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Consejo de Seguridad 2009: Recapitulación

Consejo de Seguridad


«El Consejo de Seguridad fomentó el desarme, la protección de civiles y el trabajo temático, incluso cuando los conflictos en África y el Oriente Medio dominaban el programa para el 2009».

 

Bajo la presidencia de los Estados Unidos, se celebró una reunión en la que se tomaron las primeras medidas significativas en materia nuclear desde mediados de la década de 1990.

Aunque los conflictos de África y del Oriente Medio volvieron a dominar el programa del Consejo de Seguridad en 2009, el organismo de las Naciones Unidas encargado de mantener la paz y la seguridad internacionales fomentó su participación en cuestiones temáticas fundamentales como el desarme nuclear y la no proliferación, así como también en la protección de civiles en conflictos armados.

En total, el Consejo convocó 171 reuniones públicas en 2009, una cifra significativamente menor a la de 217 de 2008. Aproximadamente ochenta de esas reuniones concernían a África. El organismo responsable, que estaba integrado por 15 miembros, adoptó 48 resoluciones y emitió 35 declaraciones presidenciales. Una vez más, este organismo centró sus esfuerzos en alcanzar un consenso que le permitiese aumentar la efectividad de sus decisiones. Sólamente hubo cinco resoluciones que tuvieron que ser votadas, y una que recibió el veto de un miembro permanente del Consejo.

Posiblemente, el paso más significativo se produjo el 24 de septiembre en los esfuerzos encaminados al desarme nuclear y a la no proliferación. Ese día, el Consejo, junto a 14 Jefes de Estado o de Gobierno, adoptó las primeras medidas significativas desde mediados de la década de 1990, en una reunión histórica presidida por Barack Obama, el primer Presidente de Estados Unidos en realizar una tarea semejante.

Al adoptar por unanimidad la resolución 1887 (2009), los miembros se comprometieron a combatir más y mejor la proliferación de armas nucleares, a controlar el material fisionable y a garantizar la reducción de las reservas de armas. Igualmente, establecieron la resposabilidad primordial del Consejo de ocuparse de las amenazas nucleares, así como también de todas las violaciones de los tratados en materia nuclear. Aunque la resolución no tenía como objetivo ningún país en concreto, el punto muerto diplomático en el que se encontraban los respectivos programas nucleares de Irán y de la República Popular Democrática de Corea continuó constituyendo una fuente de preocupación a lo largo del año.

Otra cuestión a la que se le prestó una atención mayor fue la protección de poblaciones vulnerables a los conflictos armados. A pesar de los avances obtenidos en materia de normas de derechos humanos, este problema había ido adquiriendo importancia durante los años anteriores, conforme los asesinatos, las mutilaciones y los ataques sexuales contra civiles alcanzaban proporciones epidémicas. El Consejo organizó ocho reuniones relativas a los puntos de su programa «Niños y conflictos armados», «Civiles en los conflictos armados», y «Mujer, paz y seguridad». Asimismo, adoptó cuatro resoluciones y emitió dos declaraciones presidenciales con el objetivo de mejorar la situación sobre el terreno. Para ello, planeaba centrar los mandatos de mantenimiento de la paz en la protección civil, controlar la situación de modo más exhaustivo, y hacer que todas las partes protegiesen a los civiles y persiguiesen a sus agresores.

El acontecimiento más conmovedor tuvo lugar en la reunión celebrada el 29 de abril, cuando Grace Akallo, una joven ugandesa que había sido raptada por el Ejército de Resistencia del Señor (LRA), contó su terrible experiencia como combatiente y esclava sexual. Grace recibió una cálida ovación e inspiró a muchos de los 60 ponentes de ese día, que se comprometieron a combatir la impunidad de que disfrutaban los perpetradores de tales crímenes. Las sesiones informativas acerca de cuestiones humanitarias y temáticas, en particular el terrorismo, continuaron constituyendo algunos de los puntos fundamentales del programa del Consejo, que a lo largo de 2009 llevó a cabo reuniones públicas y sesiones de sus comités subsidiarios.

El año comenzó con un sabor amargo: tras la ruptura el 26 de diciembre de la tregua con Hamas, Israel inició una ofensiva militar en la franja de Gaza. El 8 de enero, tras un aumento precipitado del número de asesinatos de civiles y después de varios días de intensas reuniones, el Consejo adoptó la resolución 1860 (2009), a pesar de la abstención de los Estados Unidos, que exigían un alto el fuego inmediato y duradero que condujese a la retirada total de las fuerzas israelíes.

Aunque la retirada israelí de Gaza se produjo el 21 de enero, su bloqueo continuado de bienes de primera necesidad, el contrabando de armas a manos de grupos violentos y la publicación de un informe realizado por una misión de investigación de la ONU, en el que se afirmaba que se habían cometido crímenes de guerra durante la ofensiva, empañó los esfuerzos del Consejo para reanudar las negociaciones de paz en Oriente Medio. Lo mismo ocurrió, según los informes presentados cada mes al Consejo, como consecuencia del mantenimiento del asentamiento israelí y de la ruptura intra-palestina entre Hamas y Fatah. En el último informe del 2009 sobre el caso, los miembros del Consejo fueron informados de que el punto muerto amenazaba toda posibilidad de que se alcanzase una solución entre dos estados, a pesar de que se viviese una relativa calma y de la existencia de iniciativas internacionales, incluida la declaración presidencial emitida el 11 de marzo en la que se requería una acción diplomática, el compromiso cada vez mayor de los Estados Unidos y Egipto y una negociación a cuatro bandas en septiembre.

A principios de año, las luchas fronterizas entre Djibouti y Eritrea también ocuparon un lugar de importancia. El 14 de enero, el Consejo insistió en la necesidad de alcanzar una solución pacífica. El 23 de diciembre, el Consejo impuso sanciones a Eritrea por haber incumplido la orden de retirar sus fuerzas. El Consejo se refirió a un informe presentado por un grupo de expertos en el que se exponía que Eritrea proporcionaba apoyo a grupos armados y minaba de este modo todos los esfuerzos para conseguir la reconciliación en Somalia.

Este país del Cuerno de África continuó atrayendo la atención a lo largo del año, ya que el Gobierno Federal de Transición, formado en marzo con el objetivo de cumplir el Acuerdo de Djibouti de 2009 para la reconciliación nacional, siguió siendo atacado. El Consejo consideraba la creación de una misión de las Naciones Unidas para sustituir a la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM). Sin embargo, decidió que las condiciones de seguridad todavía no eran las adecuadas. En su lugar, estableció un enfoque dividido en tres fases, con el objetivo de ayudar a la AMISOM y al sector de seguridad de reciente creación del Gobierno. En un primer momento, dicho enfoque sería supervisado de cerca por las Naciones Unidas, para convertirse después en una operación de paz completa si las condiciones lo permitían. Desafortunadamente, este no fue el caso. Mientras, el Consejo continuó luchando contra la piratería en la costa Somalí, cuyas causas achacaba a la inestabilidad imperante en la Somalia continental.

El Consejo continuó vigilando de cerca al Sudán, ya que la implementación del Acuerdo Global de Paz se aproximaba a un punto crítico en el sur, donde se había establecido la realización en el 2011 de un referendum sobre la independencia. En Darfur se mantuvo un bajo nivel de violencia, salpicado de períodos de luchas más intensas, pero no se produjo un gran progreso político. Según los informes, la Operación Híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur (UNAMID) experimentó un lento progreso hacia el desarrollo total. Además, el Consejo alertó acerca de la inminencia de una crisis humanitaria en el país, después de que el Tribunal Internacional de Justicia expidiese el 4 de marzo una orden de detención contra el presidente Omer Hassan al-Bashir, tras la cual el Gobierno expulsó a agencias de ayuda internacionales cuyo trabajo en el país era fundamental.

El Consejo prestó una atención constante a la República Democrática del Congo. Tras la misión de mantenimiento de la paz llevada a cabo en este país, conocida por su acrónimo en francés MONUC, se centró más en la protección de civiles en las grandes provincias del este, donde continuaban sufriendo ataques y se veían obligados a desplazarse debido a la actividad continua de la milícia y las operaciones que el Gobierno realizaba en contra de ellos. Durante el 2009 se realizaron progresos en las tareas de integrar algunas milicias congoleñas en las Fuerzas Armadas nacionales y de repatriar a más excombatientes a Rwanda. Por su parte, durante la ampliación más reciente del mandato de la MONUC, el Consejo expresó la necesidad de obtener estrategias para reforzar la protección y asegurar la finalización de las tareas pendientes de la misión antes de poder prever la retirada de las tropas.

Además de otros problemas, el Consejo se encontraba cada vez más expuesto a ataques mortales por parte de insurgentes en Afganistán y Pakistán, algunos de los cuales tuvieron como resultado el asesinato de miembros del personal de las Naciones Unidas. Además, también continuó fomentando un progreso mayor al implementar acuerdos de paz como los de Côte d’ Ivoire y Nepal. Igualmente, siguió supervisando, en conferencia con la Comisión de Consolidación de la Paz, el proceso de consolidación de la paz en Burundi, la República Centroafricana, Sierra Leona y Guinea Bissau, un país que se encontraba bajo una nueva ola de violencia política. El Consejo trató de estimular el progreso diplomático en situaciones que se mantenían en punto muerto, como las de Chipre y el Sáhara Occidental. Del mismo modo, trabajó para promover los derechos humanos en Myanmar y en otros escenarios.

En 2009 no se crearon nuevas misiones de mantenimiento de la paz. Sin embargo, el Consejó autorizó el despliegue de un componente militar de la Misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana y el Chad (MINURCAT), con el objetivo de proteger las operaciones humanitarias y a los desplazados, una vez que el mandato de la fuerza europea expirase. Además, el Consejo aprobó la transformación de la Oficina de las Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz en la República Centroafricana (BONUCA) en la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Burundi (BINUB), que se haría efectiva el 1 de enero de 2010.

La Federación de Rusia presentó el único veto del año el 15 de junio, y puso fin de este modo a la Misión de Observación de las Naciones Unidas en Georgia (UNOMIG), para la que el Consejo había considerado establecer un mandato revisado como consecuencia de las hostiliades que tuvieron lugar en agosto de 2008 entre los dos países.

Algunos miembros del Consejo emprendieron una misión en África del 14 al 21 de mayo. Allí mantuvieron intensos diálogos con la Unión Africana y visitaron Liberia y la región de los Grandes Lagos. Además, Jorge Urbina (Costa Rica) envió a Haití a algunos miembros del Consejo, para realizar una misión de investigación del 11 al 14 de marzo.

La Asamblea General eligió a Bosnia y Herzegovina, Brasil, Gabón, Líbano y Nigeria como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad durante un mandato de dos años que comenzaría el 1 de enero de 2010. Reemplazarían así a Burkina Faso, Costa Rica, Croacia, Libia y Viet Nam, que finalizaron su mandato el 31 de diciembre de 2009. Durante el 2010, Austria, Japón, México, Turquía y Uganda continuaron formando parte del organismo de 15 miembros. China, Francia, la Federación de Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos son miembros permanentes.


Este documento informativo ha sido publicado por la Dependencia de Información al Público del Departamento de Información Pública, Naciones Unidas. Esto no es un documento oficial. Únicamente tiene fines informativos. La información fue obtenida del comunicado de prensa SC/9836, de fecha 8 de enero de 2010.


El contenido de esta página es una traducción no oficial, elaborada con la participación de la Facultad de Traducción de la Universidad de Salamanca.