Objetivo 16

Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles

 

El debate mundial sobre el marco de desarrollo que sustituirá a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) está llegando a su fin. Tras dos años de deliberaciones, se está negociando en la Sede de las Naciones Unidas la agenda para el desarrollo después de 2015, que se aprobará de manera oficial en una cumbre de alto nivel que tendrá lugar en septiembre de 2015.

Hasta el momento, en los debates sobre la agenda para después de 2015 siempre se ha convenido que el nuevo marco de desarrollo no solo debe promover la sostenibilidad y la reducción de la pobreza, sino que también, y de manera significativa, tendría que fomentar las sociedades pacíficas, la justicia y la buena gobernanza. El Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha acordado un documento final1, que incluye el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 16 relativo a las sociedades pacíficas e inclusivas. La Unión Africana ha incluido la paz y la seguridad entre los pilares fundamentales de su Posición Común Africana sobre la Agenda para el Desarrollo Después de 20152, y el Secretario General de las Naciones Unidas ha reafirmado recientemente la importancia de la agenda para la paz en su Informe de Síntesis3.

Si bien la mayoría de los Estados han respaldado una agenda para la paz sostenible, la inclusión y la formulación del ODS 16 relativo a las sociedades pacíficas e inclusivas sigue siendo un tema delicado para algunos Estados Miembros. Por tanto, será fundamental lograr que estos Estados den su aprobación política genuina a la agenda para la paz si se pretende aprobar, aplicar y supervisar un marco eficaz para después de 2015 durante los próximos 15 años.

 

 ¿Por qué es tan importante la paz en la agenda para después de 2015?

No podemos lograr la erradicación de la pobreza ni el desarrollo sostenible sin hacer frente a los conflictos y la inseguridad: hay una brecha notable y cada vez mayor en el logro de los ODM en los Estados muy afectados por la violencia y en otros países en desarrollo4. Resulta sorprendente que los siete países que probablemente no cumplan ningún Objetivo de Desarrollo del Milenio a finales de 2015 hayan sufrido un alto nivel de violencia en los últimos años5.

No obstante, la violencia y la inseguridad son problemas universales que socavan el bienestar de la población en todas las naciones, y no solo en las que se ven inmersas en un conflicto6. Por ejemplo, la tasa de homicidios del Brasil es una de las más elevadas del mundo7, con 56.000 muertes violentas en 20128; en Sudáfrica, la tasa de homicidios registrada en 2014 fue unas cinco veces superior a la media mundial de 20139, y en los Estados Unidos de América, el total de homicidios registrado en 2013 fue de 4,9 por cada 100.000 habitantes (mientras que la tasa de homicidios promedio de los países desarrollados se ubicó por debajo del 0,8 por cada 100.000 habitantes)10. La violencia suele afectar a los sectores más marginados de la sociedad. Para muchos de los países más pobres del mundo, es imposible reducir significativamente la pobreza y lograr el crecimiento económico mientras prevalezcan la violencia y la inseguridad; para 2030, el 75% de las personas en situación de pobreza extrema vivirá en países expuestos a altos niveles de violencia11.

La paz, la justicia y la gobernanza eficaz se perfilan cada vez más no solo como facilitadores del desarrollo, sino como productos de pleno derecho del desarrollo. De hecho, según los más de 7 millones de personas de todo el mundo, incluidos los países escépticos, que participaron en una encuesta mundial organizada por las Naciones Unidas, titulada Mi Mundo, dos de las seis prioridades de desarrollo serían la protección contra el delito y la violencia y un gobierno responsable y honrado12.

 

¿Qué clase de paz habría que incluir en el marco para después de 2015?

A la luz de lo que antecede, en el marco para después de 2015, el elemento central de la agenda para la paz deberían ser las personas. Todo el mundo, y no solo quienes viven en Estados afectados por un conflicto, debería estar en condiciones de vivir una vida plena, pacífica, sin conflictos violentos y sin inseguridad. La comunidad internacional debe centrarse en garantizar una paz positiva y sostenible, y no solo la “paz negativa”, es decir la mera ausencia de violencia, que en ocasiones puede ocultar tensiones latentes. En última instancia, todos los países corren el riesgo de verse inmersos en un conflicto violento, y la población de todo el mundo se enfrenta a la inseguridad en su vida diaria. A fin de lograr una paz positiva y sostenible, todos los Estados deberían reducir los riesgos de sufrir conflictos violentos e inseguridad promoviendo cuestiones tales como la reducción de la corrupción, el acceso equitativo a la justicia y la seguridad y la inclusión política de todos los grupos sociales.

 

¿Cuáles son las principales inquietudes que genera la inclusión de la paz?

Pese a que el escepticismo puede atribuirse en parte a tácticas de negociación, algunas de las inquietudes planteadas por los Estados Miembros con respecto a la inclusión del ODS 16 son considerables. Debemos tomar en serio estas inquietudes, debatirlas y dar garantías para atenuarlas si pretendemos que los Estados de todo el mundo trabajen conjuntamente para aplicar el marco para después de 2015 y no se limiten a aceptarlo a regañadientes.

Una de las inquietudes más comunes es que la inclusión de la paz conducirá a una “segurización” de la agenda para el desarrollo, es decir, que la asistencia se destinará a poner en práctica las agendas nacionales de seguridad de ciertos Estados y no a fomentar el desarrollo para las personas. Los Estados Miembros podrían atenuar esta inquietud con un acuerdo sobre un conjunto de principios comunes, por ejemplo, que el ODS 16 se refiere fundamentalmente a la seguridad y la paz de las personas que componen la sociedad y no a la seguridad nacional ni a la paz y la seguridad internacionales entre los Estados. Algunos Estados también temen que la inclusión de la paz pueda llevar a violaciones de la soberanía de los países. Sin embargo, la agenda para después de 2015 es preventiva, no vinculante y se centra en la forma de mejorar la situación de cada uno de los países por su cuenta, y no en las medidas que pueda imponerles la comunidad internacional.

Además, algunos Estados sostienen que el desarrollo propicia la paz, y no a la inversa. No obstante, aunque el desarrollo inclusivo ciertamente puede ayudar a afrontar las causas fundamentales de los conflictos violentos y la inseguridad, hay pruebas fehacientes de que la relación entre estas dos cuestiones es recíproca. También se ha expresado la inquietud de que las metas relativas a la paz podrían traducirse en nuevas condicionalidades para la asistencia y que la paz no puede cuantificarse. Sin embargo, estas preocupaciones no están bien fundamentadas, ya que el riesgo de las condicionalidades es igual de bajo en todas las metas del marco para después de 2015 y, aunque ahora haya lagunas de capacidad, en varios contextos ya se está cuantificando la paz.

 

¿El documento final del Grupo de Trabajo Abierto es una base sólida para la paz?

Hay muchos motivos para valorar positivamente el documento final del Grupo de Trabajo Abierto. En primer lugar, los Estados Miembros han reconocido que la paz es una cuestión prioritaria y debe tener categoría de objetivo. Además, las metas propuestas en el ODS 16 reflejan ampliamente las cuestiones clave para lograr una paz positiva y sostenible. Además de las dos metas sobre la reducción de la violencia, el ODS 16 incluye metas que se centran en las causas más importantes de los conflictos, como la justicia, la corrupción, la transparencia, las libertades fundamentales y la participación en la adopción de decisiones. También es positivo que se aborden los factores mundiales que alimentan los conflictos, entre ellos la circulación de armas y la financiación ilícita, ya que requerirán de medidas y coordinación a escala mundial.

Por último, habrá que tener en cuenta la paz en toda la agenda de desarrollo para que se sientan los cambios en la vida cotidiana de la gente. Por lo tanto, es importante que se incluyan metas relativas a la violencia por razón de género en el ODS 5 y se afronten las desigualdades horizontales entre grupos en los ODS 1 y 1013.

 

¿Hay aspectos que se pueden mejorar?

Si bien las metas actuales son prometedoras, los expertos del sistema de las Naciones Unidas podrían modificar algunos aspectos técnicos a fin de preservar el delicado equilibrio político que representa el documento final del Grupo de Trabajo Abierto. Si se corrige la formulación de las metas para que sean más cuantificables y se consolida el marco mediante un recorte del número de metas, habrá más posibilidades de aplicar el marco a escala universal y supervisar el progreso del desarrollo durante los próximos 15 años. También se podrían mejorar ciertos elementos lingüísticos para hacerlos coincidir con los compromisos internacionales existentes.

Cabría la posibilidad de perfeccionar muchas de las metas si se orientaran a los resultados reales y no a capacidades y procesos. Algunas metas incluso podrían inspirar enfoques coercitivos en materia de seguridad, como es el caso de la meta 16.a, que se compromete a “crear a todos los niveles ... la capacidad de prevenir la violencia y combatir el terrorismo y la delincuencia”14.

 

¿Cómo diseñar una agenda verdaderamente universal para después de 2015?

A fin de que el marco para después de 2015 tenga trascendencia, es fundamental que sea universal. De lo contrario, sería muy difícil que los gobiernos rindieran cuentas de sus progresos en relación con las metas que hayan convenido. Por tanto, necesitamos un conjunto mundial de indicadores comunes que motiven para la acción y faciliten la comparación entre países. Ahora bien, al mismo tiempo, un marco universal debe adaptarse al contexto. Para conseguirlo, se pueden utilizar indicadores más específicos para ciertos contextos que complementen el conjunto universal de indicadores mundiales y que se hayan acordado a nivel nacional o incluso a nivel regional. Además, a menos que se indique lo contrario en las metas acordadas internacionalmente, los parámetros de referencia y el ritmo de progreso se definirían a nivel nacional.

 

¿Cómo debería aplicarse el marco para después de 2015?

Si bien se necesita una alianza mundial renovada y reforzada para movilizar los medios de implementación, la aplicación del marco para después de 2015 no debería dejar de lado las numerosas iniciativas mundiales existentes orientadas a construir sociedades más pacíficas. Por ejemplo, la Declaración de Ginebra, respaldada por más de 100 Estados, tiene por objetivo lograr reducciones mensurables de la violencia armada en situaciones de conflicto y en otras situaciones15. El “New Deal” para el Compromiso en Estados Frágiles, presentado y respaldado ampliamente durante el cuarto Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda, que tuvo lugar en Busan (República de Corea) el 30 de noviembre de 2011, propone cinco objetivos esenciales de consolidación de la paz y del Estado como puntos centrales para la cooperación entre 19 Estados afectados por conflictos, asociados para el desarrollo y organizaciones internacionales16. En efecto, mediante este proceso de “New Deal”, los Estados afectados por conflictos han comenzado a utilizar 34 indicadores comunes para medir el progreso de cinco objetivos de paz, lo cual puede servir de inspiración y documentación para el marco de indicadores para después de 2015. Además de esos procesos mundiales, hay una amplia gama de iniciativas y experiencias a nivel nacional que pueden aprovechar los demás países al diseñar sus propios planes para alcanzar las metas del ODS 16. A este respecto, la creación de alianzas y la facilitación del aprendizaje entre países debería ser un componente clave de la implementación.

En conclusión, los 50 millones de desplazados por la violencia y los conflictos en todo el mundo ponen de manifiesto la necesidad de responder colectivamente y a nivel mundial para hacer frente a las causas fundamentales de la violencia y la inseguridad17. El marco para el desarrollo después de 2015 ofrece una oportunidad irrepetible para tomar medidas multilaterales, basadas en el desarrollo y centradas en las personas, que prevengan los conflictos violentos.

 

 Notas

                             

1 Naciones Unidas, Informe del Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, 12 de agosto de 2014 (A/68/970). Puede consultarse en

http://www.ipu.org/splz-e/unga14/owg-s.pdf.

2 Unión Africana, Posición Común Africana sobre la Agenda para el Desarrollo Después de 2015, Cumbre de Jefes de Estados, enero de 2014, pág. 14. Puede consultarse en http://www.acordinternational.org/silo/files/common-africa-position-on-p....

3 El camino hacia la dignidad para 2030: acabar con la pobreza y transformar vidas protegiendo el planeta. Informe de Síntesis del Secretario General sobre la agenda para el desarrollo sostenible después de 2015, diciembre de 2014 (A/69/700), pág. 22. Puede consultarse en http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/69/700&referer=/english/&Lang=S.

4 Equipo de Tareas del Sistema de las Naciones Unidas sobre la Agenda de las Naciones Unidas para el Desarrollo Después de 2015, Peace and Security: Thematic Think Piece (Oficina de Apoyo a la Consolidación de la Paz, 2012), pág. 5.

5 Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, Fragile States 2014: Domestic Revenue Mobilisation in Fragile States (París, 2014), pág. 17.

6 Declaración de Ginebra sobre la Violencia Armada y el Desarrollo, More Violence, Less Development: Examining the Relationship between Armed Violence and MDG Achievement (Ginebra, 2010), pág. 4.

7 Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, Better Life Index, Brasil. Puede consultarse en http://www.oecdbetterlifeindex.org/countries/brazil/.

8 Robert Muggah e Ilona Szabo de Carvalho, “For Brazilians, security is their No. 1 concern”, Sección de Comentarios de The Toronto Star, 4 de junio de 2014. Puede consultarse en http://www.thestar.com/opinion/commentary/2014/06/04/for_brazilians_security_is_their_no_1_concern.html.

9 Institute for Security Studies and Africa Check, “Fact sheet: South Africa’s Official Crime Statistics for 2013/14”, Africa Check, AFP Foundation, 2014. Puede consultarse en http://africacheck.org/factsheets/factsheet-south-africas-official-crime-statistics-for-201314/.

10 Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Global Study on Homicide 2013: Trends, Contexts, Data (publicación de las Naciones Unidas, núm. de venta: 14. IV. 1), pág. 43.

11 Laurence Chandy, Natasha Ledlie y Veronika Penciakova, “The Final Countdown: Prospects for Ending Extreme Poverty by 2030”, Documento de Política 2013-04, núm. 42, Global Views Series (Washington D.C., The Brookings Institution, 2013).

12 Véase Naciones Unidas, encuesta Mi Mundo. Puede consultarse en http://data.myworld2015.org/.

13 Naciones Unidas, Informe del Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

14 Ibid.

15 Puede obtenerse más información sobre la Declaración en http://www.genevadeclaration.org/fileadmin/docs/Leaflet/GD-Leaflet-Espagnol.pdf.

16 Puede obtenerse más información sobre el New Deal en http:/www.g7plus.org/new-deal-document/.

17 Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Global Trends 2013 (Ginebra, 2014), pág. 2.