El uso de sustancias sicotrópicas

Una Conferencia de las Naciones Unidas en Viena en 1988 dio como resultado la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, cuyo propósito era promover la cooperación entre las Partes de la Convención para que pudieran abordar con mayor eficacia los diversos aspectos de las actividades ilícitas en el tráfico de estupefacientes y sustancias sicotrópicas con dimensión internacional. La Convención cubría, entre muchas áreas, delitos, sanciones, jurisdicción, decomiso, extradición, asistencia judicial recíproca, cooperación y formación. La Convención declaró que las Partes tomarían las medidas que consideraran apropiadas para prevenir la desviación de sustancias utilizadas con el propósito de la fabricación ilícita de estupefacientes o sustancias sicotrópicas, y cooperarían entre sí con ese fin.

Esta convención se sumaba a la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 enmendada por el protocolo de 1972 y la Convención de 1971 sobre Sustancias sicotrópicas. Estos tres tratados de fiscalización internacional de drogas se refuerzan y complementan entre sí y siguen siendo tratados de referencia en uso en la actualidad.