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Pulso Mundial - Sistema Mundial de Alerta sobre Impactos y Vulnerabilidades

Una mujer macahaca ladrillos
Dhaka (Bangladesh): Amural, de 33 años, machaca ladrillos y piedras
para que se utilicen al hacer hormigón. Las dificultades económicas
han hecho que su hija de 9 años también deba trabajar con ella para
mantener a la familia. © 2009 Sven Torfinn/Panos

 

EL COSTO DIARIO DE HACER FRENTE A LA CRISIS PASA DESAPERCIBIDO

¿EN QUÉ SITUACIÓN NOS ENCONTRAMOS?

Estamos recibiendo mensajes contradictorios acerca del estado de la economía mundial. Se conoce que algunos países están empezando a salir de la recesión. No obstante, para otros la recuperación sigue siendo frágil o incierta. En medio de estos mensajes continúa habiendo informes de las poblaciones de base sobre los costos diarios de hacer frente a las crisis. Estos informes vienen de muy diversos países, incluidos aquellos que se considera que han afrontado bien la crisis.

Las economías han tenido mayor capacidad de recuperación de lo que podríamos haber esperado, pero el panorama en el hogar parece menos halagüeño. Si se compara con la existente hace un año, para muchas personas pobres y vulnerables no se trata exactamente de una situación de un agudo impacto económico, sino de una de adaptación a las dificultades crónicas.

Este panorama contradictorio indica que debemos ajustar nuestra perspectiva sobre en qué situación nos encontramos:

En primer lugar, muchas economías en desarrollo han demostrado un nivel sorprendente de capacidad de recuperación de la crisis mundial. No obstante, esto no debería relegar a un segundo plano el hecho de que la situación en algunos países en desarrollo no ha sido tan halagüeña.

En segundo lugar, los informes acerca de la capacidad de recuperación macroeconómica nos dicen poco sobre los efectos de la crisis entre las poblaciones pobres y vulnerables de los países.

LO QUE HEMOS COMPROBADO

Trabajadores de la calle Lev Tolstoy en Bishkek
Bishkek (Kirguistán): Trabajadores de la calle Lev Tolstoy en Bishkek,
también conocida como "la calle de los desempleados", corren hacia
un coche esperando un día de trabajo. © 2009 William Daniels/Panos

A pesar de que ha habido importantes iniciativas de estímulo en muchos países, según los datos proporcionados, éstas no siempre han "llegado" a atender las necesidades inmediatas de los pobres y los más vulnerables. Pese a la medida de los paquetes de estímulo, los hogares que luchan contra esta situación han soportado una carga desproporcionada. En realidad, los resultados en este campo revelan que la capacidad de recuperación de las economías nacionales elogiada por muchos observadores se ve favorecida en gran parte por las estrategias para hacer frente a la crisis que los hogares debían adoptar, lo que no se ha producido sin costos. Algunas estrategias para afrontar la crisis han contribuido a que los hogares ya pobres se empobreciesen aún más. Otros hogares, entre ellos los de los aspirantes a la clase media, son ahora bastante más vulnerables a otros impactos.

Todavía hay muy pocos datos concluyentes. Los resultados arrojados por este informe se desprenden de múltiples fuentes de información, que abarcan desde gobiernos nacionales hasta organismos del sistema de las Naciones Unidas, pasando por la comunidad académica y la sociedad civil. Todos ellos se basan en las consideraciones de la gente sobre los efectos directos de la crisis en sus vidas diarias.

El informe ha rastreado y analizado a fondo esta información para identificar tres temas principales:

1. El costo a largo plazo de hacer frente a las crisis. Las difíciles elecciones a corto plazo que los hogares se veían obligados a tomar para hacer frente a las dificultades económicas están socavando sus perspectivas de desarrollo a largo plazo.

2. Resiliencia agotada. Los elevados costos de hacer frente a la crisis pueden haber mermado la capacidad de recuperación de la población, dejándola más vulnerable ante futuros impactos.

3. Vulnerabilidades variables. Las oleadas de repercusiones de la crisis han reestructurado las relaciones en los hogares y comunidades, originando nuevos modelos de vulnerabilidad.

TRABAJAR MÁS ARDUAMENTE PARA RECIBIR MENOS

La serie de crisis de los últimos años ha dificultado a los pobres y las personas vulnerables la consecución de unas condiciones de vida decentes. En 2009, había aproximadamente 34 millones más de personas desempleadas que en 2007.1 Alrededor de 10 millones de los nuevos desempleados son jóvenes, con estimaciones globales del desempleo juvenil que alcanzan el 13,4% en 2009, una cifra superior al 12,1% en 2008, el mayor crecimiento desde que las estimaciones globales se pusieron en marcha en 1991.

En el plano mundial, no ha habido diferencias netas en el desempleo entre hombres y mujeres. No obstante, entre los países, a hombres y mujeres les ha afectado de manera distinta dependiendo de las modalidades de empleo según el género en los sectores.

Los informes de Camboya y Bangladesh revelan que las trabajadoras se vieron más afectadas por el descenso en la demanda mundial de prendas.2

No obstante, una encuesta realizada en 2009 sobre empresas exportadores en el Asia Oriental y Sudoriental refleja que los trabajadores inmigrantes jóvenes tenían más probabilidades de enfrentarse a la pérdida de empleo que las trabajadoras.3

Los informes oficiales de Egipto indican que el desempleo en mujeres creció del 18,8% hasta el 23,3% durante los 12 meses hasta junio de 2009. Durante el mismo período de tiempo, por el contrario, el desempleo en hombres disminuyó ligeramente del 5,4% al 5,2%.4

SUBEMPLEO INVISIBLE Y DETERIORO DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO

Mientras que el aumento del desempleo puede no parecer tan negativo como se había temido al comienzo de la crisis, los testimonios de los trabajadores indican que las cifras oficiales del desempleo disfrazan una tendencia creciente hacia el subempleo. Para muchos trabajadores la crisis ha implicado serios cambios en la calidad, así como en la cantidad, de los empleos.

Por ejemplo, los empleados en Asia han tenido que trabajar durante menos horas y a jornada parcial, mientras las empresas luchaban por continuar sus operaciones durante la recesión. En Bangladesh, Camboya, Indonesia, la República Democrática Popular Lao, Mongolia, Tailandia y Viet Nam, los trabajadores han tenido que enfrentarse a una reducción salarial de hasta el 50%.5

Algunos países han visto a las manufacturas de exportación recuperarse rápidamente de la recesión mundial. Sin embargo, también hay indicios de que la recuperación ha presionado especialmente a las empresas orientadas a la exportación para que aumenten la productividad e incrementen la flexibilidad laboral. Por ejemplo, los trabajadores contratados en Indonesia informan de que la competencia para encontrar empleo se ha vuelto más dura, las normas sobre contratación más rígidas, y la presión por incrementar la productividad ha aumentado. Al mismo tiempo, los contratos se han vuelto más cortos y menos seguros, y existen menos prestaciones u otros beneficios.6

Trabajadoras de una fábrica textil en Tirupur
Tamil Nadu (la India): Trabajadoras de una fábrica textil en Tirupur.
La industria textil mundial se ha visto especialmente afectada como
resultado de la crisis económica. © 2007 Atul Loke/Panos

Voces de los Vulnerables:

El testimonio de una trabajadora migratoria sobre la crisis en Yakarta (Indonesia)7

En 2006, Pujiati, de 23 años, migró para trabajar en un complejo industrial fuera de Yakarta. Su primer trabajo fue en una fábrica de componentes electrónicos, durante un año. Cuando ésta cerró en 2007, Pujiati obtuvo un contrato de tres meses en otra fábrica, que más adelante se amplió hasta seis meses. A la fecha de vencimiento del contrato, la crisis financiera mundial ya había comenzado, y Pujiati estuvo desempleada durante seis meses. En un momento dado, Pujiati "perdió la esperanza" y planeó volver a casa en Malang. Pero su propietario le ayudó a conseguir un nuevo empleo.

En su fábrica actual, recibe un salario básico de 650.000 rupias indias (71 dólares de los EE.UU.)8 cada quincena, que no incluye subsidios. A menudo trabaja en turno de noche. A Pujiati le resulta imposible ahorrar y difícil enviar dinero a sus padres, pero recientemente tuvo que reunir a duras penas 400.000 rupias indonesias (44 dólares de los EE.UU.) para sus gastos sanitarios.

Preocupada acerca de la seguridad del empleo y condicionada por su bajo salario, pasa más estrecheces que antes de la crisis, come poco y raras veces sale. Siente que su salud ha empeorado desde su nuevo empleo y se siente preocupada acerca del impacto de sus turnos de noche irregulares.

Voces de los Vulnerables:

Desempleado, pasa el tiempo con sus amigos en el distrito de Alexandra.
Alexandra, Sudáfrica: Wellington, 29 (en primer plano) desempleado,
pasa el tiempo con sus amigos en el distrito de Alexandra. El
creciente desempleo entre los jóvenes ha provocado un sentimiento
general de desencanto entre muchos de ellos.
© 2009 Benedicte Kurzen/ VII Programa de Mentores

Una antigua vendedora de frutas y verduras en Lusaka (Zambia)9

Antes vendía frutas y verduras en el arcén. Soy madre de ocho niños y enviudé en 2004. [Cuando mi marido murió] regresé a la ciudad y continué vendiendo frutas y verduras, pero lo dejé porque no estaba obteniendo demasiadas ganancias. No tenía dinero para pagar el autobús y debía recorrer largos trayectos. La policía nos acosaba y se incautaban de nuestras verduras porque no teníamos licencia de autorización para el comercio. Intenté hacer bollos en casa, pero siempre estábamos faltos de dinero en el hogar. No obtenía demasiados beneficios de la venta de los bollos.

Me enteré de que las mujeres estaban triturando piedras en Kalingalinga para hacer grava y después venderla. También decidí probar suerte. Empecé a machacar piedras y mis hijos me ayudaban a recogerlas para después venderlas. Hemos ganado bastante dinero, tal cantidad como 600.000 kwacha zambianos(118 dólares de los EE.UU.) en un mes. En los meses pasados, me di cuenta de que más gente había pasado a formar parte de este negocio. Sé que ya no seguiré obteniendo tantos beneficios como hasta ahora. La vida no ha sido fácil para mí.

© DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL PULSO MUNDIAL 2010 Documento PDF en inglés


El contenido de esta página es una traducción no oficial, elaborada con la
participación de la Facultad de Traducción de la Universidad de Salamanca.

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