New York
Naciones Unidas

Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos


Declaraciones | António Guterres, Secretario General


La violencia sexual en los conflictos es una táctica de guerra y represión que aterroriza a las poblaciones, destruye vidas y fractura comunidades.

Los autores rara vez afrontan las consecuencias de sus actos. Por el contrario, son las personas supervivientes las que llevan la carga del estigma y el trauma durante toda su vida, a menudo doblemente maltratadas por nocivas normas sociales y la culpabilización de las víctimas.

En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, nos solidarizamos con las personas supervivientes y nos comprometemos a apoyar a las mujeres, las niñas, los hombres y los niños más vulnerables en su lucha por vivir con dignidad y en paz en medio de las crisis humanitarias.

Esto incluye aumentar el apoyo a las víctimas y a las mujeres, las niñas y los niños desplazados que son vulnerables a la trata y a la explotación sexual, y a quienes proceden de zonas marginadas, remotas y rurales donde los sistemas de justicia y protección son débiles.

Esta tarea conlleva reforzar los sistemas de justicia y las capacidades del estado de derecho a nivel nacional a fin de que los autores rindan cuentas de sus crímenes y las víctimas reciban el apoyo médico y psicosocial oportuno.

También conlleva defender los derechos de las personas supervivientes y tratarlas con respeto y comprensión, dándoles al mismo tiempo la oportunidad de ayudar a reparar sus comunidades fragmentadas.

Asimismo, conlleva apoyar a las organizaciones de la sociedad civil dirigidas por mujeres que trabajan para derribar las barreras sociales, económicas y culturales que niegan a las mujeres y a las niñas su derecho a la protección, la igualdad y la justicia.

Por último, conlleva abordar las causas subyacentes de la violencia sexual en los conflictos, desde las desigualdades hasta las debilidades institucionales y la militarización, y reforzar los sistemas de alerta temprana para evitar que se produzcan estos crímenes.

Con una mayor determinación política y recursos financieros, podemos pasar de las palabras a los hechos y acabar con el flagelo de la violencia sexual en los conflictos de una vez por todas.