Vídeo sobre los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.

Conferencias | Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible

ANTECEDENTES

La historia del desarrollo sostenible en las Naciones Unidas se remonta a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano fue la primera gran conferencia de las Naciones Unidas sobre el tema del medio ambiente. La conferencia adoptó la Declaración y el Plan de Acción de Estocolmo que establece principios para la preservación y mejora del medio ambiente humano, con recomendaciones para la acción ambiental internacional. La Conferencia también creó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el primer programa de las Naciones Unidas centrado únicamente en cuestiones ambientales.

Veinte años después, en la histórica Conferencia, conocida como Cumbre para la Tierra, celebrada en Río de Janeiro (Brasil) del 3 al 14 de junio de 1992, las Naciones Unidas buscaron ayudar a los gobiernos a repensar el desarrollo económico y encontrar formas de dejar de contaminar el planeta y agotar sus recursos naturales.

La "Cumbre para la Tierra" fue el punto culminante de un proceso que había comenzado en diciembre de 1989, de planificación, educación y negociaciones entre todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas, que condujo a la aprobación del Programa 21, un consenso mundial oficial sobre el desarrollo y cooperación ambiental.

Fundamental para el Programa 21 fue el reconocimiento de que la protección del medio ambiente requería colaboración a través de fronteras. El Programa 21 estaba destinado a reflejar un consenso internacional para apoyar y complementar las estrategias y planes nacionales para el desarrollo sostenible. Exhortó a todos los Estados a participar en la mejora, protección y mejor gestión de los ecosistemas y buscar un futuro más próspero para todos nosotros. El texto completo del Programa 21 figura en el documento A/CONF.151/26, Vols. I, II y III.

La Cumbre para la Tierra también produjo la Declaración de Río (Pag.7), que tenía 27 principios, sobre alianzas nuevas y equitativas y desarrollo mediante la cooperación entre los Estados, los sectores sociales y los individuos. Reflejaban la responsabilidad de los seres humanos por el desarrollo sostenible; el derecho de los Estados de aprovechar sus propios recursos según sus propias politicas ambientales y de desarrollo; y la necesidad de cooperación del Estado en la erradicación de la pobreza y la protección del medio ambiente. La idea era que los Estados debían cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra.

En la histórica Conferencia de Río, 172 gobiernos (108 representados por jefes de Estado o de Gobierno) adoptaron tres acuerdos importantes para orientar los enfoques futuros del desarrollo: el Programa 21, la Declaración de Río y también la Declaración de los Principios Forestales, un conjunto de principios que sustentan la gestión sostenible de los bosques en todo el mundo. Además, en la Cumbre se abrieron a la firma dos instrumentos jurídicamente vinculantes: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Además, se iniciaron las negociaciones sobre la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, que se abrió a la firma en octubre de 1994 y entró en vigor en diciembre de 1996. La Conferencia de Río se destacó de otras conferencias de la ONU por su tamaño y la variedad de problemas estudiados. Las Naciones Unidas trabajaron en Río de Janeiro para ayudar a los gobiernos a pensar en el desarrollo económico y encontrar formas de acabar con la destrucción de recursos naturales irreemplazables y la contaminación del planeta. 

En 1997, un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General dedicado al medio ambiente, también conocido como 'Cumbre para la Tierra +5', examinó la implementación del Programa 21 y propuso un Plan para la ulterior ejecución del Programa 21.

Tres años después, en 2000, la Cumbre del Milenio estableció los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) .

En 2002, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de Johannesburgo dio origen a un nuevo Plan de Acción.

En 2005, 2008 y 2010, los Objetivos de Desarrollo del Milenio se revisaron en reuniones de alto nivel en Nueva York.

A esto le siguió en 2012, en Río, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, también denominada Río +20.

En 2013, dos años antes de la fecha límite fijada para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se celebró un acto especial en Nueva York, en el que los Estados Miembros acordaron convocar una Cumbre de alto nivel en septiembre de 2015 para adoptar un nuevo conjunto de objetivos sobre las bases establecidas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. 

Dos años después, en 2015, la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible dio origen a la Agenda 2030 y sus diecisiete objetivos de desarrollo sostenible.

LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE (ODS) Y EL MEDIO AMBIENTE

Desde la histórica Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano de 1972, la cuestión del medio ambiente se ha colocado en el marco del desarrollo sostenible. Todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU tienen alguna conexión con el medio ambiente. Los ODS con una conexión directa son el Objetivo 6 (Agua limpia y saneamiento), el Objetivo 7 (Energía asequible y no contaminante), el Objetivo 11 (Ciudades y comunidades sostenibles), el Objetivo 12 (Producción y consumo responsables), el Objetivo 13 (Acción por el clima), Objetivo 14 (Vida submarina) y Objetivo 15 (Vida de ecosistemas terrestres).

ACCIÓN POR EL CLIMA

El sistema de la ONU, junto con sus socios, está trabajando para ayudar a acelerar la acción por el clima y ayudar a los países a limitar el cambio climático y lograr los objetivos del Acuerdo de París. Desde la energía renovable hasta la seguridad alimentaria, el empleo y el agua potable, la ONU está promoviendo un mundo más sostenible y próspero para todos.

La Cumbre sobre la Acción Climática, convocada en 2019, reunió a representantes de gobiernos, empresas y la sociedad civil que dio como resultado una serie de iniciativas para promover la acción climática. Estas iniciativas, compuestas por coaliciones de participantes de los sectores público y privado, están avanzando y están dando resultados.

En la COP 21 en París, el 12 de diciembre de 2015, las Partes de la CMNUCC alcanzaron un acuerdo histórico para combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las acciones e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. El objetivo central del Acuerdo de París es fortalecer la respuesta global a la amenaza del cambio climático limitando el calentamiento mundial a muy por debajo de 2, preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), organizada por el Reino Unido en colaboración con Italia, tendrá lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre de 2021 en el Scottish Event Campus (SEC) de Glasgow (Reino Unido).

Eucalyptus plant taking root on the sand dunes near Lompoul, Senegal.

Desarrollo sostenible: 2020 y más allá

El año 2020 marcó el inicio de la Decenio de Acción para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Es un período crítico para promover una visión compartida de nuestro futuro y acelerar las respuestas a los principales desafíos que enfrenta el mundo, desde eliminar la pobreza y el hambre hasta revertir el cambio climático. Sin embargo, en un corto plazo, el nuevo coronavirus ha creado una crisis internacional sin precedentes, cambiando el mundo tal como lo conocemos. El Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2020 presenta un panorama general de los progresos realizados para cumplir con los ODS antes de que comenzara la pandemia, pero también examina algunos de los devastadores efectos iniciales de la COVID-19 en objetivos y metas específicos. La precipitada propagación del coronavirus rápidamente convirtió una emergencia de salud pública en la peor crisis mundial de nuestras vidas. El informe fue preparado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas en colaboración con más de 200 expertos de más de 40 organismos internacionales, utilizando los últimos datos y estimaciones disponibles.

Cinco años después de la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Informe de 2020 señala que se han logrado avances en algunas áreas, como mejorar la salud maternoinfantil, ampliar el acceso a la electricidad y aumentar la representación de las mujeres en el gobierno. Sin embargo, incluso estos avances se vieron afectados en otros lugares por la creciente inseguridad alimentaria, el deterioro del medio ambiente natural y las desigualdades persistentes y generalizadas.

Ahora, debido a la COVID-19, una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes amenaza las vidas y los medios de subsistencia, lo que dificulta aún más el logro de los Objetivos, siendo los más pobres y vulnerables del mundo los más afectados.

Utilizando los últimos datos y estimaciones disponibles, este informe anual de evaluación del progreso en los 17 Objetivos muestra que los más pobres y vulnerables, incluidos los niños, las personas mayores, las personas con discapacidad, los migrantes y los refugiados, son los más afectados por los efectos de la pandemia de COVID-19. Del mismo modo, la pandemia está afectando a las mujeres.

Entre los datos principales cabe mencionar los siguientes:

  • Se estima que 71 millones de personas volverán a caer en la pobreza extrema en 2020, el primer aumento de la pobreza mundial desde el año 1998. La pérdida de ingresos, la protección social limitada y el aumento de los precios significan que incluso aquellos que antes estaban seguros podrían encontrarse en riesgo de pobreza y hambre.
  • Debido al desempleo y subempleo causados por la crisis del coronavirus, unos 1.600 millones de trabajadores de la economía informal –la mitad de la fuerza de trabajo del mundo– pueden verse afectados de manera significativa. A nivel mundial, se estima que los ingresos de los trabajadores informales han disminuido en un 60% en el primer mes de la crisis, y hasta en un 81% en algunas regiones.
  • Los efectos de la COVID-19 también están empeorando la vulnerabilidad de los mil millones de habitantes de barrios marginales del mundo, que ya tienen que vivir en viviendas inadecuadas con acceso limitado o nulo a la infraestructura y los servicios básicos.
  • Las mujeres y los niños también se encuentran entre los más afectados por los efectos de la pandemia. La interrupción de la atención sanitaria y el acceso limitado a los servicios de alimentación y nutrición podrían aumentar las muertes maternas y de niños menores de cinco años en cientos de miles en 2020. Muchos países han visto un aumento en los informes de violencia doméstica contra mujeres y niños.
  • El 90% de los alumnos no pudieron asistir a clase (1,57 mil millones) debido a los cierres de las escuelas, lo que causó que más de 370 millones de niños no contaran con la alimentación escolar esta primavera. La falta de acceso a computadoras y a Internet en el hogar, así como el bajo nivel de conocimientos informáticos, ponen a muchos alumnos ya marginados en una situación aún más desventajosa. Unos 70 países informaron interrupciones moderadas a severas o una suspensión total de los servicios de vacunación infantil durante marzo y abril de 2020.
  • A medida que aumenta el número de familias que caen en la pobreza extrema, los niños de las comunidades pobres y desfavorecidas se ven expuestos a un riesgo mucho mayor de trabajo infantil, matrimonio infantil y trata de niños. De hecho, es probable que los avances en la reducción del trabajo infantil a nivel mundial se reviertan por primera vez en 20 años.

El informe también muestra que el cambio climático sigue ocurriendo mucho más rápido de lo previsto. El año 2019 fue el segundo más cálido registrado y el final de la década (2010–2019) más cálida. Mientras tanto, la acidificación de los océanos se está acelerando; continúa la degradación de la tierra; cantidades masivas de especies están en peligro de extinción; y los patrones de producción y consumo insostenibles siguen siendo omnipresentes.