Hoy, que se conmemora el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, la situación en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, sigue siendo un importante reto para la paz y la seguridad internacionales. Las persistentes violaciones de los derechos del pueblo palestino, junto con la expansión de los asentamientos, amenazan con echar por tierra las perspectivas de lograr la solución biestatal.

Ahora que la comunidad internacional está haciendo todo lo posible por reanudar el diálogo israelo-palestino, me reconforta ver los recientes contactos entre altos funcionarios israelíes y palestinos. Así y todo, no basta con contener la situación.

El objetivo general sigue siendo el de dos Estados que convivan en condiciones de paz y seguridad, con lo que se colmarían las aspiraciones nacionales legítimas de ambos pueblos, respetando las fronteras de 1967 y teniendo a Jerusalén como capital de ambos Estados.

Llamo a las partes a que no tomen medidas unilaterales que atenten contra las posibilidades de lograr una solución pacífica del conflicto sobre la base del derecho internacional y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas. Además, las llamo a que entablen contactos constructivos con miras a poner fin al cierre de Gaza y a mejorar las condiciones de vida de todos los palestinos bajo ocupación.

Felicito a los generosos donantes que apoyan al UNRWA y pido a los Estados Miembros que proporcionen financiación oportuna y previsible para que el Organismo pueda llevar a cabo su vital labor.

Codo a codo, reafirmemos nuestro inquebrantable apoyo al pueblo palestino en su búsqueda por hacer valer sus derechos inalienables y construir un futuro de paz, justicia, seguridad y dignidad tanto para sí como para el pueblo israelí.