Se muestra un gran árbol y unas rocas delante de un edificio acristalado, donde hay gente reunida en el interior para contemplar una pantalla digital con imágenes de arrecifes de coral generadas por inteligencia artificial.

Introducción

La presente memoria pasa revista a un año en el que la humanidad tuvo vientos en contra, pero también esperanza. En 2024, varios conflictos mortíferos siguieron causando enormes sufrimientos y desplazamientos masivos. El calor volvió a pulverizar todos los récords en nuestro planeta. La pobreza, el hambre y las desigualdades aumentaron, mientras se expandían sin ninguna salvaguardia eficaz tecnologías transformadoras como la inteligencia artificial y se pisoteaban las normas del derecho internacional y los derechos humanos.

Ante estos retos, las Naciones Unidas procuraron plasmar nuestros valores comunes en acciones efectivas sobre el terreno al servicio de las personas en todo el mundo.

En 2024, a través de 40 misiones políticas especiales y oficinas y 11 operaciones de mantenimiento de la paz, tratamos de evitar que estallaran conflictos o que se agravaran o continuaran.

Junto con diversos asociados, prestamos asistencia y protección vitales a más de 116 millones de personas. En países y zonas que padecen conflictos, como el Cuerno de África, el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, el Sudán, Ucrania o el Yemen, proporcionamos alimentos, nutrición, agua, saneamiento, educación, atención sanitaria, refugio y protección.

Respondimos a desastres como las inundaciones de Asia Sudoriental y el Sudán, el huracán Beryl en el Caribe, un terremoto en Vanuatu y la sequía en África Meridional y Oriental. 

En septiembre de 2024, los Estados Miembros aprobaron el Pacto para el Futuro, en el que se proponen medidas vitales para ayudar a revitalizar el sistema multilateral y las soluciones que ofrece para las personas y el planeta.

En el Pacto, los Estados Miembros pidieron que se reforzaran los meca- nismos de la paz dando prioridad a las herramientas de prevención de conflictos, mediación y consolidación de la paz. En 2024 empezamos a examinar nuestras operaciones de paz, que incluyen las misiones de mantenimiento de la paz y las misiones políticas especiales, para afrontar con mayor eficacia las complejas amenazas que actualmente ponen en peligro la paz y la seguridad.

En el Pacto también se aboga por un plan de estímulo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se pide que se reforme la arquitectura financiera mundial. En colaboración con los bancos multilaterales de desarrollo y los Gobiernos, propugnamos la introducción de cambios en importantes aspectos de la gobernanza económica mundial, como el alivio de la deuda, la cooperación en cuestiones de tributación y una mayor representación de los países en desarrollo en los foros donde se toman decisiones.

La presente memoria demuestra que, a pesar de que corren tiempos muy adversos
—o precisamente por eso—, podemos y debemos seguir luchando por ese mundo mejor que estamos seguros de poder alcanzar.

ANTÓNIO GUTERRES
Retrato del Secretario General

Para hacer frente a la crisis climática, ayudamos a 170 países a preparar o implementar sus contribuciones determinadas a nivel nacional con el fin de reducir las emisiones. A través del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, también proporcionamos financiación y apoyo a 35 países en desarrollo para acelerar iniciativas de desarrollo con bajas emisiones de carbono, como la electrificación, la eficiencia energética y las infraestructuras con bajas emisiones.

La aprobación del Pacto Digital Global, que figura en un anexo del Pacto para el Futuro, fue un hito que ejemplificó la respuesta proactiva de las Naciones Unidas a los retos contemporáneos. En él se pone de relieve no solo nuestro compromiso colectivo de reducir la brecha digital y promover la inclusión digital, sino también nuestra dedicación a la salvaguardia de los derechos humanos en la era digital. Al abordar los acuciantes pro- blemas de nuestros días, las Naciones Unidas allanan el camino hacia un futuro más equitativo y sostenible, garantizando que las tecnologías digitales se utilicen en beneficio de toda la humanidad.

Comenzamos a elaborar un informe, que se encuentra en la fase de implementación, sobre posibles formas innovadoras de destinar financiación voluntaria a la inteligencia artificial para que todos los países puedan beneficiarse de la tecnología, y ya estamos tratando de ayudar a los Estados Miembros a crear el Panel Científico Internacional Independiente sobre Inteligencia Artificial y el Diálogo Mundial sobre la Gobernanza de la Inteligencia Artificial con el fin de establecer a nivel mundial salvaguardias eficaces que protejan a las personas a medida que se expande la tecnología.

También avanzamos en el cumplimiento de las promesas hechas en el Pacto a favor de la juventud y las generaciones futuras. Por ejemplo, empezamos a desarrollar una plataforma mundial de inversión en la juventud para que los mecanismos de financiación y las plataformas de inversión nacionales se centren en las necesidades de la gente joven.

En la línea de la Declaración sobre las Generaciones Futuras, que tam- bién se aprobó en septiembre, aplicamos la prospectiva estratégica a la planificación y la formulación de políticas y acciones, incluso mediante planes estratégicos plurianuales para las Naciones Unidas, y creamos una red de prospectiva estratégica y una comunidad de práctica para lograr que nuestras políticas, programas y operaciones sobre el terreno estén a la altura de los retos previstos para los próximos años.

Consolidamos nuestra iniciativa Naciones Unidas 2.0 en todos los aspectos de esta importante labor para mejorar la eficiencia y la innovación en el conjunto de la Organización aprovechando la analítica de datos y la transformación digital.

Para poder llevar a cabo nuestra labor vital, es imprescindible fomentar un lugar de trabajo solidario y respetuoso que represente verdaderamente a las personas que habitan nuestro planeta. Hemos mantenido la paridad de género alcanzada en 2020 en el personal directivo superior y el sistema de coordinadoras y coordinadores residentes y, por primera vez en nuestra historia, logramos la paridad de género en el Cuadro Orgánico y categorías superiores.

Y en 2024, gracias a la labor realizada por nuestra red de Defensores de la Lucha contra el Racismo, seguimos colaborando con el personal y los directivos de toda la Organización e impartiendo formación, realizando campañas y examinando la rendición de cuentas para asegurarnos de que las Naciones Unidas siempre hagan honor a sus valores, tanto dentro como fuera de la Organización.

La presente memoria demuestra que, a pesar de que corren tiempos muy adversos —o precisamente por eso—, podemos y debemos seguir luchando por ese mundo mejor que estamos seguros de poder alcanzar. Redoblaremos nuestros esfuerzos por lograr la paz, fomentar el desarrollo sostenible y defender los derechos humanos, para toda la humanidad.

Descargar la introducción [PDF, 2MB]

Pese a que la humanidad sigue teniendo fuertes vientos en contra, nuestro compromiso colectivo con todas las personas en un planeta habitable ofrece la esperanza de un futuro en el que la paz, la justicia y la sostenibilidad sean una realidad vivida por todos.

Amina J. Mohammed
Vicesecretaria General

Un pacto para un futuro sostenible

El Pacto para el Futuro, aprobado por consenso en la Cumbre del Futuro, que se celebró en septiembre de 2024, representa un gran salto adelante para fomentar la cooperación mundial e impulsar los esfuerzos por alcanzar los Objetivos. Para hacer frente a las realidades actuales y los retos del futuro, en el Pacto se renuevan los compromisos encaminados a acelerar el progreso hacia la Agenda 2030, y también se hace un llamamiento a aprovechar la tecnología en aras del desarrollo sostenible y reformar el sistema financiero mundial para atender y representar mejor los intereses de los países en desarrollo.