Transcripción del discurso pronunciado

Declaración del Excmo. Sr. Tijjani Muhammad Bande, Presidente del septuagésimo cuarto período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas

9 de marzo de 2020

PGA delivering address at CSW64

Excmo. Sr. Mher Margaryan, Presidente de la Comisión de la Condición

Jurídica y Social de la Mujer,

Excelencias,

Distinguidas delegaciones:

Es un placer estar aquí hoy en la apertura del 64º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Este año, 2020, se cumplen 25 años desde la aprobación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que sigue siendo el programa mundial más completo para lograr la igualdad de géneros y el empoderamiento de las mujeres.

Felicito al Presidente de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, a su equipo, a las cofacilitadoras de Argelia y Australia, a todas las delegaciones y a la secretaría de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU-Mujeres) por sus incansables esfuerzos, que dieron como resultado el proyecto de declaración política que se aprobará en breve por consenso.

Está claro que las reuniones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer son uno de los elementos más importantes del calendario de nuestra Organización. Reúnen a asociados de todo el mundo para hacer efectivos la igualdad de género y los derechos de la mujer: funcionarios de alto nivel procedentes de las capitales, miembros de la sociedad civil, jóvenes y muchas partes interesadas.

Lamentablemente, debido a la propagación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), echamos en falta la vitalidad que hemos llegado a asociar a estas reuniones. No obstante, el trabajo que realicen durante este período de sesiones es sumamente importante y hoy estamos aquí, en nombre de todos los Estados Miembros, para renovar nuestro compromiso con la aplicación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing.

Agradezco a los titulares de los ministerios, a la sociedad civil y a otras partes interesadas, que hoy no pueden estar aquí, su inmutable convicción y su constante labor para asegurar la plena aplicación de nuestro compromiso conjunto.

Excelencias:

Para la mayoría de las mujeres y niñas del mundo, el cambio ha sido lento y esto hace que la sociedad en su conjunto se vea debilitada. Ningún país puede afirmar que haya logrado la igualdad de género.

Debemos acelerar el progreso a todos los niveles. Al comenzar este decenio de acción y resultados para aplicar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estamos revisando por primera vez los progresos relacionados con la Plataforma de Beijing en el contexto de la Agenda 2030.

No se equivoquen: para lograr cualquiera de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, está claro que no podemos excluir al 50 % de la población. Es responsabilidad de todos mantener nuestra promesa de no dejar a nadie atrás.

La amenaza más existencial a la que nos enfrentamos todos, el cambio climático, afecta de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas más marginadas. El cambio climático agrava las desigualdades existentes que impiden el empoderamiento de la mujer.

Sin embargo, el grupo Mothers of Invention ha movilizado en todo el mundo a sus comunidades y han combinado su experiencia, liderando iniciativas como Zero Waste Week, EcoWave Power, y Solar Sister. La semana pasada me reuní con varias mujeres en la aldea de Vusama (Fiji) que, con el apoyo de las Naciones Unidas, han renovado la práctica tradicional de la elaboración de la sal.

Las mujeres indígenas están encabezando la acción climática en sus comunidades a través del Innuit Circumpolar Council e iniciativas como TierrActiva en Perú.

Jóvenes activistas de todo el mundo se han subido a este estrado para pedir medidas climáticas. Para salvaguardar a nuestro mundo, necesitamos mujeres defensoras, empresarias, responsables de la formulación de políticas, líderes políticas e innovadoras.

El primer paso es facilitar la igualdad de acceso a una educación de calidad para las niñas y los niños de todo el mundo. Desde 1995 hemos hecho importantes progresos, y hay más niñas en la escuela que antes, pero tenemos que hacer más.

Las escuelas deben satisfacer las necesidades de todos los estudiantes, y esto incluye las necesidades particulares de las niñas. Las escuelas deben ser espacios seguros, con instalaciones sanitarias adecuadas y planes de estudios neutros en cuanto al género que permitan a las niñas y los niños alcanzar su pleno potencial, en particular en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM).

Sin embargo, el rendimiento académico por sí solo no garantiza el empoderamiento económico de las mujeres. Siguen existiendo barreras que causan una brecha salarial persistente entre hombres y mujeres, falta de oportunidades de ascenso y dificultades para reintegrarse a la fuerza laboral después de la licencia de maternidad.

Además, persiste la segregación ocupacional. En efecto, las mujeres asumen una cantidad de trabajo no remunerado tres veces superior que los hombres, y la mayoría de los trabajos que se automatizarán en el futuro están hoy en manos de mujeres.

De cara a 2030, debemos trabajar con mayor denuedo para eliminar todos los impedimentos estructurales a que se enfrenta la plena igualdad de hombres y mujeres, en todas partes.

Excelencias,

Distinguidas delegaciones:

Desde 1995, la inestabilidad, los conflictos y las crisis humanitarias han frenado el progreso de las mujeres y las niñas. Si queremos garantizar la existencia de sociedades pacíficas, inclusivas y democráticas, debemos defender los derechos de las mujeres en todos los contextos.

La verdadera paz requiere la participación de todos los miembros en la sociedad. Dos décadas después de la adopción de la resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las mujeres, la paz y la seguridad, debemos asegurarnos de que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde en todos los procesos de paz.

De hecho, el liderazgo de las mujeres es esencial para la continuidad de la paz y para que haya un sistema multilateral sólido. Sin embargo, no deja de ser preocupante que, el pasado mes de septiembre, solo 16 de los 192 oradores del debate general fueran mujeres. Esto no es una muestra de las Naciones Unidas que necesitamos. A nivel mundial, solo el 24 % de los escaños parlamentarios están ocupados por mujeres. Esto no es representativo de la gente a la que servimos.

Ruego a todos los Estados Miembros que incluyan a las mujeres en las estructuras de adopción de decisiones, en las delegaciones y en la lista de oradores que vayan a intervenir en los foros de alto nivel. Necesitamos escuchar las voces de quienes, durante demasiado tiempo, han sufrido injusticias históricas y marginación. Y, cuando estas mujeres hablan, la responsabilidad de cada uno de nosotros es escuchar.
Excelencias,
Distinguidas delegaciones:

Este es un año fundamental para la igualdad de género y los derechos de las mujeres, ya que se cumplen 25 años de Beijing, 20 años de la adopción de la resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y 10 años de la creación de ONU-Mujeres. También conmemoramos el septuagésimo quinto aniversario de las Naciones Unidas.

Impulsemos la acción multilateral en torno a esos momentos clave y no nos limitemos a renovar nuestro compromiso con los ideales fundacionales de nuestra Organización, sino que trabajemos diligentemente para hacerlos realidad:

“Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas, resueltos a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres …” exige que se actúe en ese sentido.
Excelencias,

La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer se ocupa de forjar alianzas para defender los derechos de las mujeres y lograr la igualdad entre los géneros.

Debemos forjar nuevas alianzas, y afianzar las ya existentes, entre mujeres y hombres, y entre los Estados Miembros, el sistema de las Naciones Unidas, la sociedad civil y el sector privado. Es necesario adoptar y actuar en las esferas críticas.

Empecemos por crear culturas de respeto.

Debemos trabajar para eliminar los estereotipos que no son propios de nuestra era y que perpetúan los prejuicios, las prácticas discriminatorias y la violencia de género.

Debemos mantener nuestro compromiso con la igualdad entre los géneros y ser aliados de las mujeres en nuestros hogares, en nuestras comunidades y en nuestros lugares de trabajo.

Debemos enseñar a nuestros hijos, tanto los niños como las niñas, que cada persona, sea cual sea su género, tiene derecho a ser tratado con la misma dignidad y el mismo respeto.

Debemos reconocer que una mujer en el poder no es una amenaza. Todos nos beneficiamos del liderazgo representativo.

Excelencias:

Si realmente queremos honrar a los fundadores de las Naciones Unidas, debemos comprometernos a entrar en el próximo cuarto de siglo como la generación de la igualdad.

Pongámonos en marcha.

Muchas gracias.

Puede descargarse la declaración en formato PDF.