ACNUR

En Chocó, al este de Colombia, María Victoria lucha para proteger los derechos de las personas LGBTIQ+ que han sido desplazadas hasta el interior del país. Con el impulso de ACNUR, María Victoria no solo ha logrado que estas personas tengan acceso a educación terciaria, sino que, cuando se gradúan, el nombre que aparece en su diploma coincida con su identidad. 

La Asociación Pueblos con Futuro identifica familias refugiadas y migrantes interesadas en vivir en el medio rural y conecta con pueblos de España que buscan incrementar su población. A cambio, ofrece oportunidades laborales y un proyecto de vida. Desde que se inició este programa hace tres años, unas 20 familias se han instalado en más de una docena de pueblos de este país europeo.  

Un domingo al mes, las calles de una colonia en Soyapango, en el centro de El Salvador, se convierten en una vía para bicicletas. Solo está permitido pedalear, no se permiten carros ni otros vehículos pesados. Es el momento para convivir. Niños, niñas, jóvenes, madres y padres de familia salen de sus casas para pasar un momento divertido.

Felipe vive al sur de Colombia, en una región donde son comunes las amenazas, el reclutamiento forzado y el desplazamiento. Sin embargo, con el apoyo de ACNUR, su perseverancia le ha llevado a conocer al equipo de fútbol de sus sueños.

Cuando Javier se enteró de que él y su familia abandonarían Venezuela, enseguida supo lo que más añoraría. No sería su escuela, ni sus amigos o abuelos. Sería el béisbol. Hoy, gracias a un club de Lima, Javier puede seguir practicando su deporte favorito. Se trata de un centro, apoyado por ACNUR, que ofrece a jóvenes refugiados y migrantes venezolanos una oportunidad para cumplir su sueño.

Símbolo de una nueva forma de vincularse y vivir las ciudades tras la pandemia, la bicicleta está abriendo oportunidades en la ciudad argentina de Mendoza. Un curso impulsado este año por ACNUR reunió a personas refugiadas, migrantes y desplazadas en torno al diseño y reparación de bicicletas. Ángel y Nelson, dos de los participantes, planean ahora la apertura de su propio emprendimiento.

Cuando rusia inició su invasión a Ucrania, Agnieszka empezó a organizar ayuda humanitaria para los ucranianos refugiados. Hoy dirige dos puntos de ayuda en la ciudad polaca de Cracovia. En ‘Sopa para Ucrania' los refugiados reciben comida caliente y en 'Łagiewnicka Point', que parece una tienda, todo es gratis para quien lo necesite.

Esta animación, coproducida por ACNUR, muestra el impacto de la violencia de género y el odio contra las personas LGBTIQ+ refugiadas y migrantes en varios países latinoamericanos.

Hace unas semanas, este centro de negocios para mujeres -donde también se impartían cursos de inglés, informática y capacitación- rebosaba de gente. Hoy muchos de sus pisos están silenciados desde que se prohibiera a las mujeres trabajar para organizaciones no gubernamentales. El centro era un proyecto apoyado por ACNUR que ofrecía oportunidades a mujeres cerca de la ciudad de Herat.

Aunque María tiene un título universitario y años de experiencia profesional en su Venezuela natal, cuando llegó al Perú tuvo que aceptar un trabajo informal en condiciones precarias. Un tiempo después, y gracias a un curso de capacitación coordinado por ACNUR, hoy su negocio de láminas de hojaldre florece y le da estabilidad. Un programa que ya ha ayudado a unas 140 personas refugiadas y migrantes a formarse en el sector empresarial.

Ahmet Erkan y su familia sobrevivieron a los terremotos del mes pasado en Türkiye y Siria y hoy viven en un centro de alojamiento. Sin embargo, como muchas otras personas, perdieron a seres queridos – e incluso su hogar – y saben que el camino hacia la recuperación es largo e incierto. “Vinimos aquí y, por suerte, nos ofrecieron ropa, comida y un lugar donde quedarnos y dormir”, agradece Ahmet.

La joven Mary Maker recuerda con cariño su infancia en Sudán del Sur, pero también el sufrimiento por la pérdida de seres queridos debido al conflicto y el consequente deambular en busca de un lugar seguro. Mary hace un apasionado llamamiento por la educación de las personas refugiadas y relata su inspiradora historia, desde su huída forzada de Sudán del Sur hasta convertirse en estudiante universitaria en Estados Unidos, fundadora de Elimisha Kakuma y recién nombrada Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR.

En una declaración conjunta, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) han pedido aumentar el apoyo internacional a los refugiados y migrantes de

Personas heridas, traumatizadas y desplazadas; nadie ha salido ileso de la invasión rusa en Dnipro, al sureste de Ucrania. En este reportaje, ACNUR te acerca las historias de seis personas cuyas vidas la guerra ha cambiado para siempre. Este es el caso de Tamara (en la foto) de 89 años, y su hijo Volodymyr, de 60. Evacuados tras soportar meses de bombardeos en la provincia de Donetsk.

Durante el año que ha pasado desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, millones de personas han tenido que huir de sus hogares. ACNUR sigue y seguirá apoyando a los desplazados y a las comunidades afectadas por la violencia en el país agredido.