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Secretario General Ban Ki-Moon

Mensaje del Secretario General sobre la tregua olímpica

Julio de 2012

La tradición de la tregua olímpica nació en la antigüedad para facilitar paso seguro a los atletas que se dirigían a los Juegos. Así, la tregua ponía de relieve el verdadero espíritu de los Juegos Olímpicos: una competición pacífica entre naciones resuelta en gestas de excelencia individual.

Hoy día, deportes y acontecimientos como los Juegos Olímpicos y Paralímpicos derriban barreras al reunir a personas procedentes de todo el mundo y todos los sectores de la sociedad. Los participantes portan la bandera de muchos países, pero todos enarbolan el pabellón de la igualdad y el juego limpio, el entendimiento y el respeto mutuo.

Estos valores cobran significado a través de la tregua olímpica, el llamamiento a los bandos en conflicto de todo el planeta para que depongan las armas durante los Juegos. Estas interrupciones de los combates salvan vidas. Ayudan a los trabajadores humanitarios a asistir a quienes han menester. Y abren espacio diplomático para negociar soluciones duraderas.

La tregua olímpica —y, en general, el ideal olímpico— transmite un poderoso mensaje: el de que las personas y las naciones pueden dejar sus diferencias a un lado y convivir y cooperar en armonía. Y si lo hacen durante un día, o durante un evento, pueden hacerlo para siempre. Este es el sueño en el que se fundamentan las Naciones Unidas y el objetivo de nuestra labor diaria.

Pido a todos los involucrados en hostilidades que respeten la tregua, que ha sido refrendada por los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas. Es una batalla dura, pero debemos perseverar en la proclamación de la tregua y hacer cuanto podamos para ganar adhesión a ella. Que la antorcha de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres ilumine de paz todo el mundo durante las próximas semanas.