New York

08/30/2021

Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas

António Guterres, Secretary-General

La desaparición forzada —aunque está estrictamente prohibida por el derecho internacional de los derechos humanos en toda circunstancia— sigue utilizándose en todo el mundo como método de represión, terror y sofocación de la disidencia. Paradójicamente, a veces se utiliza con el pretexto de luchar contra la delincuencia o el terrorismo. Los abogados, los testigos, la oposición política y los defensores de los derechos humanos corren un peligro especial.

La desaparición forzada priva a las familias y a las comunidades del derecho a conocer la verdad sobre sus seres queridos, a que se obligue a rendir cuentas, a la justicia y a la reparación. La pandemia de COVID-19 se ha sumado a la agonía y la angustia de la desaparición forzada, al limitar las capacidades de búsqueda de personas desaparecidas y de investigación de presuntas desapariciones forzadas.

La Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas es indispensable para ayudar a atajar esta cobarde práctica. Sin embargo, su aplicación requiere la voluntad y el compromiso de quienes tienen potestad para ello.

Los Estados deben cumplir sus obligaciones de prevenir las desapariciones forzadas, buscar a las víctimas e investigar, enjuiciar y castigar a los autores.

En este Día Internacional, reitero mi llamamiento a todos los Estados para que ratifiquen la Convención y colaboren con el Comité y el Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas.

Juntos, podemos y debemos poner fin a todas las desapariciones forzadas.