El Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miroslav Lajčák, informó a la prensa sobre sus prioridades para el septuagésimo segundo período de sesiones de la Asamblea, el 10 de octubre de 2017, en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra. © UNIS/GINEBRA


Al comienzo del septuagésimo segundo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, puse énfasis en nuestro objetivo común: la paz y una vida decente para todas las personas en un planeta sostenible. Muchos líderes se hicieron eco de esta suprema prioridad en el debate general y en las sesiones posteriores. Un elemento muy importante de este enfoque es el acceso universal al agua y al saneamiento. En el nivel más básico, los seres humanos no pueden sobrevivir sin agua.

Igualmente importante es el saneamiento, cuya falta afecta negativamente a nuestra calidad de vida y se cobra la vida de millones cada año. Una cosa es clara: todos compartimos el objetivo común de lograr el acceso universal al agua y al saneamiento. Hemos recorrido un largo camino hacia el logro de este objetivo pero tenemos todavía mucho más por recorrer. El agua atraviesa cada una de las prioridades de las Naciones Unidas. La falta de acceso al agua y al saneamiento puede deshacer el progreso realizado en las áreas de desarrollo, dignidad humana y paz y seguridad.

La pregunta apremiante es: ¿cómo podemos enfrentar el desafío existencial de asegurar el acceso al agua y al saneamiento para todos de una vez por todas?

Me gustaría reflexionar sobre tres cosas: todavía existen muchos problemas en el acceso al agua y al saneamiento; hemos recorrido un largo camino combatiendo estos problemas; y tenemos mucho más trabajo por hacer. El lanzamiento del Decenio Internacional para la Acción, "Agua para el Desarrollo Sostenible 2018-2028 nos impulsará a alcanzar mayores logros.  

Dónde nos encontramos hoy

Las estadísticas sobre agua y saneamiento son alarmantes. En 2015, 844 millones de personas no tenían acceso a agua potable. Más de 2.300 millones de personas no tenían servicios básicos de saneamiento y 892 millones practicaban la defecación al aire libre.

Para las personas en su vida diaria, especialmente los más vulnerables, estas cifras se traducen en privaciones, inseguridad y pérdida de medios de subsistencia. Por ejemplo, las mujeres y las niñas en algunos países en desarrollo aún deben realizar travesías peligrosas en busca de agua potable o para defecar al aire libre porque no tienen acceso a instalaciones sanitarias, lo cual las expone a la violencia, incluido el abuso sexual. Además, los niños están muriendo de enfermedades completamente prevenibles, como resultado del agua y el saneamiento de baja calidad.  La diarrea es la segunda causa de muerte en niños menores de 5 años.

El agua también puede ser la fuente de desastres y conflictos, lo que representa un obstáculo para alcanzar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La frecuencia y la gravedad de los desastres relacionados con el agua están aumentando drásticamente. Se cobran vidas humanas y afectan desproporcionadamente el progreso hacia el logro de los ODS en los países en desarrollo, en particular los más vulnerables, como los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados. Debido a la creciente demanda de agua provocada por muchos factores, incluido el crecimiento de la población, la producción de alimentos y la energía, y los impactos adversos del cambio climático, los recursos hídricos serán cada vez más escasos. Por lo tanto, se espera que las tensiones por el acceso al agua se intensifiquen tanto a nivel nacional como internacional. En este contexto, el Panel Mundial de Alto Nivel sobre el Agua y la Paz, estima que para mediados de siglo, cerca de 4 mil millones de personas - que representan alrededor del 40% de la población mundial- vivirán en cuencas con estrés hídrico.1

El progreso realizado

A pesar de estas alarmantes proyecciones, es posible proporcionar acceso al agua y al saneamiento y hemos logrado algunas mejoras.  Sin embargo, el progreso logrado ha sido desigual y muchas personas están siendo excluidas. Es contra este contexto que los Estados Miembros de las Naciones Unidas han prestado especial atención a la cuestión crítica del acceso al agua y el saneamiento durante las recientes últimas décadas, a partir de la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, celebrada en 1977 en Mar del Plata, Argentina. De manera creciente, la Asamblea General de las Naciones Unidas viene insistiendo en la centralidad de agua para el desarrollo sostenible. Desde los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que establecieron como meta reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso a agua potable2 al reconocimiento de la Asamblea General del agua y el saneamiento como un derecho humano, las Naciones Unidas han colocado las bases principales de esta cuestión.

Consciente de la importancia crítica del agua y el saneamiento, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ha dedicado un objetivo específico a esta cuestión, el ODS 6: garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos. Este objetivo, así como otros objetivos y metas relacionados, apuntan a abordar todas las cuestiones relativas al ciclo del agua, incluido el acceso a agua y saneamiento adecuados, mejorar la calidad y eficiencia del suministro de agua, la gestión sostenible del agua y el fortalecimiento de la cooperación internacional. En el próximo foro político de alto nivel sobre desarrollo sostenible, tendremos conocimiento sobre los progresos realizados en el ODS 6, incluso a nivel nacional.

Decenio Internacional para la Acción, "Agua para el Desarrollo Sostenible", 2018-2028

Más recientemente, la Asamblea General proclamó de manera unánime el período de 2018 a 2028 como el Decenio Internacional para la Acción, "Agua para el Desarrollo Sostenible", que inicia el Día Mundial del Agua, 22 de marzo de 20183.

El lanzamiento formal de este Decenio del Agua, que es el segundo de este tipo4, será una oportunidad importante para que la comunidad internacional reitere su compromiso de alcanzar metas y objetivos relacionados con el agua. También ofrecerá una oportunidad para contribuir al seguimiento y revisión del ODS 6, en el foro político de alto nivel en julio de 2018.

A lo largo de la década, nuestro enfoque debería estar en las personas. La verdadera medida de la relevancia de las Naciones Unidas es el cambio significativo que ella aporta a las vidas de las personas en todo el mundo.

Deberíamos enfatizar la implementación de los diversos marcos relativos al agua y al saneamiento, con un enfoque particular en las mujeres y los niños, quienes se ven desproporcionadamente afectados por la falta de acceso a estos servicios. El Decenio también debería ser un catalizador en la creación de alianzas nuevas e innovadoras para lograr los objetivos relativos al agua. Debería ofrecer una plataforma para la promoción y el trabajo en redes en apoyo de nuestros objetivos universalmente acordados.

Espero con interés la oportunidad de lanzar el Decenio Internacional para la Acción, "Agua para el Desarrollo Sostenible", 2018-2028. El 22 de marzo, en el lanzamiento, presentaremos el Plan de Acción para el Decenio y tendremos un diálogo sobre cómo el Decenio Internacional para la Acción puede ayudar a avanzar en la implementación de los objetivos y metas relacionados con el agua de la Agenda 2030. Asegurémonos de que nadie quede sin acceso al agua y al saneamiento a fines de esta década.

Mirando hacia Adelante: necesitamos que todos pongan manos a la obra

Tenemos las herramientas para lograr el acceso universal al agua y al saneamiento. En algunos casos, las herramientas deben ser fortalecidas; en otros, simplemente necesitamos usarlas.

Cumplir los objetivos y metas de agua y saneamiento significa tomar acción, tanto a nivel nacional como internacional, y adoptar un enfoque holístico que aborde todo el ciclo del agua. Además, debemos tratar el agua como un tema transversal, cuyo alcance se extiende más allá del ODS 6.

A nivel internacional, el Sistema de las Naciones Unidas debe seguir desempeñando un rol  de liderazgo en la promoción de la cooperación y la creación de alianzas, y debería ofrecer una plataforma para la generación de un debate continuado, la formulación de políticas y la incorporación de cuestiones relacionadas con el agua a  procesos relevantes.

También debemos abordar cuestiones de gobernanza internacional relacionadas con el agua. Dentro del Sistema de las Naciones Unidas, el agua y el saneamiento se abordan de manera fragmentada y con una pobre coordinación. Esto a pesar de los esfuerzos del mecanismo ONU-Agua y del trabajo realizado por diferentes agencias, fondos y programas. En el futuro, necesitamos una plataforma para las deliberaciones intergubernamentales regulares para seguir e impulsar el progreso en la implementación de los objetivos relacionados con el agua.

El alineamiento de las agendas de la Asamblea General, el Consejo Económico y Social y sus órganos subsidiarios con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como el reposicionamiento del sistema de desarrollo de las Naciones Unidas, podría ofrecer soluciones a esta desafiante situación. Las conclusiones y recomendaciones del diálogo de trabajo, establecidas durante el septuagésimo primer período de sesiones de la Asamblea General sobre: "Mejorar la integración y la coordinación del trabajo de las Naciones Unidas sobre los objetivos y metas relacionados con el agua bajo su pilar de desarrollo sostenible, con especial énfasis en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible ", también podría contribuir a resolver los desafíos de la gobernanza.

Mientras que la cooperación a nivel internacional sigue siendo importante, los gobiernos poseen la principal responsabilidad de satisfacer las necesidades de agua y saneamiento de sus poblaciones. El agua y el saneamiento necesitan ser integrados a los procesos de planificación y elaboración de presupuesto de desarrollo nacionales, y deben incluir el uso y la eficiencia sostenibles, abordar el tema de las  aguas residuales, promover la educación y crear conciencia.

Para una cooperación eficaz a nivel nacional e internacional, la participación de todos los actores interesados es fundamental. Instituciones financieras, empresas, sociedad civil y sectores con alto consumo de agua, como la energía, la agricultura y la industria deben ser involucrados en la elaboración de planes y políticas.

Es importante destacar que debemos movilizar el financiamiento para la infraestructura y la construcción de capacidades para el acceso al agua y al saneamiento. Las fuentes financieras tradicionales, incluida la asistencia oficial al  desarrollo, no son suficientes, aunque son fundamentales para muchos países en desarrollo. Debemos apoyarnos en todas las fuentes disponibles, nacionales e internacionales, públicas y privadas, así como en un financiamiento innovador y de múltiples fuentes.

Finalmente, la prevención de los conflictos relacionados con el agua es esencial. Como siempre, debemos promover el diálogo, la cooperación internacional, la hidro-diplomacia y la mediación relacionada con el agua para abordar los problemas transfronterizos del agua. Esto podría contribuir al fortalecimiento de la paz y la seguridad regionales en el largo plazo. Debería buscarse la cooperación entre los Estados para establecer marcos de trabajo sobre el uso, la gestión y la distribución de beneficios de los recursos hídricos. Esta acción concertada ayudará a evitar que las tensiones escalen y se conviertan en violencia.

Las Naciones Unidas, los gobiernos y todos los actores interesados tienen la obligación de satisfacer las necesidades de la gente sobre los objetivos y metas relacionados con el agua. Estoy comprometido a mantener este impulso hasta su cumplimiento.

1. Panel Global de Alto Nivel sobre el Agua y la Paz , “A matter of survival”, Informe del Panel Global de Alto Nivel sobre el Agua y la Paz, (Ginebra, Suiza, Centro de Agua, Ginebra, 2017), p. 11. Disponible en https://www.genevawaterhub.org/sites/default/files/atoms/files/report_of....

2. Meta C del ODM 7 « Asegurar la sostenibilidad ambiental », que establece: reducir a la mitad para el 2015 la proporción de la población que carece de acceso sostenible al agua segura y potable y al saneamiento básico.

3. Resolución 71/222 de la Asamblea General aprobada el 21 de diciembre de 2016 titulada: Decenio Internacional para la Acción “Agua para el desarrollo sostenible”, 2018-2028.

4. El primer decenio del agua fue establecido por la Asamblea General en su resolución 58/217, aprobada el 23 de diciembre de 2003, titulada Decenio Internacional para la acción “Agua para la vida”, 2005-2015.