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Consejo de Seguridad 2006: Recapitulación

Europa

Kosovo

La decisión pendiente sobre el estatuto definitivo de la polémica provincia serbia ocupó las cuatro reuniones sobre Kosovo en 2006.

La mayoría albanesa de Kosovo desea la total independencia, pero Belgrado insiste en mantener algún control sobre lo que considera una parte esencial de Serbia. El 13 de septiembre el representante de Serbia manifestó ante el Consejo, por ejemplo, que era inadmisible despojar al Estado de Serbia, reconocido internacionalmente, del 15% de su territorio para crear un segundo Estado albanés en la región.

Desde 1999 la Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK) ha gobernado esta provincia. La misión se estableció después de que los ataques aéreos de la OTAN interrumpieran la campaña de represión contra las fuerzas étnicas separatistas albanesas de las tropas de la República Federativa de Yugoslavia. Actualmente la UNMIK y las instituciones locales provisionales de autogobierno administran la provincia y la fuerza de paz de Kosovo (KFOR), dirigida por la OTAN, proporciona seguridad. Las instituciones provisionales se han creado en el transcurso de los años mediante elecciones democráticas y han asumido cada vez más autoridad, que les asigna la misión de las Naciones Unidas, en virtud de un proceso denominado «normas primero, estatuto después». Dichas normas, cuyo objetivo es el fomento de la democracia y la confianza entre los grupos étnicos serbios y albaneses, incluyen la protección de las minorías y la creación de condiciones adecuadas para un regreso sostenible de los refugiados. A finales de 2005 se decidió que se había progresado lo suficiente como para iniciar las conversaciones sobre el estatuto y se nombró a Martti Ahtisaari Enviado Especial para mediar un acuerdo.

El señor Ahtisaari, antiguo Presidente de Finlandia, facilitó las conversaciones entre las dos partes durante el año y en un principio planeó presentar su propuesta sobre el futuro de la provincia para finales de 2006. Sin embargo, dicho plan se pospuso por las elecciones parlamentarias en Serbia del 21 de enero de 2007, y ahora se espera la presentación de las recomendaciones finales al Consejo para principios de 2007.

El 13 de diciembre, el Representante Especial del Secretario General y director de la UNMIK, Joachim Rücker, informó al Consejo que si seguían los retrasos en la solución de la cuestión de Kosovo podrían aumentar las tensiones, lo cual favorecería a los extremistas de ambas partes y haría más difícil alcanzar una solución. Tras más de siete años de administración internacional y aumento de la capacidad local, ahora se concentraba la atención en las fechas relacionadas con el estatuto de Kosovo. Una vez tomada la decisión sobre el estatuto, la Misión tendría que facilitar una transferencia pacífica del poder político a las instituciones locales e internacionales establecidas en el acuerdo sobre el estatuto.

Añadió que la importante labor sobre las normas, así como también la protección de las minorías y los derechos de las comunidades seguían siendo prioridades principales tanto para el Gobierno de Kosovo como para la UNMIK. Las normas seguían representando lo esencial del trabajo diario sobre el terreno en Kosovo, con especial atención a las 13 áreas prioritarias presentadas por el Grupo de Contacto a principios del año.

Tras la información presentada por el señor Rücker, el presidente del Centro de Coordinación de Serbia para Kosovo y Metohija, Sanda Rašković-Ivić, afirmó que la situación tenía que contemplarse desde un punto de vista realista y recalcó que una solución precipitada podría «abrir la caja de Pandora». La parte albanesa permanecía sin hacer nada a la espera de recibir otro Estado Albanés en los Balcanes, dentro de las fronteras reconocidas internacionalmente de Serbia. Semejante resultado era inaceptable. Se necesitaba una solución de transacción entre serbios y albaneses: una solución duradera, basada en la coexistencia en un Estado moderno, democrático y descentralizado.

El representante de la Federación de Rusia acogió con beneplácito la decisión de interrumpir las conversaciones sobre el estatuto hasta que finalizaran las elecciones en Serbia, alegando que había que rechazar los plazos estrictos. La consecución de las normas podría influir en el ritmo y el resultado de las negociaciones sobre el estatuto. Había que examinar las propuestas formuladas por Belgrado, puesto que no había más alternativa que negociar una solución de transacción, por más difícil que fuera.

Los Estados Unidos apoyaron la decisión de presentar el informe sobre el estatuto, sin demora, tras las elecciones en Serbia del 21 de enero. Dicho informe tendría que recibirse con una actitud flexible y comprendiendo la importancia de una solución integrada. A medida que el proceso relativo al estatuto se acercara a las etapas finales, ambas partes tendrían que ser realistas en cuanto al resultado probable: no habría una vuelta a la situación anterior a 1999, ni división de Kosovo, ni unión de Kosovo con otro país o con parte de otro país.

El representante de Albania estuvo de acuerdo con que cualquier demora posterior al plazo de enero podría poner en peligro el arreglo con orden. La solución más pragmática y justa sería la independencia, con la prolongación de la presencia civil y de seguridad de la comunidad internacional.

Varios oradores también instaron a los serbios de Kosovo a colaborar con las Instituciones Provisionales y pidieron a los dirigentes del Consejo Nacional Serbio que pusieran fin al boicot de los contactos con las Instituciones Provisionales y a las autoridades de Belgrado que eliminasen todos los impedimentos a esta participación. También añadieron que los líderes de las Instituciones Provisionales, por su parte, tenían que seguir insistiendo en la aplicación de las normas para crear las bases para una sociedad verdaderamente multiétnica y democrática, y que todas las comunidades tenían que actuar con moderación.

El 14 de febrero, justo antes de cuando debían comenzar las negociaciones sobre el futuro estatuto de Kosovo, el predecesor del señor Rücker, Søren Jessen-Petersen, se dirigió al Consejo y recalcó que la comunidad internacional tenía que seguir centrando su atención en ayudar a construir una sociedad democrática, multiétnica, global y tolerante en Kosovo. El Presidente de Serbia afirmó que Serbia y Montenegro estaban dispuestos a encontrar una solución negociada, pero que seguían comprometidos con los principios y normas del derecho internacional, en particular con aquellos relativos a la integridad territorial de los Estados.

En varias otras sesiones de información que celebró el Consejo durante el año la idea general siguió siendo la misma. El Representante Especial abogó por una conclusión pronta y satisfactoria del proceso relativo al estatuto, y el representante de Serbia mantuvo que la solución debía encontrarse a través del diálogo, sin ser impuesta desde el exterior. Albania, por su parte, alegó que la mejor opción era la independencia y que los serbios debían volver a participar en las instituciones democráticas de Kosovo.

Bosnia y Herzegovina

El 18 de abril el enviado de las Naciones Unidas a Bosnia y Herzegovina informó al Consejo de Seguridad de que, ya en las etapas finales de la reconstrucción de posguerra, el país estaba a las puertas de un futuro prometedor y tenía la oportunidad de convertirse en un estado soberano independiente. El Alto Representante Christian Schwartz-Schilling, dirigiéndose al Consejo en lo que denominó «un momento crucial» para Bosnia y Herzegovina, dijo que el país tiene que responsabilizarse de sus reformas políticas y su desarrollo económico.

El señor Schwartz-Schilling dijo también que deseaba el apoyo del Consejo para llevar a cabo una transición satisfactoria que, dependiendo de una serie de factores, podría finalizar en el primer o segundo trimestre de 2007. La reforma constitucional, las elecciones generales de octubre y las negociaciones en curso con la Unión Europea sobre el Acuerdo de Estabilización y Asociación eran las principales prioridades de Bosnia y Herzegovina. Además, el desarrollo económico estable era un requisito previo para un futuro sostenible.

Sin embargo, cuando el señor Schwartz-Schilling se dirigió al Consejo seis meses después, el 8 de noviembre, definió la realidad de Bosnia y Herzegovina como «incómoda en muchos sentidos». En relación con esto destacó la impaciencia de la comunidad internacional por alcanzar el progreso, la reticencia de los políticos locales a hacerse cargo de llevar a cabo el proceso y la frustración de los ciudadanos que necesitaban trabajo. Aun así, la comunidad internacional tenía que mantener el rumbo y seguir traspasando responsabilidades a estos líderes, «ni tan rápido como para que la tarea los abrume, ni tan despacio que les impida desarrollar un sentido del deber hacia los ciudadanos que los han elegido».

En cuanto a la cuestión de la transición, el Representante Especial del Secretario General dijo que la decisión del Consejo de Aplicación del Acuerdo de Paz, tomada en junio, de autorizar a su oficina a preparar su clausura y posible sustitución por una Oficina del Representante Especial de la Unión Europea en julio de 2007, demostraba que Bosnia y Herzegovina estaba reivindicando su soberanía plena. Sin embargo, se necesitaría un mayor esfuerzo de las autoridades locales por encargarse de las reformas necesarias y también una dirección coherente de la comunidad internacional para lograr que eso ocurra.

Adnan Terzić, Presidente del Consejo de Ministros de Bosnia y Herzegovina, al esbozar la situación del país dijo que en octubre por primera vez se habían financiado y organizado sin ayuda elecciones generales. A diferencia de muchos otros países en transición, este país había demostrado que no había «fatiga de la reforma». El camino general fijado anteriormente recibió el apoyo popular para los siguientes cuatro años.

En cuanto al resultado de las elecciones, afirmó que la victoria de los denominados «nacionalistas» había suscitado decepción entre las partes internacionales interesadas, pero había originado un programa único para aplicar. El programa era la perspectiva euro atlántica de Bosnia y Herzegovina, es decir, su futura adhesión a la Unión Europea y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo cual era la principal prioridad del Gobierno.

Afirmó que el mayor obstáculo actual era el tercer gobierno de la Republika Srpska. En vez de unirse al impulso actual y cumplir los criterios del Acuerdo de Estabilización y Asociación, la Republika Srpska había bloqueado todo proceso de reforma y había decidido unilateralmente que se iba a retirar de todos los acuerdos previos.

En el debate que siguió, los miembros del Consejo apoyaron el esfuerzo del Alto Representante por asegurar el control local del proceso de reforma en Bosnia y Herzegovina; también instaron a que se aceleraran las reformas y las medidas para aumentar la confianza entre las comunidades étnicas. La Constitución y el cuerpo de policía se mencionaron entre las áreas que necesitaban una reforma urgente. Muchos oradores también señalaron la importancia de entregar a los acusados que todavía estaban en libertad al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.

Como la situación del país todavía requería atención internacional, el 21 de noviembre el Consejo adoptó unánimemente la resolución 1722 para prolongar la Fuerza de Estabilización de la Unión Europea (EUFOR) durante 12 meses más. La EUFOR se autorizó por primera vez mediante la resolución 1575 del Consejo el 22 de noviembre de 2004, como sucesora de la Fuerza Multinacional de Estabilización (SFOR) dirigida por la OTAN. Con este documento, el Consejo también autorizó que continuara la presencia de una sede de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bosnia y Herzegovina, como legítima sucesora de la SFOR, bajo un mando y control unificado.

Georgia

El Consejo de Seguridad, ante un panorama de nuevas tensiones en el conflicto entre Georgia y Abjasia en 2006, prolongó el mandato de la Misión de Observadores de las Naciones Unidas en Georgia (UNOMIG) por tercera vez el 13 de octubre al adoptar unánimemente la resolución 1716. El mandato se había prorrogado previamente al aprobarse por unanimidad las resoluciones 1656 y 1666 el 31 de enero y el 31 de marzo respectivamente.

La Misión se estableció en 1993, después de que Abjasia, una antigua república autónoma dentro de la República Socialista Soviética de Georgia de la antigua Unión Soviética, declarara su independencia tras la caída de la Unión Soviética y de que el Gobierno de Georgia desplegara sus tropas allí. Un acuerdo de cesación del fuego que se concertó tras una serie de enfrentamientos armados en 1992 nunca se llegó a aplicar plenamente y el enfrentamiento obligó a cerca de 30.000 refugiados a abandonar su tierra.

En mayo de 1994, las partes de Georgia y Abjasia firmaron el Acuerdo de Cesación del Fuego y Separación de Fuerzas en Moscú y pactaron desplegar una fuerza de mantenimiento de la paz de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) para supervisar el cumplimiento del Acuerdo. UNOMIG quedó encargada del control de la aplicación del Acuerdo y de observar las actividades de la fuerza de la CEI. En julio de 1994 el Consejo amplió el mandato de la Misión y aumentó sus efectivos hasta un máximo de 136 observadores militares.

Antes de la adopción de la última resolución sobre ONUMIG en octubre, el Secretario General presentó un informe al Consejo (documento S/2006/71 Documento PDF) en el que se exponía que tras la expectativa de un nuevo impulso a las negociaciones a principios de año y del intercambio de propuestas entre las partes de Georgia y Abjasia, la situación en el área se había vuelto tensa. Por un lado Abjasia insistía en la solución de la situación en el alto valle de Kodori como condición previa para la reanudación del diálogo. El Gobierno de Georgia puso en duda al statu quo, que consideraba perjudicial para el interés vital de Georgia en la recuperación de su integridad territorial.

El 18 de julio el Parlamento de Georgia adoptó una resolución en la que se solicitaba la suspensión inmediata de las operaciones de mantenimiento de la paz en Georgia y se pedía al Gobierno que solicitara la retirada inmediata de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la Federación de Rusia. Además, al Gobierno se le pidió que comenzara inmediatamente a desplegar un esfuerzo por lograr un cambio del formato de mantenimiento de la paz y del despliegue de las fuerzas internacionales de policía en Osetia meridional y Abjasia, y que informara a la comunidad internacional sobre sus planes para resolver en forma pacífica el conflicto. El 22 de septiembre el Presidente de Georgia presentó propuestas para la solución de los conflictos en Abjasia y Osetia meridional, Georgia, que incluían la desmilitarización de esas áreas, el diálogo directo entre las partes, el establecimiento de una presencia policial internacional seguida de la firma de una promesa general de no recurrir a la fuerza, y la rehabilitación económica.

El Secretario General llegó a la conclusión de que la solución negociada del conflicto entre Georgia y Abjasia indudablemente sería difícil de conseguir, puesto que las posiciones de ambas partes sobre el estatuto político habían ido divergiendo cada vez más a lo largo de los años. Sin embargo, no hay alternativa al diálogo La amenaza de la fuerza solamente puede aumentar la desconfianza existente, y la reanudación de la violencia sería el peor resultado posible para las comunidades involucradas y para la estabilidad de la región y más allá.

El Consejo prolongó el mandato de la UNOMIG hasta el 15 de abril de 2007 mediante la resolución 1716, reconociendo que se había originado una «nueva y tensa situación», al menos en parte desde la operación especial de Georgia en el alto valle Kodori, durante la que las fuerzas militares del país entraron en el área, pese al compromiso de Georgia de retirarlas en virtud del Acuerdo de Moscú de 1994.

El Consejo instó a Georgia a que garantizara que no habría tropas no autorizadas por dicho acuerdo en el valle, y a la parte de Abjasia a facilitar el regreso digno y seguro de los refugiados y desplazados internos y a garantizar a la población local del distrito de Gali que se respetaría su derechos de residencia y su identidad. Se pidió a ambas partes que respondieran a las iniciativas de diálogo, y además se las instó a cumplir todos los acuerdos anteriores relativos a la no violencia y al fomento de la confianza, en especial los relativos a la separación de las fuerzas.

En cuanto al papel polémico de la fuerza de mantenimiento de la paz de la CEI, el Consejo recalcó la importancia de su estrecha y efectiva colaboración con la UNOMIG y solicitó a las partes que continuaran colaborando con ella. El Consejo también destacó con satisfacción la continuación de la labor de las patrullas conjuntas de la UNOMIG y de la fuerza de mantenimiento de la paz de la CEI en el alto valle Kodori y reiteró que dichas patrullas habían de realizarse con regularidad.

Chipre

En 2006 el Consejo prolongó dos veces el mandato de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP) que supervisa las líneas de cesación del fuego a lo largo de unos 180 kilómetros a través de la isla y que existe desde hace 42 años.

El 15 de junio el Consejo adoptó unánimemente la resolución 1687, en virtud de la cual se prolongó el mandato de la misión seis meses. El último día de ese periodo, el 15 de diciembre, mediante la aprobación unánime de la resolución 1728, se prolongó de nuevo la misión hasta el 16 de junio de 2007.

El Consejo reiteró la importancia de mantener bajo un examen constante las operaciones de la UNFICYP, con posibles ajustes en el mandato, los efectivos y el marco conceptual apenas se justificara, y en la última resolución, sobre Chipre acogió con beneplácito el progreso realizado por los grecochipriotas y los turco chipriotas y expresó su gratitud por la labor del Secretario General y su equipo durante los últimos 10 años a fin de lograr una solución global.

El Consejo acogió con beneplácito especial los logros realizados desde el 8 de julio, cuando las dos partes se comprometieron a acabar con los reproches mutuos y firmaron una serie de principios y decisiones que reconocían que el statu quo era inaceptable y que una solución global era tan conveniente como posible. Acordaron comenzar inmediatamente un proceso con dos vías que incluyera discusiones de comités técnicos sobre temas que afectaban la vida diaria de las personas y, al mismo tiempo, grupos de trabajo sobre temas de fondo, que condujeran a una solución general.

El Consejo expresó su apoyo total al proceso acordado por los líderes grecochipriotas y turco chipriotas, los alentó a participar activamente en las conversaciones bicomunitarias y pidió una pronta finalización de los preparativos para la reanudación plena de un proceso de buenos oficios.

Un representante de Grecia afirmó antes de la votación de diciembre que la forma de salir adelante era una solución controlada por los chipriotas, lograda mediante un proceso controlado por los chipriotas, con la valiosa ayuda de la comunidad internacional. Aunque fuera difícil, ningún paso era pequeño si se daba hacia el frente. Paso a paso se pueden alcanzar grandes logros. Las dos comunidades ya se habían puesto de acuerdo sobre la forma básica de la reunificación de la isla: una federación bicomunitaria y bizonal. El acuerdo del 8 de julio representaba una plataforma para hacer avanzar el proceso político y alcanzar una solución global, permanente y duradera que respete la legalidad internacional.

Montenegro

Después de que en un referendo realizado en mayo Montenegro decidió poner fin a la confederación con Serbia, que había durado 88 años, el Consejo recomendó a la Asamblea General que admitiera a la República de Montenegro como miembro de la Organización de las Naciones Unidas. Dicha decisión se tomó con la adopción unánime de la resolución 1691 Documento PDF, el 22 de junio de 2006.

En un mensaje leído por Per Stig Møller, Ministro de Relaciones Exteriores de Dinamarca, que ocupó la presidencia del Consejo en junio, el órgano de 15 naciones tomó nota con gran satisfacción del solemne compromiso de la República de Montenegro de respetar los propósitos y principios de la Carta y cumplir con todas las obligaciones que en ella se recogen. El Presidente del Consejo dijo: «Esperamos el momento en que se nos una como miembro de las Naciones Unidas y la oportunidad de trabajar con sus representantes».

Antes de esto el Consejo había remitido la solicitud de Montenegro al Comité de Admisión de Nuevos Miembros, durante una breve reunión el 21 de junio.


El contenido de esta página es una traducción no oficial, elaborada con la participación de la Facultad de Traducción de la Universidad de Salamanca.