A medida que navegamos la pandemia de COVID-19, es evidente que disponer de las herramientas y la tecnología adecuada para combatir las enfermedades infecciosas es una de las principales prioridades en la innovación en la esfera de la salud. En tiempos como estos, hemos visto que actuar con rapidez es esencial para mitigar las consecuencias sobre las poblaciones humanas, la economía y el ecosistema.
Además, la aparición de nuevas variantes del virus del COVID-19 muestra la importancia de mantener el seguimiento en las comunidades a medida que la inmunidad, tanto natural como adquirida, se debilita. Con esta idea en mente, un grupo de científicos de la Universidad de Aberdeen, una institución miembro de la Iniciativa Impacto Académico de Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés) en el Reino Unido, recientemente aunó esfuerzos con Antibodies Ltd y el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) en la región escocesa de Grampian para luchar contra la presente pandemia.
Esta alianza ha permitido el desarrollo de unos tests de anticuerpos revolucionarios, que combinan innovaciones en inteligencia artificial (IA) y tecnologías para identificar determinantes antigénicos o epítopos. Este equipo colaborativo de científicos, profesionales de la salud y expertos en IA trabajaron sin descanso para desarrollar pruebas serológicas, los llamados tests de anticuerpos, que ayudasen a tratar estos retos a medida que fueran surgiendo. Sin embargo, las tecnologías de anticuerpos disponibles hasta el momento presentan limitaciones inherentes que afectan a su efectividad.
En la práctica, esto significa que la baja sensibilidad de los tests disponibles puede hacerlos imprecisos, especialmente para detectar mutaciones (que, en muchos casos, pueden transmitirse con aún mayor rapidez). Financiados por el programa de investigación “Respuesta rápida en COVID-19” (RARC-19, por sus siglas en inglés) del Gobierno escocés, el equipo usó la tecnología de IA denominada EpitopePredikt® para identificar elementos específicos del virus. El objetivo era saber cuáles de estos elementos desencadenaban una respuesta inmunológica del cuerpo humano.
Los investigadores desarrollaron un nuevo sistema, la llamada tecnología EpitoGen®, para combinar y mostrar hasta un centenar de estos elementos virales tal y como aparecerían de forma natural como parte del virus, usando una plataforma biológica. La innovadora tecnología resultante de este esfuerzo científico permite detectar, de forma efectiva y sin perder precisión, respuestas de anticuerpos a nuevas variantes. Las evaluaciones de garantía de calidad demostraron que estos tests detectan respuestas de anticuerpos en muestras de pacientes con una precisión del 99 %.
Además, estos nuevos tests permiten evaluar la inmunidad a largo plazo del paciente y si dicha inmunidad se debe a una vacuna o es un resultado natural de una exposición previa a la infección. Esta información es sumamente importante para prevenir la propagación de la infección y dar forma a las normas y directrices sobre salud pública. En la actualidad, los tests disponibles no siempre detectan todas las variantes del virus y proporcionan escasa o nula información acerca del impacto real de las mutaciones del virus en el comportamiento de la vacuna.
Los nuevos tests pueden proporcionar también información que permita estimar la duración de la inmunidad proporcionada por las vacunas, así como la efectividad de la vacuna respecto a nuevas variables emergentes. Estos datos son cruciales para obtener una imagen precisa de cada brote y su evolución, pues proporcionan información que puede orientar e influir sobre las estrategias de salud pública. “El virus muta hacia variables más transmisibles, lo cual significa que necesitamos un nuevo enfoque que incorpore cepas mutantes a los tests”, señaló la catedrática Mirela Delibegovic, directora del proyecto en la universidad.
“Esta tecnología ha cambiado las reglas del juego, y tiene el potencial de modificar la trayectoria de recuperación global ante la pandemia de COVID-19”, enfatizó. La innovación y los avances en cuanto a sensibilidad que presenta esta nueva tecnología garantizan pruebas asequibles y precisas para distintas condiciones autoinmunes. Estos nuevos tests de anticuerpos podrían ser un mecanismo que permitiera mejorar tanto la diagnosis como la promoción de la salud, algo fundamental en estos momentos tan difíciles.
Los esfuerzos de los investigadores de la Universidad de Aberdeen se alinean con el Objetivo 3: Salud y bienestar de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Es una muestra de cómo el conocimiento científico y la competencia de las instituciones de educación superior pueden contribuir de forma significativa a combatir la presente pandemia y a mejorar la salud pública global.