– Como Pronunciado –
INTERVENCIÓN DE LA PRESIDENTA DEL 73º PERIODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL, S.E. MARIA FERNANDA ESPINOSA
24 de Abril 2019
Estimados Ministros,
Excelencias,
Querida María Luiza Ribeiro Viotti, Jefa de Gabinete del Secretario General,
Señoras y señores:
Me siento realmente privilegiada de presidir la primera conmemoración del “Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz”.
Quiero reconocer al Movimiento de Países No Alineados, así como a todos los Estados Miembros que impulsaron y apoyaron la declaración de este día internacional.
El mensaje, sin precedentes, de todos los Órganos Principales de la ONU, que acabamos de escuchar, refleja una coincidencia perfecta de nuestra determinación por preservar y fortalecer el multilateralismo.
Excelencias,
Hoy abordaré tres puntos esenciales.
En primer lugar, me referiré a los retos globales y a los desafíos del multilateralismo.
En este misma Asamblea hemos escuchado que el multilateralismo está siendo cuestionado y que enfrentamos un déficit de confianza en las instituciones en general y en nuestra Organización en particular.
Y esto ocurre porque vivimos en un mundo cada vez más polarizado, más fragmentado, con más conflictos y problemas que resolver, desde el hambre, hasta las crisis humanitarias, desde el cambio climático hasta el terrorismo.
Esto coincide con el resurgimiento de nacionalismos extremos que ponen en cuestión la validez y la existencia misma de un orden internacional basado en reglas.
Excelencias,
Hoy, los desafíos de naturaleza supranacional y multidimensional se han multiplicado.
Sabemos, por ejemplo, que ningún país puede escapar de los devastadores efectos del cambio climático, que representa una amenaza existencial para la humanidad y el planeta.
650 millones de personas viven en extrema pobreza y más de 821 millones sufren hambre.
Además, las mujeres, en todos los países, sin excepción, continúan sufriendo múltiples formas de discriminación y violencia solo por ser mujeres.
Así también las tensiones geopolíticas y los conflictos no han desaparecido; las guerras siguen cobrando la vida de personas inocentes, de mujeres, de niñas y niños.
El terrorismo persiste, sin respetar fronteras ni nacionalidades ni edad ni fe. Nada lo justifica.
A propósito de este flagelo, deseo reiterar una vez más, mi pesar y solidaridad con el Gobierno y el Pueblo de Sri Lanka y con las víctimas de los atroces ataques terroristas, ocurridos en esta Pascua. Condeno firmemente estos hechos. Dedico este día internacional, y nuestros esfuerzos, a esas y a todas las víctimas de la violencia.
Excelencias,
No podremos reconstruir la confianza en el multilateralismo si excluimos a aquellos para quienes trabajamos, a aquellos, que junto con nosotros, los Estados, pueden aportar soluciones y asumir compromisos.
Nuestros Pueblos anhelan una Gobernanza Global inclusiva.
Es por eso que “acercar la ONU a las personas, y las personas a la ONU” ha sido una constante prioridad de mi Presidencia.
Para lograrlo debemos aprender a comunicar mejor para la gente, fuera de este edificio, lo cual me lleva a mi segundo punto.
Quiero destacar el legado del multilateralismo y de la diplomacia de paz para nuestros pueblos y naciones.
Nuestra Organización ha dado luz a acuerdos fundamentales, de vocación universal, que han hecho del mundo un lugar más seguro, más saludable, más justo y con mayores oportunidades para todos y todas.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo 70 años celebramos en diciembre pasado, surgió del seno de la Asamblea General, así como las convenciones, pactos y declaraciones que se refieren a la paz, a los derechos humanos y al desarrollo, incluyendo la Agenda 2030.
En estas siete décadas las Naciones Unidas han sido fundamentales en la solución pacífica de conflictos y controversias. Las Naciones Unidas han salvado millones de vidas.
No existe región alguna en la que no haya aportado a consolidar la paz. Sus misiones de mantenimiento de la paz operan en entornos difíciles, protegiendo a la población civil y a los más vulnerables.
El personal desplegado en las misiones ayuda, día en día, a pacificar y a promover la reconciliación.
Es innegable que la Organización de las Naciones Unidas ha transformado el destino de la humanidad.
Como la principal plataforma para el diálogo y los acuerdos entre Estados soberanos, ha tenido impacto real en la salud, la seguridad, el bienestar, la dignidad de millones de personas.
La permanente búsqueda de acuerdos y la promoción de una cooperación que respeta la diversidad y las diferencias entre los Estados, son el motor de nuestro trabajo diario.
Con la Resolución 73/127, esta Asamblea General reafirmó la fe de nuestros pueblos en los propósitos y principios consagrados en la Carta, y reiteró la relevancia del multilateralismo y del derecho internacional para impulsar el objetivo común de una paz duradera y sostenida, a través de la diplomacia.
Frente a los cuestionamientos la respuesta es más multilateralismo, más cooperación. Frente a la desconfianza, la respuesta es más eficiencia y más transparencia. Frente a la violencia, la respuesta es más diplomacia y más diálogo. Frente al unilateralismo, la respuesta es más solidaridad y mayor acción colectiva.
Excelencias,
Para alcanzar y sostener la paz y el desarrollo sostenible, el multilateralismo no es solamente la vía más eficiente, sino la única vía posible.
Debemos poner fin a la falsa idea de que el multilateralismo menoscaba la soberanía de los Estados cuando en realidad hace lo contrario, la refuerza. Por ello, en cada una de mis actividades, dentro y fuera de esta Organización, lo reitero, ningún país por poderoso que sea puede resolver por sí solo los desafíos que enfrentamos.
La mayoría de los líderes del mundo comparte esta visión y así lo expresaron durante el Debate General de septiembre pasado, en el que llamaron a fortalecer un sistema internacional basado en reglas, y a nuestra Organización.
Y ese es el mismo apoyo expresado para la diplomacia multilateral en la reunión que convoqué, en febrero de este año, con siete ex Presidentes de la Asamblea General.
Hemos logrado mucho, es cierto, pero tenemos todavía un largo camino por recorrer.
En tercer lugar, me referiré a la necesidad de revitalizar nuestra Organización y fortalecer la confianza en el multilateralismo, para lo cual quiero hacer también un llamado a la acción: debemos y podemos lograr una Organización más fuerte y más eficaz.
Excelencias,
De hoy en adelante, cada año, el 24 de abril será una oportunidad para evaluar la contribución de nuestra Organización a la humanidad.
Y para lograr siempre mejores resultados, es esencial contar con una Organización más efectiva, más transparente y más ágil, que responda genuinamente a las aspiraciones de los pueblos.
Debemos también lograr un orden internacional más justo y más equitativo.
Es fundamental redoblar esfuerzos para hacer realidad los compromisos asumidos: erradicar la pobreza y reducir la desigualdad; asegurar la salud y la educación para todas las personas; proteger el medio ambiente; y asegurar la paz. Y es imperativo que lleguemos primero a los más vulnerables y excluidos, a aquellos que todavía están sumidos en la desconfianza, en el temor y la pobreza.
Debemos lograr que la Organización de las Naciones Unidas sea relevante para todas las personas.
Ayer, para ampliar nuestro diálogo, convoqué un Foro informal sobre “la importancia del multilateralismo”. El intercambio fue muy sustantivo, pero quiero destacar, en particular, una de las conclusiones. Si logramos un progreso tangible en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, esa realidad, para las personas en el terreno mejorará la vida de todas las personas, será más fuerte que cualquier discurso.
Tengamos la valentía de cambiar y mejorar: nuestros métodos de trabajo, la calidad de las resoluciones que aprobamos y, por supuesto, su implementación.
Tengamos la valentía de concretar y de ejecutar las reformas que acordamos. Hagamos que la Organización y todos sus Órganos, funcionen como las piezas de un reloj de precisión, con un mismo engranaje.
Apoyemos el proceso la revitalización del órgano más democrático y representativo, la Asamblea General. Tomemos las medidas más apropiadas para modernizar sus estructuras y el trabajo diario de la diplomacia multilateral.
En tan solo dos años más, celebraremos el 75 aniversario de las Naciones Unidas. Esa será una ocasión privilegiada para reforzar las bases fundacionales de esta Organización: como es el anhelo de un mundo sin guerras, sin hambre, con menos sufrimiento, en el que todos los pueblos sean libres y gocen de las mismas oportunidades de desarrollo y bienestar.
Excelencias,
Tenemos la oportunidad única de inclinar la balanza del lado justo de la historia.
Frente a los cuestionamientos la respuesta es más multilateralismo, más cooperación. Frente a la desconfianza, la respuesta es más eficiencia y más transparencia. Frente a la violencia, la respuesta es más diplomacia y más diálogo. Frente al unilateralismo, la respuesta es más solidaridad y mayor acción colectiva.
Finalmente, como Presidenta de la Asamblea General quiero asegurarles que ese cometido continuará estando en el centro de mis esfuerzos: lograr más diálogo, más colaboración, más acuerdos y más acción.
Sobre todo más acción para asegurar un mundo más pacífico, más inclusivo, menos desigual y más humano; un mundo con el que soñamos hace 73 años, y que todavía podemos hacer realidad.
Muchas gracias.