El mundo sigue siendo un lugar peligroso para los niños. Se estima que aproximadamente 300.000 niños y jóvenes armados viven en zonas de conflicto, la mitad de ellos son niñas y las más vulnerables. Son víctimas, obligados a vivir en una constante violación de sus derechos al ser sometidos a situaciones como: el reclutamiento, la mutilación, el secuestro, la violencia sexual, constantes ataques contra escuelas y hospitales y la denegación de una ayuda humanitaria necesaria.
El 23 de Junio se llevo a cabo una sesión Informativa sobre la juventud y los conflictos armados, en el contexto del Año Internacional de la Juventud 2011 y organizada por el Programa de las Naciones Unidas sobre la Juventud (UNPY), en cooperación con la Misión Permanente de Alemania ante las Naciones Unidas y la Oficina del Representante Especial del Secretario General para Niños y Conflictos Armados y moderado por Chantale Walter, de la Misión Permanente de Canadá ante las NU.
Se destaco la importancia en la elaboración de estrategias antes, durante y después del conflicto, centrándose en temas como la rehabilitación, operación y consolidación de la paz y poniendo de relieve la educación como un factor clave para la inclusión de los jóvenes en las comunidades, además de la importancia en la creación de redes.
Así mismo, se recordó la importancia global y la prioridad en la protección de los niños y jóvenes en los conflictos armados, tanto en el Consejo de Seguridad como en la comunidad internacional. El evento también destacó los logros, esfuerzos y resultados alcanzados hasta el momento; incluyendo el fortalecimiento de la protección legal y de las normas y el papel de los informes de las misiones en la toma de decisiones y resoluciones.
Los ponentes coincidieron en que la protección, la educación y la inclusión de estos niños en la construcción de sus comunidades, son esenciales para la promoción de la paz. Grace Akallo, ex niña soldado y fundadora de los Africanos Unidos para la Mujer y los Derechos del Niño, habló con una voz que representa a miles, e insistio en "la importancia de la educación, el cuidado y la protección por parte de los Estados miembros para salvar a los niños y jóvenes de situaciones de conflicto".
Aún quedan muchos retos por resolver, acordando de está manera la necesidad de lograr establecer programas a largo plazo para reintegrar a los ex niños soldados en la sociedad y la necesidad de mayores esfuerzos en una movilización de la comunidad internacional.