Actuación del grupo neoyorquino Cobu, cuyo lema «Dance Like Drumming, Drum Like Dancing» (Baila como si tocaras el tambor, toca el tambor como si bailaras), está inspirado en los sonidos combinados de Nueva York y la cultura tradicional japonesa. © Foto de las Naciones Unidas/Manuel Elias

 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definen el mundo al que aspiramos. Se aplican a todas las naciones e implican, simplemente, la garantía de que no se deje a nadie atrás.

Hubo un tiempo en el que alcanzar estos sueños casi siempre dependía de los Gobiernos nacionales.

Pero en un mundo en el que millones de personas pueden comunicarse de la manera que deseen, muchos más grupos y personas exigen y tienen una opinión acerca de la creación del futuro: empresas grandes y pequeñas, la sociedad civil, el mundo académico y los científicos, por nombrar solo algunos.

En la mezcla resultante de voces, las Naciones Unidas tienen el poder para convocar los innumerables debates que van surgiendo. Sobre todo, al adoptar el plano del mundo que queremos ver en 2030, las Naciones Unidas han otorgado a todo el mundo y en todas partes una voz a la hora de determinar el futuro, así como el derecho a preguntar a los Gobiernos, a cualquier nivel y en cualquier parte del mundo, lo que van a hacer para lograrlo.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible SON la Agenda 2030, el mapa del mundo que buscamos.

Todo el mundo, pero sobre todo las personas jóvenes de hoy que dominarán el mañana, tiene la oportunidad de dar forma a ese mapa. También pueden comunicarse con aquellos que todavía desconocen o dudan de esta increíble oportunidad de dar forma a su existencia.

Esto implica estar allí donde se encuentran los jóvenes actualmente: en la realidad virtual, conectados digitalmente, experimentando con imágenes cada poco segundos y acostumbrados a que se produzca un cambio simplemente pulsando un botón. Su universo es visual. Los mensajes largos y complejos deben introducirse gradualmente.

Además, con la intención de no dejar a nadie atrás, depende de las Naciones Unidas y de todos sus socios y colaboradores garantizar que todo el mundo tenga acceso a los ODS y a su mensaje inclusivo. Esto significa que las Naciones Unidas, al contrario que las empresas puramente comerciales, deben preservar, siempre que sean pertinentes, los «antiguos» medios de comunicación. La radio, por ejemplo, sigue siendo la única forma de llegar al 64 % de la población pakistaní, ya que la mayoría vive en valles montañosos a los que aún no ha llegado Internet.

Está claro que los jóvenes del mundo seguirán buscando amor y conectividad. Y los ODS, o los objetivos globales, son la forma principal que tienen las Naciones Unidas para satisfacer esa demanda, que es tanto emocional como existencial.

Las Naciones Unidas ya tienen varias formas de hacerlo. Para el personal de las Naciones Unidas, existe la iniciativa «Be the Change» (Conviértete en el cambio), que implica a las personas en objetivos tan simples como la jardinería urbana o rechazar el uso de cualquier tipo de plástico. La aplicación de ODS en Acción, la guía para personas vagas sobre cómo salvar el mundo, el club de lectura de los ODS y el plan de estudios están destinados específicamente a las personas jóvenes. Las SDG Media Zones, que se organizan de forma paralela a los eventos grandes de las Naciones Unidas, también están destinadas al público joven, ya que presentan a interesantes oradores en formatos de sesiones cortas.

Otros activos clave que alcanzan a públicos globales aún más amplios incluyen:

  • Desarrollo de la marca de los ODS en los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas y en muchos idiomas locales, traducidos por los 59 Centros de Información repartidos por todo el mundo.
  • El sitio web de los ODS, que también está disponible en los seis idiomas oficiales y que se trata del tercer sitio web más visitado de un.org.
  • Las cuentas de los objetivos globales de las Naciones Unidas en Twitter y Facebook.

Trabajar con medios de comunicación de todo tipo es una parte esencial de la campaña. Gracias a mi trabajo como periodista durante casi 40 años, soy consciente de que muchas organizaciones de medios de comunicación desprecian los acrónimos y las «sopas de letras» en los que parece que se desarrollan las Naciones Unidas.

Especialmente al traducirlos, los documentos de la ONU pueden sonar recargados y poco naturales. Merece la pena tener esto en cuenta siempre, no solo cuando buscamos (y obtenemos) la atención de los medios de comunicación del mundo. Una conversación llena de acrónimos también puede conseguir que el público deje de prestar atención. Al hablar sobre los ODS, debemos asegurarnos de explicar también que estos objetivos son fundamentales para nuestra supervivencia en el tipo de mundo que queremos. Solo funciona si se cumplen todos los objetivos, que son interdependientes entre sí. Pero también debemos asegurarnos de saber que, concretamente, el Objetivo 5 es el que queremos para lograr paridad de género, el Objetivo 16 para la paz y la justicia, el Objetivo 6 para el agua limpia, o el Objetivo 8 para el trabajo digno. Asegurémonos de ir más allá de las cifras y la jerga al comunicarnos con las personas para las que trabajamos y con las que queremos conectar.

El mundo moderno nos proporciona muchos de esos medios. Podemos amplificar nuestros mensajes de formas nunca antes imaginadas, midiendo al milisegundo cuánta gente está viendo lo que hacemos, cuánta permanece unos segundos más, y cuánta se queda y quiere descubrir más sobre nuestro trabajo. Idealmente, esto ocurre mediante narraciones eficaces unidas a hechos reales. Y, sin duda, las Naciones Unidas cuenta con estos elementos en grandes cantidades. Me complace resaltar que no existe ningún tema sobre el planeta Tierra (o incluso más allá de este) que las Naciones Unidas no hayan investigado y comunicado. Todo ese conocimiento aporta a lo que probablemente sea el mayor conjunto de macrodatos que exista. Como guardianes de esta información, estamos listos para mejorar el acceso y difundir el conocimiento de nuestro valioso tesoro, y usarlo para dar forma al mejor mundo posible antes de 2030.

Las organizaciones de medios de comunicación son fundamentales en esta tarea. Por este motivo, queremos movilizar los medios de comunicación líderes en todo el mundo para que utilicen sus recursos para respaldar la consecución de la Agenda 2030. El objetivo principal consistirá en aumentar la cobertura editorial de los ODS. Las organizaciones que participen tendrán acceso prioritario a contenido de interés periodístico y a las personas encargadas de las noticias en el sistema de las Naciones Unidas. Los medios de entretenimiento podrán aprovechar la experiencia y el asesoramiento proporcionados por la Iniciativa de Colaboración con la Comunidad Creativa llevada a cabo por el Departamento de Información Pública. Las organizaciones de medios de comunicación que participen se reconocerán públicamente, lo que ofrece un incentivo adicional para unirse a un convenio de medios de comunicación sobre los ODS. Anticipamos la puesta en marcha de este esfuerzo en un evento en el contexto de la próxima sesión de la Asamblea General (GA 73), con la participación de alto nivel de las Naciones Unidas.