Introducción del Secretario General

El año pasado el mundo sufrió diversas crisis cada vez más complejas: pobreza, desigualdad, hambre y aumento del desempleo; perspectivas desiguales e inciertas para la economía mundial; un empeoramiento de la emergencia climática; y diversos conflictos, en particular la invasión de Ucrania por la Federación de Rusia. En todas estas circunstancias son siempre las personas y comunidades más pobres y vulnerables las que se llevan la peor parte.

Por otro lado, los derechos humanos sufren ataques constantes, que se recrudecen a causa de las disparidades económicas y sociales cada vez mayores y los persistentes efectos de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19). Se sigue excluyendo a las mujeres y la juventud de los espacios económicos, cívicos y sociales, con lo que toda la sociedad se ve privada de sus contribuciones e ideas. La merma del espacio cívico, la rápida propagación de las informaciones erróneas y la desinformación, y el aumento del discurso del odio y la misoginia enfrentan a las personas justo cuando la unión y la solidaridad son más necesarias.

Por si fuera poco, hacía décadas que no presenciábamos una desconfianza y una competencia tan grandes en el terreno geopolítico, con divisiones cada vez más acusadas dentro de los países y en toda la comunidad mundial. Países y regiones enteras se dan la espalda, desatendiendo por completo la urgente y esencial tarea de forjar colectivamente un futuro mejor.

Al mismo tiempo, la humanidad sigue teniendo por delante la difícil tarea de conciliar el gran potencial de innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial y los medios sociales con la necesidad de hacer frente a los claros peligros que amenazan los derechos de las personas a la seguridad y la privacidad.

La pequeña Amal, una marioneta gigante que representa a una niña refugiada siria de 10 años, junto a la escultura No violencia, también conocida como Pistola anudada, que se encuentra en la Sede de las Naciones Unidas. Desde julio de 2021, la pequeña Amal ha recorrido más de 9000 km pasando por 12 países como representante de todos los niños y niñas que huyen de la guerra, la violencia y la persecución. Nueva York, septiembre de 2022. Foto ONU/Mark Garten.

Pese a todo, como demuestra la presente memoria, las mujeres y los hombres de las Naciones Unidas estamos decididos a afrontar esas crisis y lograr que la humanidad emprenda un nuevo rumbo que le permita alcanzar la paz, la estabilidad y la prosperidad. En esta memoria destaco ejemplos admirables de esa determinación, basada en el convencimiento de que no solo necesitamos un mundo mejor, sino que está en nuestra mano hacerlo realidad.

Las necesidades más acuciantes se dan siempre en situaciones de emergencia.

En 2022 coordinamos con nuestros asociados sobre el terreno planes de respuesta humanitaria para 216 millones de personas en 69 países y territorios y brindamos asistencia y protección vitales a casi 160 millones de personas con necesidades urgentes. Gracias a la generosidad de nuestros donantes, movilizamos la cifra récord de 30.000 millones de dólares para ayuda humanitaria.

Respondimos a distintas crisis regionales surgidas en el Sahel y el Cuerno de África, donde la sequía, la pobreza, la inseguridad y el riesgo inminente de hambruna han fraguado una combinación mortífera. En 2022 prestamos asistencia humanitaria a 17 millones de personas en el Cuerno de África y a unos 20 millones en todo el Sahel.

En el Afganistán, las Naciones Unidas y sus asociados ofrecieron en 2022 asistencia humanitaria y protección a más de 26 millones de personas, incluso en lugares que hasta entonces eran inaccesibles, tratando a la vez de contrarrestar las inaceptables restricciones impuestas a los derechos de las mujeres y las niñas, en particular su acceso a la educación y los medios de subsistencia.

La paz es el alma de las Naciones Unidas y en 2022 nuestros equipos desplegaron una amplia gama de herramientas para prevenir, mitigar, gestionar y resolver los conflictos, protegiendo al mismo tiempo a las personas afectadas por ellos.

El Secretario General António Guterres supervisando la salida de los buques participantes en la Iniciativa del Mar Negro. Para mitigar la inseguridad alimentaria mundial y su repercusión humanitaria, el Secretario General propuso la Iniciativa del Mar Negro a Türkiye, la Federación de Rusia y Ucrania. Estambul (Türkiye), agosto de 2022. © Foto ONU/Mark Garten.

En distintos lugares del mundo, las Naciones Unidas redoblaron sus esfuerzos para alcanzar la paz, por ejemplo con la mediación de una tregua en el Yemen o con sus 41 misiones políticas especiales y oficinas y sus 12 operaciones de mantenimiento de la paz. El Fondo para la Consolidación de la Paz apoyó con 231 millones de dólares actividades de consolidación de la paz en 37 países, destinando más de un tercio de ese apoyo a las mujeres y la juventud.

En Ucrania, las Naciones Unidas permanecieron y cumplieron, ayudando a casi 16 millones de personas a través de su plan de respuesta humanitaria.

Para mitigar la inseguridad alimentaria mundial y sus repercusiones humanitarias, propusimos la Iniciativa sobre el Transporte Seguro de Cereales y Productos Alimenticios desde los Puertos Ucranianos (Iniciativa del Mar Negro) a Türkiye, la Federación de Rusia y Ucrania. A mediados de junio de 2023, las exportaciones de cereales y otros productos alimenticios realizadas gracias a la Iniciativa superaban ya los 32 millones de toneladas y más de la mitad se habían destinado a países en desarrollo. Entretanto, las Naciones Unidas continuaron haciendo gestiones por medio del Memorando de Entendimiento entre la Federación de Rusia y la Secretaría de las Naciones Unidas para facilitar el acceso sin trabas a los mercados mundiales de los alimentos y fertilizantes rusos, que no están sujetos a sanciones. Y no dejaremos de presionar para conseguir una paz justa y sostenible, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.

Estamos colaborando con organizaciones regionales, como la Unión Africana, para plantar los cimientos de la paz en algunos países donde con demasiada frecuencia escasea.

En 2022 seguimos convocando a los países para abordar la urgente necesidad de poner fin a la amenaza que suponen las armas de destrucción masiva, con importantes reuniones acerca del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y la Conferencia de Examen de los Estados Partes en la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre Su Destrucción.

Jóvenes promoviendo acciones relativas al agua en la zona de medios de los ODS, en la Sede de las Naciones Unidas. Nueva York, marzo de 2023. © Foto ONU/Paulo Filgueiras.

El Congreso Mundial de las Naciones Unidas de Víctimas del Terrorismo, que celebramos por vez primera, brindó la oportunidad de hacerse oír a unas personas cuyo papel es crucial para combatir este flagelo en todo el mundo.

Nuestros equipos en los países trabajaron sin descanso durante todo el año pasado para ayudar a los Gobiernos a conseguir que sus economías, sociedades y sistemas sean más sólidos e igualitarios y sirvan de sostén a la población.

No obstante, aunque ya hemos rebasado el ecuador de la Agenda 2030, los avances en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible se han estancado, y en algunos casos hasta se ha perdido terreno.

Los países en desarrollo son víctimas de un sistema financiero mundial disfuncional e injusto que les niega la financiación y el alivio de la deuda que necesitan para invertir en las energías renovables, la protección social universal, una educación de calidad, la creación de empleos decentes, la cobertura sanitaria universal y unos sistemas alimentarios sostenibles, así como en su infraestructura y su transformación digital.

Para hacer frente a la crisis mundial de financiación, propusimos un plan de estímulo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible encaminado a acelerar su consecución, con el fin de movilizar nuevas inversiones por valor de 500.000 millones de dólares. La propuesta de plan de estímulo contempla tres acciones con las que la actual arquitectura financiera internacional podría obtener resultados: a) hacer frente a la onerosa deuda y al creciente sobreendeudamiento; b) incrementar drásticamente la financiación asequible y a largo plazo; y c) ampliar los fondos para imprevistos destinados a los países que los necesiten.

La Cumbre sobre la Transformación de la Educación sirvió para que la educación volviera a ocupar un lugar destacado en la agenda mundial y generó compromisos para remodelar los sistemas educativos y adaptarlos al mundo moderno, recuperar el terreno perdido por la educación durante la pandemia y aprovechar el potencial que ofrece la tecnología para la educación de las niñas.