Reunión entre Volkan Bozkir (izquierda) y el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en enero de 2020.

Discurso de aceptación


Excelentísimo Señor Tijjani Muhammad-Bande, Presidente de la Asamblea General,

Excelentísimo Señor António Guterres, Secretario General,

Excelencias,

distinguidos miembros de la familia de las Naciones Unidas:

Deseo expresar mi más sincero agradecimiento a todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas por elegirme Presidente del septuagésimo quinto período de sesiones de la Asamblea General. Es un gran honor haber logrado su confianza y su apoyo. Es también un privilegio único, ya que este año celebramos el 75º aniversario de nuestra Organización. Deseo expresar mi gratitud al Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, por la confianza depositada en mí y por el continuo apoyo que me ha brindado hasta el día de hoy. También me gustaría dar las gracias al Ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavuşoğlu, por prestar estrecha atención y apoyo a mi elección.

Excelencias:

Como diplomático de carrera y político, he prestado con orgullo servicio a mi país y mi nación durante casi 50 años.

Hoy da comienzo un nuevo capítulo en mi vida: soy el primer ciudadano turco en presidir la Asamblea General, lo cual me llena de un orgullo inmenso. En mi calidad de Presidente, estaré al servicio de todos los miembros de las Naciones Unidas, y representaré en conjunto a todos ellos. Las expectativas y opiniones de todos y cada uno de los grupos y sus miembros serán igual de importantes y valiosos para mí, por lo que pueden tener por seguro que el Presidente de la Asamblea General responderá a los intereses de las Naciones Unidas y sus Estados Miembros.

Señor Secretario General:

En cuanto jefes de dos órganos principales de las Naciones Unidas, el Secretario General y el Presidente de la Asamblea General han de trabajar en harmonía. Durante mi mandato, mi labor complementará su agenda y sus prioridades. Facilitaré, en el marco de mi mandato, la aplicación de la agenda de reforma de las Naciones Unidas para lograr que seamos lo más eficaces posible. Deseo expresar mi agradecimiento, en especial, por el liderazgo que ha ejercido en estos meses tan difíciles. Muchas gracias por el productivo diálogo que hemos entablado hasta ahora, y aguardo con interés que sigamos colaborando.

Trabajaré estrechamente asimismo con el Presidente del Consejo Económico y Social, ya que los programas de estos dos órganos decisorios se complementan y en ocasiones se solapan. Ya he mantenido discusiones preliminares con el Presidente entrante del Consejo Económico y Social, mi distinguido colega Munir Akram, Embajador del Pakistán. Trataremos de seguir armonizando la fundamental labor de ambos órganos.

La agenda global de nuestra Organización también exige que los órganos decisorios de las Naciones Unidas se coordinen pronta y estrechamente. Trataré de subsanar las lagunas y las duplicaciones en relación con el programa de la Asamblea General. Huelga decir que estaré en contacto y comunicación regulares con las Presidencias de las Comisiones Principales, a saber, los Representantes Permanentes de España, Nepal, Hungría, Botswana, el Uruguay y Chile, para apoyar su trabajo.

Excelencias:

Dadas las graves circunstancias relacionadas con la pandemia, no he podido visitar Nueva York desde enero. No obstante, en los últimos meses he tenido la oportunidad de contactar con los representantes de todos los miembros de las Naciones Unidas, bien en el diálogo interactivo que mantuve el 15 de mayo, bien en las videoconferencias celebradas con las Presidencias mensuales de todos los grupos regionales y con las Presidencias, los Coordinadores y miembros de otros grupos de Estados. Estos intercambios fueron sumamente útiles.

Tuve la ocasión de escuchar a los distintos grupos de países exponer sus desafíos especiales y sus expectativas respecto del Presidente de la Asamblea General. Tengo la intención de proseguir este diálogo durante el período de transición.

A lo largo de mi mandato las puertas de mi oficina estarán abiertas a los Estados Miembros. Aguardo con interés reunirme en persona, una vez volvamos a la normalidad, con los representantes de los Estados Miembros con fines tanto profesionales como sociales.

Señor Presidente,

estimado amigo Bande:

Aprovecho la oportunidad para manifestarle mi más sincero agradecimiento por presidir con acierto la Asamblea General en un período de sesiones tan inesperadamente complicado. Su sabiduría y su calma nos ayudaron a transitar por esta época tan difícil. Quedo a su disposición para seguir cooperando y colaborando con usted y con su Oficina en los próximos meses para que la transición se desarrolle sin trabas y con eficiencia.

Excelencias:

Afrontamos problemas graves e inmediatos en diferentes partes del mundo, como crisis humanitarias, conflictos mortíferos y la COVID-19.

Se trata de problemas globales, por lo que requieren respuestas globales.

El multilateralismo es el medio más eficaz de lograr soluciones globales. La Asamblea General, en cuanto “parlamento del mundo”, se encuentra en una posición única para guiar nuestros esfuerzos multilaterales. Por ello, presidir a los miembros de las Naciones Unidas es una gran responsabilidad. Soy consciente de ello, y atenderé este deber con el máximo celo.

Trabajaré para lograr y consolidar la confianza y la cohesión entre los Estados Miembros, la sociedad civil y otras organizaciones internacionales. La construcción de consenso será el eje de todos mis esfuerzos. Utilizaré, en la medida de lo posible, la autoridad moral y el poder blando que son inherentes a la Presidencia de la Asamblea General. Los principios rectores de mi presidencia serán la imparcialidad, la eficacia, la transparencia y la no discriminación.

En el transcurso de mi mandato, mi Oficina prestará la misma atención a los tres pilares de las Naciones Unidas, a saber, paz y seguridad, desarrollo sostenible y derechos humanos, de manera que se reconozcan los vínculos entre ellos en el mundo que existe fuera de estas paredes.

Tengo intención de dedicarme en especial a las siguientes cuestiones:  

  • El multilateralismo.  
  • La conmemoración del 75° aniversario de las Naciones Unidas.
  • El impulso de los resultados de la agenda para la humanidad, con especial hincapié en las personas más vulnerables.  
  • Los países en situaciones especiales.  
  • La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Por otra parte, en estos momentos nos enfrentamos a un desafío mundial sin precedentes.

La COVID-19 es, ante todo, una emergencia sanitaria y una crisis humanitaria, pero también es una amenaza con consecuencias sociales, políticas y económicas y con repercusiones en materia de derechos humanos.

En nuestra respuesta colectiva a la pandemia debemos centrarnos en las necesidades especiales de los más vulnerables en los tres pilares de las Naciones Unidas. Debemos reconstruir mejor y reconocer que “nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo”.

En este sentido, mis prioridades son pertinentes para la agenda actual y para las principales iniciativas de las Naciones Unidas, como el Plan Mundial de Respuesta Humanitaria a la COVID-19 y el Fondo de las Naciones Unidas de Respuesta a la COVID-19 y Recuperación, y su aplicación en el marco más amplio de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Dados los desafíos ocasionados por la COVID-19, también es crucial respetar la Carta de las Naciones Unidas y restablecer la fe de la población en las instituciones internacionales, encabezadas por las Naciones Unidas.

Espero asimismo que pronto se reanude el funcionamiento normal de la Organización, incluida la Asamblea General, y que podamos celebrar reuniones en persona con las medidas adecuadas para proteger nuestra salud.

Al mismo tiempo, quizás debamos revisar nuestra lista de prioridades y racionalizar ulteriormente las actividades del septuagésimo quinto período de sesiones. Este proceso deberá estar impulsado principalmente por los Estados Miembros, así que quedo a su disposición para contribuir a estos esfuerzos en el marco de mi mandato.

Señor Presidente,  

Señor Secretario General,  

Excelencias:

La Asamblea General representa la conciencia y la voluntad colectivas de la comunidad internacional. Desearía concluir subrayando que es un gran honor y un gran privilegio tener la oportunidad de presidir el único órgano de las Naciones Unidas en el que todos los Estados Miembros tienen la misma voz.

Aguardo con impaciencia estar al servicio de todos los miembros como Presidente del septuagésimo quinto período de sesiones de la Asamblea General.

Muchas gracias.