Como advierte el Banco Mundial, en una región donde 1/4 de la población es pobre y 1/3 vulnerable, tener datos y reglas claras sobre beneficios y servicios sociales es vital para asegurar que lleguen a quien lo necesita.
El porcentaje de latinoamericanos y caribeños en situación de pobreza en 2023 fue del 27,3% - la tasa más baja desde que hay registros. Aunque, como señala el último informe de la CEPAL, este dato aún encierra 172 millones de personas que no pueden cubrir sus necesidades más elementales. Entre ellas, 66 millones se encuentran en situación de pobreza extrema (no se pueden permitir una canasta básica de alimentos); una clara señal de las persistentes desigualdades.
La pobreza tiene múltiples repercusiones en cadena. Afecta la educación, la economía, la salud y el bienestar de las personas y de sus comunidades. Si logramos entender el verdadero significado de la pobreza, podremos crear medidas más efectivas para combatirla y mejorar el futuro de la humanidad. EL PNUD se ha propuesto ayudar a 100 millones de personas a salir de la pobreza multidimensional de aquí a 2025 para que puedan alcanzar su pleno potencial.
“Un mundo de deuda: Una carga cada vez mayor para la prosperidad global". Este es el explícito título de un nuevo informe de ONU Comercio y Desarrolla (UNCTAD) que advierte sobre el aumento sin precedentes de la deuda pública global: $97 billones en 2023, un notable incremento de $5,6 billones respecto al año anterior. Mientras tanto, el pago de esta deuda se ha vuelto más costoso, afectando de manera desproporcionada a los países en desarrollo, en particular los africanos.
Economistas del Banco Mundial analizan el fenómeno de la ‘multa de pobreza’. Un concepto que hace referencia a cómo evolucionan las carencias entre hombres y mujeres durante sus vidas.
Pese a la mejora en los indicadores, más de 180 millones de personas en la región -casi 1/3 de la población- no cuenta con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades más básicas. De ellas, 70 millones ni siquiera pueden alimentarse correctamente, advierte la CEPAL en un informe lanzado recientemente. “Aunque destacamos la reducción de la pobreza en 2022, no hay razones para celebrar”, señala José Manuel Salazar-Xirinachs, máximo dirigente de la Comisión.
El Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre) tiene como objetivo promover la comprensión y el diálogo entre las personas que viven en la pobreza y la sociedad en general. Este año se centra en la reivindicación del acceso universal a un trabajo decente y a la protección social para defender la dignidad humana, empoderar a las personas, proporcionar salarios justos y condiciones de trabajo seguras, así como reconocer el valor y la humanidad de todos los trabajadores. Por último, hace un llamamiento a conseguir una protección social universal para garantice la seguridad de ingresos para todos, dando prioridad a los miembros más vulnerables de la sociedad.
Según un informe de la OIT y UNICEF, el número de niñas y niños sin acceso a protección social crece, disparando el riesgo de pobreza, hambre y discriminación que afrontan los más pequeños.
La CEPAL acaba de presentar su informe ‘Panorama Social 2022’. En su análisis, la Comisión revela que 201 millones de personas (el 32,1% de la población regional) viven en situación de pobreza. De estos, 82 millones (13,1%) se encuentran en pobreza extrema. Unos datos que son considerablemente peores en la población indígena o afrodescendiente. Una de las medidas que la CEPAL pide es abordar la crisis de la educación para evitar el riesgo de una generación perdida y el aumento de los índices de pobreza.
El municipio de Yepocapa, en Guatemala, resultó seriamente afectado por la erupción del Volcán de Fuego en 2018.
La pobreza no solo se traduce en bajos o nulos ingresos. La pandemia impacta a los más necesitados con tasas de infección más altas, un mayor impacto económico y un menor acceso a vacunas. El estudio de la pobreza en todas sus formas es imprescindible para diseñar una recuperación resiliente, que no deje a nadie atrás. Y una de las cosas que nos ayuda a hacer esto posible se llama Índice de Pobreza Multidimensional.
En este pódcast :
- Se acaba de lanzar una estrategia para lograr que el 70% de la población mundial esté vacunada contra COVID-19 a mediados de 2022.
La pandemia agudiza las desigualdades, afectando desproporcionadamente a los grupos más vulnerables. Hasta que estas disparidades no se atajen, el mundo no estará libre de la COVID-19 y sus devastadoras consecuencias.
Antes de que el presidente del país fuera asesinado, Haití ya se encontraba en crisis. El año pasado tuvo que enfrentarse a la COVID-19 y a la tormenta tropical Laura, que le costó la vida a decenas de personas, asoló miles de hogares, destruyó cultivos e intensificó la violencia de pandillas. Hoy las mujeres y las niñas de este país caribeño “están atrapadas en el fuego cruzado entre la COVID-19 y la violencia.”