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(* inglés)

Mensaje del presidente de la Asamblea General

Mensaje del Presidente de la Asamblea General con ocasión del Día Internacional de la Mujer

Las mujeres representan más de la mitad de la población mundial. Por tanto, no puede dejar de recalcarse la importancia de “invertir en las mujeres y las niñas”. Sin embargo, el auténtico empoderamiento de la mujer solamente se logrará cuando reunamos la voluntad política necesaria, a nivel mundial, para cumplir plenamente los compromisos contraídos y ofrezcamos los recursos humanos, financieros y educativos apropiados que se han prometido. Pero, aparte de esos esfuerzos, es fundamental y resulta cada vez más evidente que necesitamos un cambio de actitud hacia el papel y la condición de la mujer en la sociedad.

Hace más de seis decenios, en la Carta de las Naciones Unidas se reafirmó la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres. No obstante, incluso ahora, prácticamente en todas partes del mundo sigue habiendo diferencias por motivo de género, bien en el acceso a la salud y la educación o bien en el logro de igual remuneración por igual trabajo.

Los fondos, programas y organismos especializados de las Naciones Unidas otorgan una importancia esencial al empoderamiento de la mujer, especialmente a nivel de los países. Sin embargo, está cada vez más claro (como se reafirmó en el 52° período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer) que las Naciones Unidas necesitan renovar y reforzar su estructura para las cuestiones de género a fin de poder hacer frente a los problemas urgentes que siguen afrontando las mujeres.

En un sentido más amplio, la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer son aspectos inherentes a la buena gobernanza y la prestación de servicios públicos para todos. Pero la igualdad de derechos y de acceso a los servicios y las oportunidades no podrán alcanzarse sin una presupuestación adecuada para las cuestiones de género.

Todo indica que invertir en la igualdad entre los géneros y en el empoderamiento de la mujer tiene sentido desde el punto de vista económico y financiero. Los países que lo han hecho y han alcanzado los mayores niveles de igualdad entre los géneros han logrado no sólo mayor justicia y estabilidad sociales, sino también crecimiento económico y mayor competitividad en razón de haber ofrecido a las mujeres la oportunidad de trabajar, organizar y aportar su contribución a la sociedad. Además, la eliminación de las diferencias entre los géneros tiene por efecto la transformación del desarrollo y puede acelerar la marcha hacia la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio en materia de pobreza, salud y educación.

El Día Internacional de la Mujer es una oportunidad que se nos ofrece a todos de pedir un cambio social más ambicioso, en el que el adelanto de la mujer sea el elemento esencial, para que el día de la mujer se pueda celebrar todos los días. Si logramos este objetivo, habremos construido un futuro mejor no solamente para las mujeres, sino para el conjunto de la humanidad.

Si deseamos mejorar la suerte de la humanidad tenemos que empezar por reconocer que el progreso de la mujer es el progreso de todos; que la seguridad de todos empieza por la seguridad de cada uno; que todos somos responsables por el bienestar de los demás; que el respeto mutuo debe sustentarse en los derechos humanos y el estado de derecho; que nuestros gobiernos tienen que rendir cuentas en los planos nacional e internacional; y que estos valores y principios se pueden alcanzar mediante una nueva cultura de relaciones internacionales en que las Naciones Unidas desempeñen un papel principal.