13 marzo 2020

Nota del editor: El Secretario General de las Naciones Unidas António Guterres, en una charla que dio en la inauguración de una exposición de arte a principios de este año, apuntó: "Resulta doloroso observar cuánta herencia cultural de la humanidad se ha perdido en los últimos años. En efecto, estamos enfrentándonos a una serie de retos que ponen en peligro los esfuerzos por proteger nuestra herencia común, desde la crisis climática hasta el malestar social, desde el conflicto armado hasta el terrorismo. Estas amenazas son de diferente naturaleza, pero todas tienen un denominador común en lo que respecta a su respuesta: la cooperación internacional". En el mismo momento en que hablaba, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York estaba preparando la inauguración de una exposición titulada "Sahel: Art and Empires on the Shores of the Sahara" ("Sahel: arte e imperios a las orillas del Sáhara"). Tal como apunta Max Hollein, Director del Museo, en su artículo, "la exposición fue concebida para abordar una historia compleja, una que es relativamente desconocida para aquellos que no pertenecen a dicha región que, recientemente, se ha ido definiendo cada vez más por la cobertura mediática como una zona de crisis".

 

Desde el primer milenio, el Sahel occidental de África, una vasta región justo al sur del desierto del Sáhara que abarca lo que hoy en día es Senegal, Mali, Mauritania y Níger, era una cuna de civilizaciones que floreció como nexo de intercambios mundiales con el desarrollo de las rutas comerciales transaharianas. En esta zona nacieron, florecieron y se desvanecieron en el curso de miles de años los legendarios imperios de Ghana (300-1200), Mali (1230-1600), Songhay (1464-1591) y Segú (1712-1860), que, en algunos casos, llegaron a cubrir un territorio tan extenso como el de Europa occidental. Su enorme reputación ha sido objeto de abundante literatura de historiadores, aunque siguen siendo bastante abstractos en nuestra imaginación visual. Esto se debe en parte al hecho de que el enormemente rico material cultural de la región ha quedado excluido en gran medida de los marcos históricos y artísticos de referencia. 

El 30 de enero, el Museo Metropolitano de Arte inauguró Sahel: Art and Empires on the Shores of the Sahara (Sahel: arte e imperios a las orillas del Sáhara), una exposición que examina, e incluso celebra, este importante y relativamente desconocido legado artístico. El estudio que hemos llevado a cabo en los últimos cuatro años introduce sorprendentes hallazgos de cultura material producidos desde el siglo IV hasta el siglo XIX, los cuales se presentan en el marco de los cambios de áreas de influencia estatal del Sahel. En vez de situar los objetos dentro de un presente etnográfico atemporal, la exposición sugiere su significado como puntos directos de conexión con la historia de múltiples capas de lo que ha sido una importante cuna de expresión artística humana y un cruce de intercambios culturales.

De hecho, se trata de la primera exposición de este tipo que traza el legado de aquellos poderosos estados y lo que produjeron en el ámbito de las artes visuales. La presentación pone en el foco en los avances transformadores, como el surgimiento y la caída de dinastías políticas y la llegada del Islam, a través de unos doscientos objetos en todos los medios imaginables, desde barro cocido hasta muchos de los primeros tejidos del África subsahariana. Algunos de los más destacados incluyen préstamos de las colecciones nacionales de la región, como una magnífica antigua figura ecuestre de terracota (del siglo III al siglo XI) del Institut de Recherches en Sciences Humaines de la Universidad de Niamey, Níger; y un deslumbrante pectoral de oro del siglo XII que constituye un tesoro nacional senegalés, del Institut Fondamental d'Afrique Noire (IFAN) de Dakar. Para conocer a los historiadores oficiales de los estados sahelianos, los troveros de la corte o "dyeliw", también conocidos como "griots", los visitantes podrán escuchar las grabaciones de griots mandé en la sección de la exposición dedicada a la dinámica y viva tradición de la poesía épica.   

Vista de la instalación de la exposición "Sahel: Art and Empires on the Shores of the Sahara". © El Museo Metropolitano de Arte 2020, fotografía de Anna-Marie Kellen.

La exposición fue concebida para abordar una historia compleja, una que es relativamente desconocida para aquellos que no pertenecen a dicha región que, recientemente, se ha ido definiendo cada vez más por la cobertura mediática como una zona de crisis. En este momento, las comunidades sahelianas se enfrentan a muchos desafíos urgentes del siglo XXI: desde la creciente desertificación provocada por el cambio climático, pasando por las amenazas a la seguridad impuestas por extremistas, hasta los peligros a que hacen frente los migrantes al atravesar desiertos y océanos. Sahel, una celebración de creativos logros de inmensa originalidad, nos ofrece la poco frecuente oportunidad de ser testigos de la naturaleza dinámica del duradero legado cultural del Sahel antes del inicio de la era colonial a finales del siglo XIX.

Las exposiciones importantes como Sahel: Art and Empires on the Shores of the Sahara son resultado de muchos años de planificación y constituyen un viaje perfecto de descubrimiento tanto para visitantes como para organizadores y socios principales. En la última generación, la historia precolonial del Sahel ha sido objeto de gran cantidad de estudios. Las fuentes principales de investigación de este pasado son los tributos recitados por historiadores orales, los textos árabes de autores extranjeros e indígenas, las huellas físicas de asentamientos desenterrados por arqueólogos y las perdurables creaciones materiales de los talentosos artistas visuales de la región. Estas fuentes no constituyen una explicación unificada de los acontecimientos que fueron dando forma al Sahel, sino que, más bien, sugieren complejas contradicciones. Así pues, la exposición y su catálogo reflejan las diferentes áreas del conocimiento necesarias para abordar la historia del Sahel y responder a ella desde diferentes perspectivas. Alisa LaGamma, la curadora de Ceil y Michael E. Pulitzer encargada de las Artes de África, Oceanía y las Américas del Museo Metropolitano de Arte, y su equipo llevan trabajando años en esta exposición y han logrado hacerse con impresionantes préstamos de colecciones de todo el mundo, en especial del Sahel, muchos de ellos expuestos en América del Norte por primera vez. Hemos tenido el honor de trabajar con un grupo muy estimado y variado de colaboradores, asesores, académicos, arqueólogos, filósofos y directores de museos de todo el mundo. Al ver todos estos tesoros juntos por primera vez, cualquiera puede entender el magnífico alcance de este precioso material.

El célebre cantante senegalés Baaba Maal (a la derecha), que actuó en la exposición sobre el Sahel del Museo Metropolitano, se reúne con la Secretaria General Adjunta de Comunicación Global de las Naciones Unidas, Melissa Fleming (a la izquierda).

En particular, en esta exposición se destacan las medidas que se tomaron en el pasado para proteger la propiedad cultural saheliana, así como los recientes avances que ponen en evidencia la actual vulnerabilidad de los sitios del Patrimonio Mundial de la región internacionalmente reconocidos designados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Se sugiere la majestuosidad de algunos de los lugares culturales menos conocidos de la región a través de un símbolo de los yacimientos megalíticos de Senegambia, un monumento de piedra de más de 3.500 kilos préstamo del Museo de Arte Africano IFAN de Theodor Monod, de Dakar. En una sección de la exposición dedicada a la arqueología como medio esencial para la investigación del pasado de múltiples capas de la región, se trata el papel que Mali desempeñó en el desarrollo de un enfoque hacia la preservación cultural, que se convirtió en modelo a nivel internacional. Hasta los años 70, los rastros de las antiguas civilizaciones de Mali afloraron como hallazgos casuales en forma de estatuillas antropomórficas de terracota que surgieron de varios de los montículos que rodean Jenn. La concienciación internacional respecto a estos lugares llevó al establecimiento de una importante excavación controlada en Jenne-jeno.  Esto también hizo que se excavaran de manera ilegal amplias zonas del paisaje con fines comerciales.

Las metódicas excavaciones de 1977 y 1981 dirigidas por Roderick y Susan McIntosh recuperaron las primeras terracotas figurativas científicamente documentadas de Níger central. Estos hallazgos pusieron de relieve el rico legado que está en juego, lo que empujó al Gobierno de Mali a comenzar a tomar medidas para proteger este patrimonio. En 1993, Mali y los Estados Unidos ratificaron un acuerdo bilateral para proteger los principales yacimientos arqueológicos de la región, a través del cual ambos países formalizaron una colaboración con el fin de acabar con el tráfico de antigüedades malienses. El acuerdo no es retroactivo y se limita a estos dos signatarios, pero aborda la necesidad de proteger las antigüedades que quedan bajo tierra. Para reforzarla, el lanzamiento de esta iniciativa histórica se acompañó de una campaña de educación pública nacional. A pesar del éxito de estas medidas pasadas, en la última década, la herencia cultural de Mali ha hecho frente a una nueva amenaza existencial, que sitúa sus puntos de referencia históricos, como las antiguas bibliotecas y mezquitas de Tombuctú, entre los objetivos de iconoclasia de los extremistas islámicos.

Madre e hijo (detalle), pueblos bámanas, Mali, siglo XV-principios del siglo XX. Madera, colección privada. © El Museo Metropolitano de Arte, fotografía de Peter Zeray.

El desarrollo de la exposición del Met, que no se basa en los límites nacionales de los estados naciones contemporáneos, ha fomentado un sentido de comunidad entre los profesionales museísticos de diversas instituciones del Sahel que colaboraron con nosotros para presentarnos sus tesoros nacionales. La semana que pasaron en Nueva York juntos como grupo para finalizar la presentación y celebrar su lanzamiento sirvió para que muchos de ellos se vieran por primera vez. En las conversaciones que mantuvieron a lo largo de su trabajo conjunto en Nueva York, surgió el tema de la necesidad de abordar la importancia de presentar un aspecto diferente de la región, así como los desafíos compartidos a que se enfrentan.  Hemos tenido el honor de trabajar con un grupo muy estimado y variado de colaboradores, asesores, académicos, arqueólogos, filósofos y directores de museos de todo el mundo. Valoramos inmensamente el papel del Profesor Roderick McIntosh como asesor principal del proyecto Sahel, así como sus contribuciones como profesor y asesor de varias generaciones de importantes arqueólogos de la región.

Gracias a esta iniciativa, no solo hemos intentado priorizar la instauración de las bases para unas relaciones colaborativas fuertes con instituciones de Mali, Senegal, Níger y Mauritania, sino también contribuir al desarrollo profesional de futuros profesionales museísticos de la zona. Desde diciembre de 2019, hemos contado con dos candidatos doctorales en Arqueología de la Universidad Cheikh Anta Diop residentes en nuestra institución como becarios posgraduados en el Departamento de Artes de África que han observado la implementación de la exposición Sahel y han participado en la interpretación del contenido para visitantes internacionales. Nos encontramos en un momento en que museos de todo el África subsahariana están muy necesitados de apoyo de parte de sus gobiernos nacionales, y los que trabajamos en museos de fuera de la región tenemos mucho que aportar para respaldar a futuros curadores museísticos y líderes del ámbito de la preservación cultural.

Esta exposición ayuda a entender mejor el pasado del Sahel, sus creativas innovaciones y pervivencias en tiempos remotos, e infunde un profundo respeto y asombro por la cultura material que da fe de ello. En un momento en que debemos aumentar la conciencia sobre la historia y los acontecimientos globales, esperamos que esta presentación contribuya a comprender mejor el legado saheliano a través de formas visuales de expresión, enmarcadas en un contexto de importantes acontecimientos históricos que se van revelando poco a poco.

 

Actualización: El 12 de marzo de 2020, el Museo Metropolitano de Arte anunció que cerraba temporalmente sus tres sedes de la Ciudad de Nueva York, The Met Fifth Avenue, The Met Breuer y The Met Cloisters, a partir del 13 de marzo, en apoyo a los esfuerzos municipales por contener la propagación del virus de COVID-19. El museo iba a llevar a cabo una profunda limpieza y tenía planeado anunciar otras medidas en la semana del 16 de marzo de 2020. 

Daniel H. Weiss, Presidente y CEO del museo, afirmó que la administración del centro ansiaba con anunciar pronto la fecha en que podría volver a recibir al personal y los visitantes del Met.

Para obtener más información sobre la exposición y seguir descubriendo otros recursos relacionados en línea, visite la página web del Met.

 

 

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