En el mundo hay unos 259 millones de viudas, casi la mitad de ellas viven en la pobreza y, con frecuencia, son estigmatizadas por sus familias y sus comunidades. Muchas viudas son discriminadas por razón de su edad y género. Algunas de ellas llevan una vida marcada por los abusos físicos y sexuales.
Las viudas de más edad suelen tener pocos activos económicos, después de una vida de trabajo arduo pero no remunerado, y sus pensiones, incluso en los países desarrollados, pueden llegar a ser inferiores en un 40% a las de los hombres.
Las viudas más jóvenes tienen que afrontar otros problemas ya que son cabezas de familia responsables del cuidado de sus hijos pero tienen oportunidades económicas muy limitadas.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con su promesa de no dejar a nadie atrás, tiene un significado especial para las viudas, que se encuentran entre las personas más marginadas y aisladas.
En el Día Internacional de las Viudas, comprometámonos a hacer que las viudas tengan mayor visibilidad en nuestras sociedades, y a prestarles el apoyo que necesitan para poder llevar vidas productivas, plenas y en condiciones de igualdad.