El cruce fronterizo de Torkham entre Pakistán y Afganistán suele estar repleto de comerciantes y viajeros, pero en las últimas semanas ha sido testigo de una oleada de familias afganas que regresan a sus hogares, empujadas por un plan de repatriación de Pakistán. En abril regresaron unos 144.000 afganos; casi 30.000 deportados. Muchos, como Ezatullah y sus siete hijos, llegaron con escasas pertenencias, tras haber vivido en Pakistán durante décadas. Ezatullah teme por el futuro de su familia. Las deportaciones también se están produciendo en Irán. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ofrece asistencia de emergencia, y solicita 71 millones de dólares para ayudar a los retornados, especialmente a mujeres y niños, ya que los recortes en la financiación limitan gravemente su capacidad de ayuda.