La actual población juvenil, integrada por más de 1.000 millones de jóvenes, es la más extensa registrada hasta el momento en el mundo. Las alteraciones de la salud mental son unos de los principales problemas de adaptación que padecen estos jóvenes y que afectan a su integración en la sociedad y a su empleabilidad. La División de Política Social y Desarrollo Social del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas acaba de publicar un nuevo informe que arroja luz sobre esta cuestión y contribuye a sensibilizar a la opinión pública con respecto a la misma.


Aunque, por regla general, se considera que los jóvenes constituyen un grupo de edad que goza de buena salud, un 20% de ellos sufren algún tipo de alteración de la salud mental, incluidos trastornos de conducta, que probablemente contribuyen de manera significativa a la discapacidad y a la pérdida de productividad a lo largo de la vida.


Para abordar esta cuestión, la División de Política Social y Desarrollo Social acaba de publicar un nuevo informe titulado “Social Inclusion of Youth with Mental Health Conditions” (Inclusión de los jóvenes que sufren alteraciones de la salud mental), que está basado en un documento de antecedentes preparado por un grupo de profesores de la Universidad de Virginia y de la John Hopkins Bloomberg School of Public Health.


El principal objetivo del informe es utilizar los trabajos de investigación que existen sobre este tema para sensibilizar a la opinión pública y entablar un diálogo mundial sobre la forma de abordar las alteraciones de la salud mental entre los jóvenes. El estigma social en torno a estas alteraciones sigue siendo un problema muy frecuente y confiamos en que este artículo ayude a iniciar un diálogo que permita, en un debate abierto, hacer frente a estos problemas y buscar la mejor solución para combatirlos. El objetivo primordial es garantizar la plena integración de los jóvenes en la sociedad.


El informe presenta algunas conclusiones importantes. Afirma, por ejemplo, que las alteraciones de la salud mental conllevan una carga y un grado de discapacidad considerables, en particular entre aquellas personas que empiezan a sufrir estas alteraciones en la juventud. El informe también concluye que estas alteraciones tienen importantes repercusiones en el desarrollo de los jóvenes y que un enfoque de la salud pública que incluya medidas preventivas es fundamental para abordar esta cuestión a nivel mundial.


En sus recomendaciones, el informe pide que se adopten políticas y programas mejor definidos que puedan mejorar el acceso de los jóvenes a una gama completa de servicios. También subraya la necesidad de superar el estigma relacionado con las alteraciones de la salud mental, mejorar la supervisión y el seguimiento y la evaluación de los programas, además de realizar nuevas investigaciones en este ámbito.


El informe completo se pueda consultar en: http://www.un.org/esa/socdev/documents/youth/youth-mental-health.pdf