New York
Naciones Unidas
Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional de la Paz
Declaraciones | António Guterres, Secretario General
Declaraciones | António Guterres, Secretario General
La paz es un objetivo noble y necesario, y el único camino viable para lograr un mundo mejor y más justo para todas las personas. Sin embargo, son demasiados los lugares y los contextos en que no estamos a la altura.
El tema del Día Internacional de la Paz de este año —“Pon fin al racismo. Construye la paz”— nos recuerda las muchas formas en que el racismo envenena el corazón y la mente de las personas y erosiona la paz que todos buscamos.
El racismo priva a las personas de sus derechos y su dignidad; exacerba las desigualdades y la desconfianza. Y nos aleja a unos de otros, cuando deberíamos unirnos, como una sola familia humana, para reparar este mundo fracturado.
En lugar de pelearnos, deberíamos tratar de derrotar a nuestros verdaderos enemigos: el racismo, la pobreza, la desigualdad, los conflictos, la crisis climática y la pandemia de COVID-19.
Deberíamos derribar las estructuras que alimentan el racismo y apuntalar los movimientos de derechos humanos en todo el mundo.
Y deberíamos acallar las perversas voces del discurso de odio clamando al unísono, sin cesar, por la verdad, la comprensión y el respeto mutuo.
En este importante día, en el que se observan 24 horas de no violencia y alto el fuego, pedimos nuevamente a todas las personas que hagan algo más que deponer las armas.
Les pedimos que renueven los lazos de solidaridad que nos unen como seres humanos y pongan manos a la obra para construir un mundo mejor y más pacífico.
El tema del Día Internacional de la Paz de este año —“Pon fin al racismo. Construye la paz”— nos recuerda las muchas formas en que el racismo envenena el corazón y la mente de las personas y erosiona la paz que todos buscamos.
El racismo priva a las personas de sus derechos y su dignidad; exacerba las desigualdades y la desconfianza. Y nos aleja a unos de otros, cuando deberíamos unirnos, como una sola familia humana, para reparar este mundo fracturado.
En lugar de pelearnos, deberíamos tratar de derrotar a nuestros verdaderos enemigos: el racismo, la pobreza, la desigualdad, los conflictos, la crisis climática y la pandemia de COVID-19.
Deberíamos derribar las estructuras que alimentan el racismo y apuntalar los movimientos de derechos humanos en todo el mundo.
Y deberíamos acallar las perversas voces del discurso de odio clamando al unísono, sin cesar, por la verdad, la comprensión y el respeto mutuo.
En este importante día, en el que se observan 24 horas de no violencia y alto el fuego, pedimos nuevamente a todas las personas que hagan algo más que deponer las armas.
Les pedimos que renueven los lazos de solidaridad que nos unen como seres humanos y pongan manos a la obra para construir un mundo mejor y más pacífico.