ACNUR

Abelis trabaja hoy en la firma Loopfarms tras participar en un proyecto de ACNUR para que empresas conecten con refugiados para sus negocios. Esta ingeniera venezolana utiliza tecnología punta, como el biogás y la hidroponía, para cultivar brotes verdes en interiores urbanos. Una labor que ayuda a mitigar el cambio climático mediante el uso mínimo de transporte, tierra y agua para producir alimentos.

En la región, la mayoría de las personas desplazadas y apátridas viven en zonas urbanas o periurbanas. En este contexto, ACNUR quiere destacar el papel de liderazgo de las autoridades locales en la búsqueda y el logro de la integración local.

ACNUR te presenta la historia de Ray Pinto. Un cubano a quien, el día que nació, sus padres le pusieron un guante de sóftbol bajo la almohada. Después de convertirse en entrenador y rehabilitador físico, en 2017 tuvo que salir de Cuba. El sóftbol le permitió encontrar a su nueva familia en Uruguay: el Club Atlético Repecho.

La violencia hace peligrar la educación en Ecuador

Para los jóvenes ecuatorianos -incluidos los desplazados, como los venezolanos Gloria y Ernesto-, el acceso escolar está siendo amenazado por el incremento de la violencia criminal. ACNUR lleva a cabo un programa para que tanto los jóvenes ecuatorianos, como los niños y niñas refugiados, se junten para aprender y jugar en lugares seguros, lejos de la intimidación que acecha a sus barrios.

En la ciudad española de Barcelona, un proyecto apoyado por ACNUR organiza actividades culturales para promover la inclusión de los refugiados y fomentar su bienestar emocional.

En la región viven más de 22 millones de refugiados, desplazados y apátridas. Como advierte ACNUR, son personas que hay que incluir en los planes nacionales de adaptación al cambio climático.

Portrait of Yana Liubymova, a woman twice displaced by the war in Ukraine.

Yana huyó del este de Ucrania en 2014 para instalarse en Starobilsk, más al oeste, donde cofundó una organización para ayudar a desplazados a integrarse en sus nuevas comunidades. Pero, el 24 de febrero de 2022, el día que Rusia inició su invasión a Ucrania, Yana tuvo que huir de nuevo cuando Starobilsk fue ocupada, aunque siguió asistiendo a otros refugiados como ella. Hoy Yana trabaja en Kiev para la Oficina del Defensor del Pueblo ucraniano.

Estos hermanos venezolanos refugiados en México están muy cerca de alcanzar su sueño deportivo: conseguir un boleto para los Juegos Olímpicos de París 2024.

Dos estudios publicados por el Banco Mundial y ACNUR, entre otros organismos internacionales, demuestran que las personas desplazadas en la región llenan vacíos en los mercados laborales locales e impulsan la demanda de bienes y servicios. Esto, a su vez, aumenta los ingresos fiscales y eleva el PIB de los países de acogida. Sin embargo, ante la falta de homologación de sus títulos, la mayoría de desplazados se dedica a actividades informales.

ACNUR acaba de lanzar una guía para dar una mejor asistencia a desplazados en las Américas. Un manual con soluciones espaciales y de diseño para estancias colectivas temporales.

ACNUR trabaja en este país centroamericano haciendo de las escuelas espacios seguros frente a la amenaza que suponen las pandillas.

En Panamá, ACNUR vistió el metro de su capital con una campaña de solidaridad y empatía. Una original iniciativa que busca visibilizar cómo, al convertirse en refugiados, los deseos de estas personas cambian en su búsqueda de seguridad y de un futuro mejor.

Gracias a donantes como España, ACNUR asiste a los desplazados en las Américas. Y lo hace a través de la creación de espacios seguros, dando respuesta a sus necesidades más básicas, ofreciendo asesoría legal o proveyendo ayuda en efectivo.

A través de una iniciativa apoyada por ACNUR, Luna y su compañera venezolana de kayak han aprendido un nuevo deporte. Una actividad que, al mismo tiempo, les ha ayudado a tejer redes de apoyo mientras se mantienen alejadas de la violencia que invade las calles de Guayaquil, en el centro sur de Ecuador.

Apoyados por ONU Refugiados, comités locales en este país centroamericano velan por los derechos de los más pequeños. Una infancia afectada por décadas de violencia y desplazamiento.