ONU Bienvenidos a las Naciones Unidas. Son su mundo.

Secretario General Ban Ki-Moon

La reconstrucción de Gaza y el proceso de paz

Artículo de opinión - Revista "Forbes", 2 de marzo de 2009

Por Ban Ki-moon

Durante los combates que se produjeron en Gaza y sus alrededores entre el 27 de diciembre y el 18 de enero de 2008, las principales víctimas de la violencia, la destrucción y los sufrimientos generalizados fueron los habitantes civiles de Gaza y del sur de Israel. Como consecuencia de ello, la población de Gaza, que ya había padecido grandes penalidades durante muchos años, se ha visto sometida a una aflicción aún mayor y se enfrenta con ansiedad y desesperación a un futuro incierto. Esas personas han sido golpeadas por la muerte, la destrucción y la dislocación, sumadas a los efectos perniciosos de la ocupación, el bloqueo, la guerra civil y el colapso económico. Pude contemplar todo el alcance de las indignidades a que se enfrenta la población cuando visité Gaza tan sólo dos días después de que se hubiera declarado la cesación del fuego y quedé profundamente afectado por lo que vi y oí.

Los habitantes de Gaza y del sur de Israel no han sido las únicas víctimas. También se ha visto afectado el proceso político que estaba en marcha desde la conferencia de Annapolis de noviembre de 2007. A la hora de afrontar nuestro desafío de proporcionar asistencia humanitaria y participar en actividades inmediatas de recuperación y reconstrucción, también nos enfrentamos a la necesidad de recuperar y reconstruir los procesos políticos: entre los palestinos, entre palestinos e israelíes, y entre Israel y el mundo árabe.

Las tres semanas de intensos combates terminaron con el anuncio por ambas partes, el 18 de enero, de cesaciones del fuego unilaterales. Desde entonces, la situación ha seguido siendo frágil, con más violencia y la continuación del cierre de los pasos fronterizos. Esto no hace más que subrayar la necesidad de una cesación del fuego duradera, sostenible y plenamente respetada, con arreglo a lo solicitado por el Consejo de Seguridad. Egipto, de forma encomiable, se ha puesto al frente de la iniciativa encaminada a lograr esa cesación del fuego, del mismo modo que ha procurado abordar otras cuestiones conexas: la total reapertura de los puntos de entrada a Gaza, la liberación de los prisioneros palestinos a cambio del cabo Shalit y la reunificación de los palestinos. Egipto también ha tomado la iniciativa de convocar esta semana en Sharm el-Sheikh una importante reunión dedicada a tratar de las necesidades económicas de los palestinos, y en particular de las necesidades de recuperación y reconstrucción en Gaza.

La apertura de los puntos de cruce, prevista en los acuerdos internacionales, sigue siendo esencial para que se mantenga la cesación del fuego y para que la tan necesaria asistencia humanitaria y de reconstrucción llegue a la población. Si queremos restablecer un régimen de cruce que funcione adecuadamente, será necesario tener en cuenta las legítimas preocupaciones de seguridad de Israel, y la Autoridad Palestina debería estar en condiciones de asumir sus responsabilidades en el marco de esos acuerdos. Esto, a su vez, exige que el pueblo palestino vuelva a estar unido bajo un solo gobierno comprometido con los principios de la OLP. He declarado que las Naciones Unidas colaborarán con un gobierno palestino unido que sitúe a Gaza y la Ribera Occidental bajo la autoridad del Presidente Abbas. Insto a todas las partes palestinas, y a todas las entidades regionales e internacionales pertinentes, a que presten apoyo al proceso de reconciliación palestina.

La crisis de Gaza ha puesto de relieve, más que cualquier otra cosa, la gravedad de los fracasos políticos del pasado y la necesidad urgente de alcanzar una paz justa, duradera y general para todos los pueblos del Oriente Medio. Del mismo modo que necesitamos un gobierno palestino unificado que esté comprometido con el proceso de paz, necesitamos un gobierno de Israel que mantenga sus promesas. Del mismo modo que necesitamos que los palestinos aborden las cuestiones de seguridad —como lo está haciendo de forma tan encomiable la Autoridad Palestina en la Ribera Occidental— necesitamos que los israelíes apliquen una congelación real de los asentamientos. La expansión de los asentamientos es ilícita e inaceptable y contribuye en gran medida a socavar la confianza en el proceso político en todo el mundo árabe. Insto a todos los socios internacionales a hacer que ésta sea una cuestión central de las renovadas iniciativas internacionales de paz.

Mientras tanto, las Naciones Unidas deberán continuar proporcionando asistencia humanitaria en Gaza, y dondequiera que sea necesaria. Hicimos un llamamiento para que se proporcionara asistencia poco después de que concluyeran los combates, y espero que los donantes sigan contribuyendo generosamente a este fin, al tiempo que continúan prestando apoyo a la Autoridad Palestina, cuyo presupuesto sirve para pagar los sueldos de miles de funcionarios públicos en Gaza y para prestar algunos servicios básicos. He hecho un llamamiento a todas las partes para que permitan el suministro y la distribución sin trabas de asistencia humanitaria en todo el territorio de Gaza, garanticen la protección y la seguridad del personal humanitario y respeten estrictamente el derecho internacional humanitario. No debe haber impedimentos ni interferencias para la ayuda humanitaria.

También debemos asegurar que se pase oportunamente de la asistencia humanitaria de emergencia a la fase de recuperación y reconstrucción iniciales, sin lo cual miles de habitantes de Gaza quedarían atrapados en una situación de supervivencia y dependencia y se pondrían gravemente en entredicho las perspectivas de crecimiento y estabilidad a largo plazo. Hay que volver a situar a Gaza en un plano de normalidad. Debemos colaborar estrechamente con la Autoridad Palestina, que está planeando sus prioridades de recuperación y reconstrucción iniciales, y con un propósito compartido por las entidades regionales y la comunidad internacional. En este proceso no podemos pasar por alto la Ribera Occidental, donde debemos seguir prestando asistencia a las iniciativas de reforma en curso de la Autoridad Palestina. Para que el común de los palestinos sienta un mejoramiento tangible en sus vidas cotidianas, Israel deberá adoptar medidas inmediatas para facilitar el tránsito y el acceso a recursos decisivos como la tierra y los mercados.

Nuestro objetivo no debería limitarse a regresar a la situación imperante antes del 27 de diciembre en Gaza, o en el proceso de paz. Ahora más que nunca es la hora de llegar a una paz completa y general entre Israel y sus vecinos árabes. Al mismo tiempo que procuramos proporcionar una asistencia que se necesita con toda urgencia y reconstruir Gaza, también debemos perseguir incansablemente el objetivo que durante tanto tiempo nos ha unido, pero que también nos ha eludido: el fin de la ocupación que comenzó en 1967, el establecimiento de un Estado de Palestina en Gaza y la Ribera Occidental, incluida Jerusalén Oriental, que coexista con Israel en condiciones de paz y seguridad, y una paz general, justa y duradera entre Israel y todos sus vecinos árabes. Prometo hacer todo lo que esté en mis manos, como Secretario General de las Naciones Unidas, para lograr esa paz general, justa y duradera en esa región crucial. La comunidad internacional debe asumir sus responsabilidades de facilitar el progreso y, siempre que sea necesario, insistir en ello. Después del trágico conflicto de Gaza, esto es más urgente que nunca.

por Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas