29 septiembre 2022

El 30 de septiembre, festividad de San Jerónimo —traductor de la biblia y patrón de los traductores—, la comunidad traductora celebra el Día Internacional de la Traducción (ITD). Cada año desde 1991, la Federación Internacional de Traductores (FIT) elige cuidadosamente un tema para ese día e invita a todos a que se sumen a la celebración en torno al mismo. Este año, el tema elegido es “Un mundo sin barreras: el papel de los profesionales de la lengua en la construcción de la cultura, el entendimiento y la paz duradera”.

Este importante papel se reconoció oficialmente en la septuagésima primera sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que adoptó por unanimidad la resolución 71/288 por la que se declaraba que el Día Internacional de la Traducción se celebraría cada año el 30 de septiembre en todo el sistema de las Naciones Unidas. La celebración reconoce la contribución de los traductores, intérpretes y terminólogos profesionales para conectar a las naciones, fomentar la paz y el desarrollo global, así como el importante papel político y cultural de la traducción en el multilateralismo.

La antigua imagen del traductor como alguien invisible y astuto quizás se derive de la propia naturaleza del trabajo que desarrollan los traductores e intérpretes: silencioso, invisible y a menudo incomprendido. Ya sea en las conversaciones en torno a una mesa, en los cuartos traseros, en las cenas formales o en las reuniones informales, siempre que se juntan distintas naciones y culturas, allí están los traductores e intérpretes para conectar todos esos mundos. Damos lo mejor de nosotros mismos cuando debemos resolver cualquier malentendido y salvar las distancias. Los traductores son profesionales esenciales para el diálogo y están adquiriendo cada vez mayor visibilidad. Cuando la globalización penetra en cada rincón, tanto del mundo virtual como del mundo físico, y aumentan las tensiones geopolíticas y culturales, una traducción correcta y profesional permite salvar las posibles barreras culturales y lingüísticas en la política, la seguridad nacional y la diplomacia, y también entre comunidades.

En la esfera diplomática, su intérprete es su reputación en el extranjero, pero en situaciones humanitarias, su intérprete es su salvavidas. Estos profesionales se aseguran de que usted entiende lo que ocurre alrededor y que los demás también le entenderán a usted. En situaciones críticas, la comunicación requiere y depende de traductores e intérpretes de gran calidad profesional y debidamente capacitados para garantizar que la política no se vea ensombrecida por los problemas lingüísticos.

La agenda de desarrollo global se basa en una amplia variedad de factores, como, por ejemplo, el crecimiento económico y la sostenibilidad, la seguridad, la salud, los derechos humanos y la protección medioambiental. El cumplimiento de los objetivos marcados depende del acceso equitativo a la información y de un diálogo abierto con las personas y las comunidades, además de un verdadero compromiso y de relaciones duraderas. Para muchas personas, la participación en un contexto internacional con los idiomas que dominan requiere la presencia de un traductor o intérprete, sobre todo en el caso de los hablantes de lenguas minoritarias. Los derechos relativos al idioma —el derecho a utilizar la propia lengua como expresión integral de la identidad y la capacidad de acción— forman parte de la agenda de derechos humanos.

Las instituciones y las organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales y multilingües deben reconocer la importancia de las lenguas para lograr sus objetivos, así como diseñar políticas lingüísticas coherentes y sostenibles en las primeras etapas de su actividad para poder planificar una gestión global de las lenguas y facilitar su acceso, de manera que la labor que realizan logre un mayor alcance. De esta forma también se abordarían otras cuestiones relativas a las necesidades lingüísticas y la inclusión, así como los prejuicios arraigados que conducen al predominio de las lenguas mayoritarias y al uso de una lingua franca.

Los estudios señalan que la participación en el idioma materno se traduce en unos resultados más equitativos en los ámbitos de la educación, el empleo, los medios de comunicación, la justicia, la vivienda y la atención sanitaria. La traducción facilita la inclusión y el empoderamiento de las comunidades al brindar acceso a la información y los servicios, además de servir de vía para que dichas comunidades y sus miembros puedan ser escuchados.

Póster del Día Internacional de la Traducción 2022. Federación Internacional de Traductores

El papel de los traductores, los intérpretes y los terminólogos para crear cultura, entendimiento y una paz duradera no puede subestimarse. Como el aire que respiramos y la electricidad que acciona nuestros dispositivos, el hecho de que no podamos verlo no significa que podamos prescindir de ello. Y al igual que el aire y la energía, no pensamos en ello hasta que desaparece, o no lo percibimos hasta que algo no funciona.  Pero los errores pueden ser fatales.

Los traductores e intérpretes sentimos un profundo interés por nuestro trabajo y por las personas a las que prestamos servicio. En el peor momento de la pandemia de COVID-19 era habitual ver cómo los ciudadanos y los gobiernos mostraban su reconocimiento a los trabajadores sanitarios que lucharon en primera línea asumiendo un riesgo y un coste personal muy elevados. Sin embargo, apenas oímos hablar de los traductores e intérpretes que lucharon valientemente junto a ellos, permaneciendo en sus puestos en los hospitales para garantizar que los pacientes pudieran entender a los médicos y que los médicos pudieran tratar a los pacientes. Compartimos gustosamente nuestras capacidades profesionales en beneficio de nuestros clientes. Permanecemos en la mesa de negociación hasta que no se levanten los representantes, y madrugamos mucho para garantizar que una persona que requiera atención sanitaria o servicios jurídicos pueda recibir la ayuda necesaria.  La cultura, el desarrollo y la paz duradera son preocupaciones humanas que se defienden mejor con profesionales que conocen ese papel y se preocupan por él.

Los crecientes adelantos tecnológicos hacen que muchos piensen que los traductores e intérpretes pueden ser sustituidos por la traducción automática. La rivalidad hombre-máquina es una falsa dicotomía, y si bien los humanos aprovechan el poder de las máquinas en algunos ámbitos, el cambio en otros sigue siendo limitado. La traducción automática sin intervención humana plantea riesgos reales, especialmente a la hora de arraigar y exacerbar los prejuicios y el predominio lingüístico existentes, que son justamente las cuestiones que la traducción trata de mitigar.

La traducción automática es insensible a toda diferencia cultural, es incapaz de evitar la ambigüedad y se basa en datos. También plantea serios interrogantes sobre cuestiones éticas y de derechos culturales en relación al uso de esos datos. Este aspecto reviste especial importancia en el caso de las lenguas indígenas y minoritarias, y puede agravar la exclusión y la discriminación, especialmente de las mujeres indígenas. La tecnología puede reconocer de manera certera cuándo una situación está a punto de convertirse en hambruna, pero la tecnología, por sí misma, no puede tomar decisiones sobre qué población es más vulnerable o cuáles son las necesidades. Las personas que se encuentran en situaciones muy precarias no suelen ser capaces de verbalizar cómo se sienten o qué necesitan, especialmente cuando no se dispone de traductores e intérpretes profesionales e imparciales.

Los hablantes de lenguas minoritarias e indígenas están expuestos a la exclusión y la discriminación simplemente por la condición de su lengua materna. El acceso igualitario a la atención sanitaria, a los servicios jurídicos, al tratamiento justo y a un medio ambiente seguro no debería darse por sentado

La traducción y la interpretación, especialmente en el caso de las lenguas minoritarias, son fundamentales para la inclusión y el desarrollo global, y respaldan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al facilitar el acceso a la educación (ODS 4), a la salud (ODS 3), a los servicios jurídicos y el derecho a un trato justo (ODS 10 y 16), a la igualdad de género (ODS 5, 8 y 10) y a un medio ambiente y unas comunidades seguros y sostenibles (ODS 9, 11 y 13). Sin embargo, las lenguas y los servicios lingüísticos no se consideran parte de los resultados esperados en materia de desarrollo global.

Es difícil sostener que la paz y el desarrollo internacionales sean algo distinto a un objetivo universal. Para que la corriente del desarrollo global crezca de manera uniforme, debe alcanzar todos los rincones del planeta. Los traductores, los intérpretes y los terminólogos son agentes esenciales para garantizar que la paz y el desarrollo lleguen a cada uno de nosotros.

 

 

 

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