de 165 países no pueden asistir a los centros de enseñanza debido a la COVID-19. La pandemia ha obligado a la comunidad académica internacional a explorar nuevas formas de enseñar y aprender, incluida la educación a distancia y en línea. Esta situación ha resultado difícil tanto para los estudiantes como para los docentes, que tienen que enfrentarse a los problemas emocionales, físicos y económicos provocados por la enfermedad al tiempo que cumplen la parte que les corresponde para contribuir a frenar la propagación del virus. El futuro es incierto para todos, y en particular para los millones de estudiantes que tenían que graduarse este año, los cuales se van a enfrentar a un mundo con la economía paralizada por la pandemia. 

En la serie de articulos sobre la COVID-19 y la educación superior, la iniciativa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés) habla con estudiantes, profesores e investigadores de diferentes partes del mundo para averiguar qué efectos ha tenido en sus vidas la COVID-19 y cómo están haciendo frente a los cambios. La serie también hace hincapié en las lecciones aprendidas y en los resultados positivos que puede tener el confinamiento mundial para la educación superior.

En el marco de la celebración del Día de la Lengua Española y para explorar el impacto de la pandemia de COVID-19 en universidades e institutos universitarios, la iniciativa Impacto Académico de Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés) acogió el pasado 23 de abril el seminario web en español «Respuesta del ámbito académico ante el coronavirus: Juntos por los hechos, la ciencia y la solidaridad», en el que participaron más de 70 universidades de una docena de países de Latinoamérica, así como de Francia, España y Japón.  

Cristina Gallach, Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe del Gobierno de España y una de las principales ponentes, señaló una conexión esencial entre la libertad y el conocimiento académico, la investigación y la innovación: ¿Qué nos va a dar nuestra libertad durante esta pandemia? La ciencia, la investigación [...] Solo mediante la colaboración académica podremos ganar esta batalla. Esto es, ahora mismo, más importante que nunca», aseguró.

Tenemos que aprovechar esta oportunidad para profundizar en el concepto de humanidad compartida, pues no solo compartimos una pandemia, también un Planeta y una serie de valores, añadió. Gallach destacó la importancia de la colaboración científica y académica y el esfuerzo multilateral para superar las dificultades creadas por la pandemia y contribuir a un bien común que sea accesible a todos. A su vez, Milenko Skoknic, Representante Permanente de Chile ante las Naciones Unidas, recalcó que la COVID-19 no distingue entre fronteras, géneros o clases socioeconómicas, y por tanto requiere una respuesta global: Es necesario que todos trabajemos unidos para hallar soluciones que nos permitan hacer frente a esta pandemia, afirmó. Esto no puede ser un esfuerzo individual.

Skoknic afirmó que la solidaridad es un elemento integral de la educación superior, y que las universidades podrían facilitar el intercambio de conocimientos mediante cursos en abierto, investigación conjunta, y nuevos y creativos métodos de enseñanza y alternativas educativas. Necesitamos nuevas herramientas y formas de difundir el conocimiento, señaló.

Francesc Pedró, Director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, explicó las conclusiones del informe de la UNESCO COVID-19 y educación superior: De los efectos inmediatos al día después, una visión de conjunto acerca del impacto de la pandemia en las universidades. Pedró indicó que la rápida expansión de la pandemia paralizó muchos sectores, incluido el de la educación superior.

También afirmó que aunque las instituciones de educación superior habían intentado cumplir con sus responsabilidades docentes, al menos un tercio de los estudiantes y un porcentaje similar del profesorado carecían de acceso a Internet, lo cual obstaculizó la transición provisional a un sistema educativo virtual. El director del UNESCO-IESALC expresó su opinión acerca de la asistencia financiera y tecnológica necesaria para las universidades, así como la ayuda psicológica que requerirán estudiantes y docentes. Afirmó que tanto las universidades como los gobiernos debían garantizar el acceso a la educación superior, y que esta crisis debiera ser una oportunidad para transformar las universidades en términos de calidad y de igualdad.

Finalmente, Pedró afirmó que Aunque las fronteras físicas entre los países a nivel mundial permanecen cerradas, las fronteras del conocimiento siguen abiertas, y las universidades deben, incluso en estas circunstancias, fomentar iniciativas internacionales para la investigación y la docencia.

Las instituciones miembro de la UNAI que participaron en este seminario indicaron su preocupación acerca de las barreras digitales, pues los problemas de conectividad y la falta de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación suponen un reto para millones de estudiantes, en particular en Latinoamérica.

Otros ponentes indicaron que la pandemia ha mostrado la importancia de la ciudadanía mundial y el concepto de humanidad compartida, así como el papel del ámbito académico a la hora de promover ambos conceptos. El seminario también trató el impacto negativo del virus en los programas internacionales de intercambio de estudiantes y profesorado, así como en las actividades de investigación conjuntas.

Recursos adicionales:

Seminario en línea Respuesta del ámbito académico ante el coronavirus Juntos por los hechos