– Como Pronunciado-

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, S.E. MARÍA FERNANDA ESPINOSA

Diciembre 3 2018

Su Excelencia, Sr. Andrzej Duda, Presidente de la República de Polonia,

Su Excelencia, Sr. Frank Bainimarama, Primer Ministro de Fiji,

Estimado Secretario General, António Guterres

Jefes de Estados y de Gobierno,

Honorables Ministros,

Excelencias, Damas y Caballeros,

Quiero empezar agradeciendo al Presidente Duda y al maravilloso pueblo polaco por ser anfitriones de esta Conferencia, en un momento de crucial importancia en la historia de la humanidad. También, al Primer Ministro de Fiji.

Katowice será recordado este año como el lugar en el que dimos pasos firmes para salvar el futuro de nuestro planeta.

Me dirijo a ustedes en mi calidad de Presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, órgano que integra a los 193 Estados que forman la Organización de las Naciones Unidas, y por ende, el más democrático y representativo del multilateralismo.

Por ello, deseo expresar todo el respaldo de la Asamblea General de las Naciones Unidas y los mejores deseos de éxito al Sr. Michał Kurtyka, como Presidente de esta Conferencia. Su liderazgo será central para que estas negociaciones culminen de forma exitosa.

Usted, Presidente Kurtyka cuenta con un equipo profesional y comprometido, en el Secretariado de la Convención, bajo el sólido liderazgo de nuestra querida amiga y colega Patricia Espinosa.

Además, nuestra Organización cuenta con un Secretario General militante activo y comprometido con la causa ambiental y climática: António Guterres. Su convocatoria a la Cumbre sobre el Clima de septiembre próximo, en Nueva York no puede ser más oportuna. Esto permitirá mantener la agenda climática en el centro de la atención internacional.

Y es por ello que este año también hemos hecho del cambio climático una de las prioridades para el actual Periodo de Sesiones de la Asamblea General y he convocado a una reunión de alto nivel el 28 de Marzo del 2019.

Excelencias,

Quizá una de las expresiones más importantes de la vigencia y la relevancia de la ONU es precisamente la acción climática, que por su naturaleza y complejidad requiere de una fuerte acción colectiva y de un liderazgo global.

Estimados colegas,

Nunca antes la humanidad ha estado tan cerca de una conmoción generalizada, debido a los efectos devastadores del cambio climático. Efectos que vemos cada día en cada uno de nuestros países, en el norte y en el sur. El cambio climático es sin duda, uno de los mayores obstáculos para el cumplimiento de la Agenda 2030.

Los efectos del cambio climático no distinguen entre países pobres y ricos, poderosos y débiles. Aunque es claro que sus embates afectan mucho más a los más pobres, a los más vulnerables, y de ahí la importancia de nuestras responsabilidades compartidas pero diferenciadas.

Señor Presidente, amigos todos.

Tenemos sólida evidencia científica de que la situación climática ha empeorado en los últimos años y que el escenario después de Paris es aún más preocupante.

La pregunta que debemos hacernos es que si tenemos toda la evidencia científica, si hemos podido constatar de primera mano cómo los efectos del cambio climático pueden destruir países enteros, y dejar a cientos de miles de personas sin hogar, y sin medios de vida, y que además, tenemos el conocimiento y la tecnología para combatirlo y frenarlo, entonces yo les pregunto, ¿qué es lo que nos falta para dar una respuesta contundente y eficaz a la crisis climática?

Lo que necesitamos es sin duda audacia, creatividad, acción colectiva y una mayor ambición. No nos podemos conformar con dar las mismas respuestas y esperar resultados distintos. Tenemos que actuar de manera urgente y decidida. Y esto es tarea de todos, del liderazgo y decisión de los Jefes de Estado y de Gobierno aquí presentes, y de los ausentes, de los equipos negociadores para lograr un acuerdo firme, ambicioso y suficiente para revertir las desalentadoras tendencias actuales. Pero también la sociedad civil, el sector privado, los académicos e investigadores, los pueblos indígenas, las mujeres y los jóvenes, los ciudadanos tienen su parte en esta urgencia de transformar nuestras formas de producir y de consumir.

La actual crisis climática nos da ahora la oportunidad de mostrar al mundo que un multilateralismo eficaz y con resultados no es una opción, sino una necesidad de supervivencia. Katowice y ustedes hoy, tienen esa enorme responsabilidad.

Estimados delegados y delegadas,

Yo misma he estado por muchos años sentada en su lugar. Recuerdo muy bien todas las noches sin dormir buscando acuerdos y consensos desde el origen  mismo de la Convención hace más de 20 años.

Más recientemente recuerdo las largas jornadas de negociación; la emociones, las frustraciones, la sensación del deber cumplido en Cancún, en Johannesburgo o Copenague; la gran esperanza de París. El liderazgo de Fiji y el Talanoa diálogo.

Claramente, hemos transitado un largo camino y es mucho lo que hemos logrado, pero debemos estar a la altura de las nuevas evidencias y las nuevas amenazas.

Excelencias y amigos,

Tengo dos reflexiones y un pedido que hacerles antes del inicio de las negociaciones.

Primero, necesitamos un resultado contundente en esta Conferencia, el mundo nos está mirando, y demanda respuestas.

Y con justa razón.

La finalización del Programa de Trabajo del Acuerdo de París es una absoluta necesidad. No podemos marcharnos de Katowice sin tener un plan factible, ágil y ambicioso, que permita la implementación de los compromisos y estimule una mayor ambición, en todos los aspectos de la acción climática.

También necesitamos Medios de Implementación claros, predecibles y adecuados para las acciones de adaptación y mitigación.

Comprendo que siguen existiendo obstáculos que debemos vencer– en el financiamiento climático, la transparencia y la transferencia de tecnología – pero sé que nuestro sentido del deber con el principio de cooperación, establecido en la Carta de Naciones Unidas, es lo suficientemente fuerte, y que el multilateralismo es la única vía posible para lograrlo.

El futuro de la humanidad depende de que tengamos una hoja de ruta clara, compartida, que se refleje en un plan de trabajo para cumplir el Acuerdo de París y más allá. De acuerdo al último informe del PNUMA se requiere multiplicar por cinco el nivel de ambición de nuestros actuales compromisos de reducción de emisiones para alcanzar la meta de un incremento de hasta 1.5 grados Celsius.

Que Katowice sea el símbolo de la audacia, de la valentía y la decisión para hacer lo correcto en estos momentos de emergencia climática.

María Fernanda Espinosa Garcés

PRESIDENTA DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS

Mi segunda reflexión es que estamos ante la encrucijada de dos futuros posibles:

En el primero, continuamos debatiendo mientras el mundo se vuelve 3 grados centígrados más cálido que en los niveles preindustriales.

Ya hemos visto varias muestras de estos efectos:

Las pérdidas económicas ocasionadas por condiciones climáticas extremas rebasaron los 500 mil millones de dólares el año pasado. Solo Dominica perdió el equivalente a 3 veces su Producto Interno Bruto en cuestión de horas.

A la vez, la migración por factores climáticos se ha incrementado y 200 millones de personas corren el riesgo de perder sus hogares para el año 2050, 80% de los cuales serán mujeres.

Ciudad del Cabo casi se quedó sin agua el año pasado, y la escasez de vivienda, agua y alimentos también se cierne sobre muchas otras ciudades del mundo.

En consecuencia, cada año habrá 26 millones adicionales de personas viviendo bajo pobreza debido a eventos climáticos extremos.

Como mencioné anteriormente, tenemos la opción de elegir una segunda vía.

Una vía en la que invertimos en el acceso a energías renovables y sostenibles para todas las personas; una vía en la que eliminamos las barreras para comerciar, transferir e invertir en tecnologías bajas en Carbono, es decir una vía de rápida reconversión tecnológica. Una vía en la que el financiamiento climático para los países con distintas vulnerabilidades es suficiente y predecible. 

En este escenario, millones de empleos serían creados y las condiciones de vida de millones de personas mejorarían.

Por ello, debemos garantizar que el compromiso de movilizar 100 mil millones anuales a partir de 2020 se cumpla y se lo haga de manera predecible.

Imaginen lo que esto significaría para impulsar la innovación y el crecimiento laboral; el potencial de hacer justicia a más de mil cien millones de personas que viven actualmente sin energía eléctrica, y los beneficios socio-económicos de esta acción.

Realmente, nuestro mundo nunca volvería a ser el mismo.

Es evidente que se obtendrán enormes beneficios económicos, sociales y ambientales a través de la inversión en un futuro más verde. Necesitamos para ello un marco eficaz para medir el progreso a nivel global y, al mismo tiempo, medir los beneficios. Para construir ese Marco de Transparencia, también estamos aquí. Siempre será cierto que lo que no se puede medir no se puede gestionar.

Queridos amigos, para cerrar ahora quiero hacerles una solicitud y un llamado. Sé bien que las negociaciones serán difíciles, pero les pido recordar en cada momento las personas y las vidas que dependen de nuestras decisiones y compromisos. 

Los pueblos a quienes representamos esperan resultados. La diplomacia climática internacional enfrenta en esta COP una verdadera prueba de su credibilidad y legitimidad.

Creo firmemente en la necesidad del multilateralismo, y considero que el Acuerdo de París es una  muestra irrefutable de su poder. Sin embargo, su fuerza y su eficacia dependen de nuestra capacidad para implementarlo.

Cuento con la decisión política y el compromiso de Ustedes para concluir el Programa de Trabajo del Acuerdo de París.

Excelencias, colegas y amigos, les deseo el mayor de los éxitos en sus deliberaciones.

Que Katowice sea el símbolo de la audacia, de la valentía y la decisión para hacer lo correcto en estos momentos de emergencia climática.

Debemos hacer lo correcto para construir un mundo seguro y sostenible para todos hoy, y para las generaciones que vendrán.

Muchas gracias.