Rafah, de 12 años, practica la lectura de Braille en el refugio de su familia en el asentamiento de tiendas Fayda, en el valle de Bekaa (Líbano, 2014). Foto © ACNUR/Andrew McConnell.

No dejar a nadie atrás

Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que aproximadamente 1300 millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de deficiencia de la visión que podrían haberse evitado o que aún no se han abordado. Por este motivo, es más probable que vivan en la pobreza, disfruten de peor salud y se encuentren en situaciones desfavorecidas para acceder a la educación y al empleo.

Tras varias décadas de trabajo de la ONU en el campo de las discapacidades, se adoptó en 2006 la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad con el fin de promover los derechos y el bienestar de estas personas con la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

En noviembre de 2018, la Asamblea General decidió proclamar el 4 de enero Día Mundial del Braille para poner de manifiesto que facilitar el acceso a la escritura es un requisito crucial para que las personas con discapacidad visual disfruten plenamente de los derechos humanos y las libertades fundamentales.