Las Naciones Unidas defienden el derecho de las personas con autismo a participar plenamente en la sociedad, en consonancia con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

La Agenda 2030, con su promesa de no dejar a nadie atrás, representa el compromiso de reducir las desigualdades mediante la inclusión social, económica y política de todas las personas, incluidas las personas con discapacidad. Sin embargo, muchas personas con autismo siguen viviendo aisladas, discriminadas y desconectadas de su comunidad, en instituciones o incluso en su propio hogar. 

La pandemia de COVID-19, que ha llevado a la reducción o eliminación de los servicios que se prestaban en las escuelas, los hogares y las comunidades, ha agravado muchas de estas desigualdades. Debemos garantizar que se consideren esenciales los derechos, las perspectivas y el bienestar de las personas con discapacidad, incluidas las personas con autismo, al construir un futuro mejor después de la pandemia.

Para lograr ese cometido, debemos crear más sistemas de apoyo comunitario para las personas con autismo y sistemas educativos y programas de capacitación inclusivos en los que los alumnos con autismo puedan elegir qué estudiar. Debemos ofrecer soluciones tecnológicas a las personas con autismo para que puedan llevar una vida independiente en su comunidad. Es fundamental que, al poner en marcha estas iniciativas, se organicen consultas activas en las que se escuche a las personas con discapacidad y las organizaciones que las representan.

En este Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, reafirmemos nuestro compromiso con un mundo inclusivo, equitativo y sostenible para las personas con autismo.