Viaja con la ONU al Gran Chaco Americano, el segundo bioma más extenso e importante del continente, compartido entre Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay. Se trata de una zona donde habitan 9 millones de personas que se encuentra rezagada económica y socialmente y en donde vive un alto porcentaje de comunidades indígenas. La región es altamente vulnerable al cambio climático, con sequías prolongadas que afectan a la disponibilidad de agua, los cultivos y la calidad de los suelos. Recorre con Naciones Unidas los diferentes proyectos en los que trabajan con estas poblaciones para conseguir mejorar la calidad de vida de sus gentes, sin importan en qué país del Gran Chaco se encuentren. Un ejemplo de que, ante problemas comunes, la solidaridad y la unidad no entienden de fronteras.

Artículo: ONU Argentina, ONU Bolivia y ONU Paraguay. Fotografías: ONU Bolivia/Morelia Eróstegui.

Del 13 al 18 de junio un equipo trinacional de Naciones Unidas, integrado por las Coordinadoras Residentes de Argentina y Bolivia y el Coordinador Residente de Paraguay, representantes de agencias y equipos técnicos de los tres países visitaron el Gran Chaco Americano por segunda vez para continuar con el trabajo conjunto iniciado dos años atrás.

La misión visitó programas e iniciativas que llevan a cabo las agencias de las Naciones Unidas y sus socios en apoyo al trabajo de comunidades y autoridades locales para afrontar los desafíos que en gran parte son comunes al Gran Chaco Americano.

En jornadas de reflexión conjunta y demostración in situ de los avances de las acciones, la misión intercambió experiencias con las comunidades indígenas y campesinas y autoridades, identificando acciones adicionales para amplificar y complementar resultados, fortalecer capacidades y crear nuevas oportunidades de colaboración.

El Gran Chaco Americano es el segundo bioma más extenso e importante del continente, compartido entre Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, y habitado por 9 millones de personas. La región está rezagada con indicadores económicos y sociales inferiores al promedio regional y a los promedios de los tres países.

Por ello, agencias, fondos, programas de Naciones Unidas y socios de cooperación buscan implementar y desarrollar diferentes iniciativas en el territorio, promoviendo un abordaje integrado a la región, con soluciones coordinadas entre los tres países.

A pesar de estos esfuerzos, aún existen múltiples desafíos por ejemplo en términos de acceso a la salud, educación y agua potable, manejo sostenible de los recursos naturales, derechos humanos, oportunidades económicas y laborales, profundas desigualdades, flujos migratorios, pérdida de idiomas y culturas entre otros.

 

Iniciativas locales afrontan desafíos comunes

La visita permitió a los y las Coordinadoras Residentes y a las diferentes agencias, fondos y programas identificar oportunidades de amplificar el impacto de las iniciativas desde abordajes que complementen las intervenciones actuales.

Por ejemplo, en Tartagal, Argentina, la delegación fue parte de los Diálogos por el Gran Chaco Americano, una iniciativa liderada por Redes Chaco, la Embajada de Francia en Argentina y la Unión Europea.

El evento reunió a más de 200 referentes de pueblos indígenas, criollos, campesinos, sociedad civil, organismos internacionales y gobiernos locales del Gran Chaco, cuyo objetivo fue diseñar propuestas de acción sobre diversos temas de interés para la región a fin de elaborar un documento que se revise en foros regionales para luego ser elevado a las autoridades locales, nacionales y entes internacionales.

 

Reunión de varias personas en un recinto

La región del Chaco es altamente vulnerable al cambio climático, con temperaturas elevadas y eventos climáticos extremos, como por ejemplo sequías prolongadas, lo que tiene impacto en la disponibilidad de agua, en la capacidad de producción (especialmente a nivel familiar), en la erosión de suelos, en la desertificación y en el régimen hidrológico.

Estos impactos son por veces tan agudos que generan consecuencias humanitarias graves.

En Santa Victoria Este, Argentina, la delegación conoció proyectos exitosos de agua y apicultura. Durante la visita, Modesto Ceballos, apicultor y carpintero, mencionó que para él algunos de los problemas de la zona se deben a la sequía y falta de agua. Proyectos como la apicultura son una alternativa a la falta de oportunidades laborales, acotó Ceballos.

 

Jóvenes tocan instrumentos tradicionales

Iniciativas binacionales ya se desarrollan en el Chaco, entre ellas se destaca el proyecto de escuelas resilientes de UNICEF en Bolivia y Paraguay. El mismo, permite a las escuelas estar preparadas para responder a emergencias mitigando los efectos del cambio climático y las epidemias. Este proyecto contribuye al fortalecimiento de las capacidades nacionales y subnacionales de preparación para emergencias por amenazas múltiples y adaptación al cambio climático.

“Creo que es muy importante este trabajo de interacción entre las varias partes del Gran Chaco Americano. Los pueblos indígenas del Gran Chaco en su mayoría están interconectados con sus hermanos en los países vecinos. Creo que de las visitas que estamos haciendo todos pueden aprender algo, alguna buena práctica que puede mejorar las condiciones de vida en el terreno”, mencionó Mario Samaja, Coordinador Residente de la ONU en Paraguay.

 

Unas mujeres indígenas exponen su artesanía en un puesto

En Paraguay, la implementación del Plan de Vacunación contra la COVID-19 en población indígena y la cooperación que brindan OPS y UNFPA a través de la XVI Región Sanitaria Mariscal Estigarribia fue presentada a la delegación.

En el hospital regional de Mariscal Estigarribia, el personal sanitario asiste a pacientes que deben atravesar enormes distancias y que son derivados de unidades de salud familiar distribuidas a lo largo de más de 91 mil kilómetros cuadrados. En la zona habitan alrededor de 62 mil habitantes, con una densidad poblacional inferior a 1 habitante por kilómetro cuadrado.

 

Unas personas escuchan una intervención en un campo, bajo un árbol

En el territorio la FAO promueve tecnologías adaptativas al cambio climático, rescatando saberes ancestrales que permiten reducir los efectos de la sequía en los cultivos.

La delegación visitó el centro de capacitación de la comunidad Arenal en Bolivia, donde pudo conocer prácticas que permiten que, a diferencia de otros cultivos colindantes afectados por la sequía y los eventos climáticos extremos, el terreno sea altamente productivo. De acuerdo a la información provista por técnicos y familias, los cultivos que no trabajan con esas técnicas habían perdido porcentajes considerablemente altos de su producción.

 

Una mujer interviene de pie desde una mesa con otros ponentes sentados


Voces del Gran Chaco Americano: Preocupaciones y desafíos 

Primer plano de una mujer

Durante el recorrido entre los tres países, la misión dialogó con personas, historias y realidades del Gran Chaco Americano.

Nancy López, es Cacique (autoridad) de la comunidad weenaheyk “Mi troja” en Tartagal Argentina y directora de la radio “La Voz Indígena” desde donde trabaja por dar visibilidad y reconocimiento al pueblo weenhayek.

“Vivimos en Bolivia, Paraguay y Argentina, somos un pueblo en tres naciones” menciona a la par que expresa sus preocupaciones por la pérdida de su cultura y lengua. “Me parece que en los centros educativos también tienen que permitir que mantengamos nuestra lengua materna para no perder la identidad”. 

Cuando se le pregunta por el impacto del cambio climático en la región, menciona que: “Los pueblos originarios estamos ligados al monte”, reiterando que es en el monte donde encuentran alimento, medicina y materiales con los que pueden trabajar con artesanías.

Mujer con niños en un aula

Para Marbel Álvarez, maestra de la escuela Isipotindi en Bolivia, la revalorización de la cultura y el acceso a la tecnología son temas fundamentales. Sus orígenes guaraníes le han permitido hoy ser maestra bilingüe e incentivar a sus estudiantes a no abandonar la lengua. “El cambio climático es un factor totalmente poderoso, no solo en nuestra comunidad. Más de la mitad de la sembradía, el maíz, el joko, el poroto se ha perdido porque no hay agua. Si no tenemos maíz, no tenemos para comer” relató.

 

Una mujer da explicaciones a un grupo en frente de una instalación

La doctora Florencia Enríquez trabaja en el Hospital Regional de Boquerón Paraguay, donde por la cercanía de los territorios muchas veces atiende a pacientes de los tres países, resalta que tienen dos barreras importantes: la parte idiomática y geográfica.

“En Boquerón nuestra población es 60% indígena”. Tan solo a una hora del hospital, en la comunidad Campo Loa (Jotoicha), Catalina Martínez pertenece a la comunidad indígena nivaĉle, es una de las pocas mujeres que habla guaraní y español en la comunidad.

Al conversar con la delegación comentó que las distancias entre las comunidades, el hospital, y los puntos donde pueden encontrar agua son muy largas, lo que es una dificultad en especial para personas de tercera edad.

 

Una señora mayor conversa con otra persona de una audiencia

 “Debemos considerar los territorios en su totalidad, en su integridad. Eso es lo que estamos escuchando de parte del pueblo guaraní, de comunidades campesinas, de autoridades que consideran al Gran Chaco Americano como su tierra, más allá de las fronteras nacionales” mencionó Susana Sottoli, Coordinadora Residente de Naciones Unidas en referencia a la misión.

 

Un equipo de tres países para una gran región

Si bien la iniciativa está compuesta por equipos de Naciones Unidas de tres países, el objetivo es lograr un solo y sólido equipo transfronterizo. Existen resultados que demuestran que trabajar transfronterizamente, de manera integral y coordinada, tiene un impacto favorable en la vida de las personas que habitan en el Chaco.

 

Personal de la ONU conversa con población local

“Es así que estamos aquí para escuchar a las comunidades y que sean sus propias ideas y sus prioridades las que guíen este camino que empezamos hace ya varios años, pero en el que seguimos avanzando con mis colegas, para beneficio de las comunidades”, expresó Claudia Mojica, Coordinadora Residente de ONU Argentina.

En una región, que además de compartir el clima y la biodiversidad, también comparte culturas, necesidades y aspiraciones, las agencias de Naciones Unidas buscan amplificar el trabajo con las autoridades a nivel local, con la sociedad civil, con las comunidades y con las familias, para no dejar a nadie atrás.

La delegación estuvo integrada por referentes regionales y de los tres países de: ACNUDH, ACNUR, FAO, OIM, OPS/OMS, PMA, PNUD, UNFPA, UNESCO, UNICEF, ONU Medio Ambiente, las Coordinadoras Residentes de ONU en Argentina y Bolivia, el Coordinador Residente en Paraguay y sus respectivos equipos.