ACNUR

Gracias al trabajo del PNUD, ACNUR y el gobierno ecuatoriano, las y los emprendedores de este país tienen a su disposición una novedosa plataforma virtual con herramientas para el desarrollo de sus negocios.

Hace dos años Lucetti, indígena warao, tuvo que abandonar su hogar en el delta del Río Orinoco en Venezuela. Al llegar a un asentamiento al norte de Brasil, y viendo su precario estado, se puso a trabajar para mejorar el día a día de las familias warao que residen allí. Brasil acoge a más de 300.000 refugiados y migrantes de Venezuela que han huido de la inseguridad y la escasez.

En lugar de celebrar el mes sagrado musulmán, muchas personas en Oriente Medio y el Norte de África luchan por sobrevivir en medio de grandes dificultades económicas y elevados precios de los alimentos.

Leo Medina era un adolescente cuando recibió su diagnóstico: esquizofrenia. Fue en Venezuela, a finales de la década de 1990, cuando la nación sudamericana era un centro de la industria del gas y del petróleo, y había disponibilidad de productos importados; entre ellos, los medicamentos que Leo necesita para controlar su trastorno mental.

Pronto sanarán las llagas que Mariana tiene en las piernas a causa de las botas que usó en su extenuante travesía por la selva del Tapón del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia. Lo que tardará más en desaparecer son las heridas invisibles que le dejó la horrenda experiencia que vivió en esas montañas cubiertas de selva tropical.

En su reciente visita al país, Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, nos recuerda que se debe seguir brindando un apoyo sostenible a

ONU Refugiados y Ukrposhta, el servicio postal ucraniano, han puesto en marcha un programa de ayuda en efectivo que llegará a 360.000 desplazados en el país. El programa aportará 2.220 grivnas ucranianas (unos $74,47) por persona al mes, durante tres meses. Los beneficiados podrán recoger el dinero en efectivo a través de las sucursales de Ukrposhta en Ucrania. 

Natali huyó con su hija y con sus dos nietos. Cuando llegó a Italia, habló con personal de ACNUR sobre sus temores y sobre el futuro de su país, ahora en guerra.

Alba vivía prisionera en su casa en Guatemala; “una trampa que no se ve hasta que una decide salir,” recuerda con amargura. Hoy Alba es refugiada en Nuevo León (México) y forma una de las historias retomadas por ACNUR y sus socios en una serie de eventos en México para concienciar sobre mujeres y niñas que han sido violentadas (pdf) en sus caminos.

Estamos en la ciudad colombiana de Villa del Rosario, en la frontera con Venezuela.

En Bogotá, cerca de 20 niños colombianos y venezolanos son ya todos unos reporteros. Forman parte de medios de comunicación comunitarios que buscan erradicar la xenofobia.

Amilcar y su familia huyeron de la guerra civil en El Salvador hace años.

Amilcar y su familia huyeron de la guerra civil en El Salvador hace muchos años.

Amilcar y su familia huyeron de la guerra civil en El Salvador hace años.

“Me veo en otras mujeres de mi comunidad; en sus ojos reconozco los míos. Se desbordan, yo las sostengo y encuentro mi fuerza. Lucho para sacarlas de esa situación porque salvándolas a ellas me salvo a mí,” recuerda Mariana en una conversación con ACNUR. Conoce otros testimonios de refugiados colombianos y colombianas que viven en Venezuela.